Olmert acepta la liberaci¨®n de presos a cambio del soldado capturado en Gaza
El primer ministro israel¨ª ofrece una negociaci¨®n directa para crear un Estado palestino
Vapuleado por el fiasco de la guerra contra Hezbol¨¢, el primer ministro israel¨ª, Ehud Olmert, trata de tomar la iniciativa. Ayer ofreci¨®, por primera vez, la liberaci¨®n de "muchos prisioneros palestinos, incluidos los que cumplen largas penas", a cambio de la entrega del soldado Gilad Shalit, capturado en Gaza desde junio. Y plante¨® tambi¨¦n una negociaci¨®n directa -ni hablar de una conferencia internacional de paz- para la creaci¨®n de un Estado palestino. Sin embargo, los requisitos fijados convierten la propuesta en un brindis al sol. Con la frontera libanesa en calma, Israel podr¨ªa concentrarse, si apacigua el frente palestino, en su principal reto: el programa nuclear iran¨ª.
Durante su discurso, pronunciado en el des¨¦rtico kibutz de Sde Boker, junto a la tumba de David Ben Gurion, fundador del Estado jud¨ªo, Olmert anunci¨®: "Con Gilad Shalit devuelto sano y salvo a su familia, el Gobierno israel¨ª estar¨ªa dispuesto a excarcelar a muchos prisioneros palestinos, incluidos quienes han sido sentenciados a largas condenas".
Es la primera vez que acepta esta reivindicaci¨®n del movimiento fundamentalista Ham¨¢s, que desde la captura del militar jud¨ªo ha exigido la liberaci¨®n de una veintena de presos condenados hace m¨¢s de 20 a?os, adem¨¢s de otros 1.300 prisioneros. Pero Olmert no fue preciso. Y a los dirigentes fundamentalistas no les bastan las promesas: reclaman simultaneidad a la hora del intercambio.
"El cese del terrorismo y la violencia nos permitir¨¢ ofreceros", dijo Olmert dirigi¨¦ndose a la comunidad palestina, "una serie de pasos... para mejorar vuestras condiciones de vida". Y prosigui¨®: "Disminuiremos significativamente el n¨²mero de obst¨¢culos en las carreteras, aumentaremos la libertad de movimientos de personas y bienes, mejoraremos el funcionamiento de los cruces fronterizos en Gaza y entregaremos fondos (retenidos ilegalmente) de los palestinos para aliviar sus penurias". M¨¢s promesas que, aun en caso de cumplirse, ser¨ªan insuficientes para poner punto final a la violencia.
El primer ministro tendi¨® la mano al enemigo para entablar un di¨¢logo "serio y genuino", pero a continuaci¨®n enumer¨® tal cantidad de exigencias que ese proceso de paz se pronostica muy improbable.
Olmert demand¨® el establecimiento de un nuevo Gobierno palestino que acepte los principios del Cuarteto -reconocimiento del Estado de Israel y renuncia a la violencia-, que aplique la Hoja de Ruta y que se libere a Shalit. En ese caso, invitar¨¢ al mandatario palestino, Mahmud Abbas, "a reunirse inmediatamente". Abbas no se cansa de repetir su disposici¨®n a celebrar una cumbre con Olmert sin demora. Pero Ham¨¢s, que algo tiene que decir en cuanto al mantenimiento de la precaria tregua vigente, rechaza por activa y por pasiva la legitimidad del Estado sionista. "Para que lleguemos a un impulso pol¨ªtico verdadero, muchas m¨¢s cosas deben hacerse. No se puede hablar de un proceso de paz", opinaba el analista Yossi Alpher, citado por Reuters.
Aparte de que el fin de la violencia es condici¨®n inexcusable, el jefe del Ejecutivo israel¨ª rechaz¨® la posibilidad del retorno de los refugiados -uno de los m¨¢s duros escollos en previos procesos de paz frustrados- y retom¨® su idea de la campa?a electoral,sin explicitar detalles, de desmantelar algunas colonias de Cisjordania. No obstante, su discurso dej¨® claro que los grandes asentamientos -donde ya viven m¨¢s de 100.000 personas- permanecer¨¢n en manos israel¨ªes. Tampoco los islamistas transigen en este aspecto. A lo sumo, aceptar¨ªan un alto el fuego de d¨¦cadas si el Estado palestino se formara en las fronteras previas a la guerra de junio de 1967.
Treguas incumplidas
Son demasiadas las treguas que han saltado por los aires como para considerar que la contenci¨®n del Ej¨¦rcito israel¨ª pueda desembocar en un periodo de calma duradero. Entre otras cosas porque el lanzamiento de cohetes caseros Kassam no se detiene: las Brigadas de los M¨¢rtires de Al Aqsa, la milicia de Fatah, el partido del presidente Mahmud Abbas, se responsabilizaron ayer del disparo de dos cohetes sobre el sur de Israel; y porque en Cisjordania las redadas y las muertes de milicianos civiles se suceden cada d¨ªa. Ayer fallecieron un hombre armado y una mujer de 55 a?os en Qabatiye, en las cercan¨ªas de Yen¨ªn.
M¨¢s parece que la t¨¢ctica de Olmert pasa por continuar la pol¨ªtica de medidas unilaterales de su predecesor en el cargo, Ariel Sharon. Y por apaciguar el frente palestino ante retos de mayor calado. El despliegue de las tropas de Unifil en el sur de L¨ªbano ha desbaratado la amenaza de los cohetes Katiusha al menos temporalmente. Si el alto el fuego con las milicias palestinas se hiciera realidad, el Gobierno israel¨ª podr¨¢ afrontar el desaf¨ªo del programa at¨®mico iran¨ª sin preocuparse de los enemigos que acechan en sus fronteras del Estado jud¨ªo.
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