Padres al lado de la incubadora

De cada 100 ni?os nacidos en Espa?a, 10 son prematuros y 2 muy prematuros. Para los padres, la experiencia de la prematuridad aparece por sorpresa. Ellos han pensado muchas veces sobre c¨®mo ser¨¢ el ni?o y c¨®mo lo cuidar¨¢n, y de repente, todos esos planes se alteran. El ni?o ha de permanecer varias semanas en el entorno hostil del hospital. El impacto es tan grande que les cuesta mucho superarlo. Las unidades de Neonatolog¨ªa y las de Cuidados Intensivos Infantiles sustituyen al c¨¢lido vientre materno demasiado pronto y cuando son demasiado peque?os. Se convierten tambi¨¦n en el segundo hogar de los padres, la mayor¨ªa de ellos desbordados por la situaci¨®n y con una sensaci¨®n de temor y miedo dif¨ªcil de manejar. Padres, ni?os y profesionales sanitarios aprenden a convivir en un espacio reducido y, en la mayor¨ªa de los casos, no dise?ado para una convivencia tan ¨ªntima. "Las incubadoras son el paso obligado para los neonatos despu¨¦s del ¨²tero materno y por eso deben ser c¨¢lidas y c¨®modas", afirma Teresa, madre de Leo, que naci¨® con 27 semanas y 1.100 gramos de peso.

S¨®lo el 10% de las unidades de neonatos tiene las puertas abiertas a los padres

Hay que cuidar el entorno del beb¨¦ porque es un cerebro fr¨¢gil en desarrollo

En Espa?a s¨®lo un 10% de las unidades de neonatolog¨ªa participan en un programa de acceso libre de los padres, seg¨²n un estudio publicado en la revista Anales de Pediatr¨ªa y realizado en los hospitales Valle de Hebr¨®n de Barcelona y 12 de Octubre de Madrid. "Es preciso aumentar paulatinamente este acceso porque se trata de humanizar la neonatolog¨ªa. Poder estar con sus padres es un derecho del reci¨¦n nacido, y si est¨¢ enfermo, todav¨ªa con m¨¢s raz¨®n", se?ala Josefa Aguayo, de la Comisi¨®n de Lactancia Materna de la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa (AEP).

Las Unidades de Neonatolog¨ªa se cerraron en la d¨¦cada de 1970. Se excluy¨® a los padres por miedo a las infecciones. "Ahora es preciso remodelarlas y reintroducir la presencia de los padres", afirma la pediatra Natalie Charpak, partidaria del concepto de cuidados continuos en desarrollo (CCD), un sistema que persigue mejorar el desarrollo del ni?o a trav¨¦s de intervenciones que favorezcan al reci¨¦n nacido y a su familia, y que en los ¨²ltimos a?os se est¨¢ incorporando en Espa?a.

Para un reci¨¦n nacido, la exposici¨®n a un medio hostil, como es una unidad de cuidados intensivos, dificulta la organizaci¨®n de su cerebro en desarrollo. "Adem¨¢s, los padres se someten a tal impacto emocional que se modifica el proceso de crianza", explica Aguayo. Dichos efectos no deseados en el ni?o y la familia pueden reducirse con la implantaci¨®n de estos cuidados continuos, que se basan en intervenciones dirigidas a mejorar tanto el macroambiente (ruidos, luces, etc¨¦tera), como en el microambiente (postura, manipulaci¨®n, dolor) y en potenciar el papel de la familia como principal cuidador del ni?o.

Seg¨²n Aguayo, se trata de una neonatolog¨ªa centrada en la familia, de integrarla en el cuidado del ni?o. "Los m¨¦dicos y enfermeras son cuidadores transitorios; la familia no estorba, sino que ayuda y mejora el trabajo".

Hay que cuidar el entorno del reci¨¦n nacido, porque es un cerebro fr¨¢gil en desarrollo. "Los reci¨¦n nacidos prematuros pueden tener un entorno agradable si se aplica una pol¨ªtica de puertas abiertas de las unidades de neonatolog¨ªa", a?ade Charpak. De acuerdo con el citado estudio, de los 100 hospitales espa?oles que atienden a ni?os con un peso menor a 1.500 gramos, en casi todos se realiza alguna actividad de estos cuidados -control de ruido y luz, nidos especiales para mantener la flexi¨®n, entrada libre a los padres o m¨¦todo madre canguro-, aunque en ciertos aspectos, como el acceso sin restricciones a los padres, existe una tasa de implantaci¨®n muy baja.

Los beneficios sobre los prematuros son m¨²ltiples: neurol¨®gicos, auditivos, nutritivos, olfativos o t¨¢ctiles. Charpak explica que en los ni?os muy inmaduros se observa una frecuencia elevada de las mal llamadas m¨ªnimas morbilidades, alteraciones que pueden alterar significativamente la vida del ni?o y la familia. "El contacto con los padres, especialmente si se emplea el m¨¦todo madre canguro, mejora aspectos como la termorregulaci¨®n, la ganancia de peso o la lactancia materna, y reduce las infecciones. En los padres genera una mayor capacidad de respuesta ante situaciones de estr¨¦s y, en algunos casos, evita la depresi¨®n posparto".

"En realidad lo que se pretende es que los padres sean padres", resume Charpak. "Es su derecho y se lo robamos el d¨ªa en el que se crearon las unidades de neonatolog¨ªa sin contar con ellos. Hay que remodelar las unidades. Es un coste, pero rentable porque, por ejemplo, los ni?os acaban abandonando antes la unidad, unos 10 d¨ªas menos de estancia hospitalaria seg¨²n algunos estudios". Aguayo a?ade que en muchas ocasiones los padres est¨¢n deseando llevarse el ni?o a casa. "Supone tambi¨¦n un importante ahorro en t¨¦rminos econ¨®micos porque, en general, los ni?os se van antes y mejor cuidados. La experiencia resulta gratificante para todos y se respetan los derechos, del ni?o y de los padres".

Aguayo cree que de lo que se trata, en el fondo, es de dar a los padres su verdadero papel de padres. "No deben seguir viendo a sus hijos a trav¨¦s del cristal". As¨ª lo demuestra un estudio en el que ha participado Brigitte Jambers, del CIMOP, junto a un equipo del hospital 12 de Octubre de Madrid, que concluye que "los padres desean ejercer de padres y por lo tanto estar con su hijo y participar lo m¨¢s activamente posible en los cuidados. Esto se consigue abriendo las unidades a los padres las 24 horas del d¨ªa e involucr¨¢ndoles en los cuidados de su hijo. Hay grados de participaci¨®n; el m¨¦todo madre canguro parece ser la estrategia que m¨¢s corresponsabiliza a los padres", explica Jambers.

El prop¨®sito del estudio fue comprender el tipo de demandas de informaci¨®n, de comunicaci¨®n y de apoyo de los padres de ni?os ingresados en una unidad neonatal. Para ello se realizaron entrevistas a padres y a profesionales de distintos hospitales de tres comunidades aut¨®nomas. Los resultados mostraron que los padres que hab¨ªan estado en las unidades donde m¨¢s se apoyaba la relaci¨®n padres-hijo hab¨ªan establecido un mayor v¨ªnculo afectivo, llamaban a sus hijos por su nombre, lo trataban como una persona, se mostraban seguros cuando el ni?o lleg¨® a la casa y se sent¨ªan capaces y responsables como padres. Por el contrario, los padres con un ni?o en una unidad con restricciones se dirig¨ªan a ¨¦l como "el ni?o" y cuando el reci¨¦n nacido estaba en casa, se sent¨ªan tremendamente inseguros y con miedo.

La mayor¨ªa de los hospitales espa?oles que atiende a ni?os prematuros ha ido remodelando sus unidades de neonatolog¨ªa. En el estudio se apreciaba que un 26% de los centros dispone de alg¨²n tipo de m¨¦todo para controlar el ruido y un 72% para la luz; el 75% emplea nidos para el cuidado de la postura y mantenimiento de la flexi¨®n, aunque s¨®lo 9% usa escalas de evaluaci¨®n del dolor; el 68% tiene horario restringido para padres y s¨®lo el 10% permite entrada libre; el 98% favorece la lactancia materna, y el 52% dispone de informaci¨®n sobre los cuidados continuos para el desarrollo, aunque s¨®lo tres unidades tienen un equipo formado por enfermer¨ªa, m¨¦dicos y auxiliares de enfermer¨ªa que se re¨²ne peri¨®dicamente.