El error de Milos Forman
La pel¨ªcula de Milos Forman, Los fantasmas de Goya, se abre con una fecha, 1792, y una escena en la que diversos inquisidores comentan los Caprichos goyescos y, a la vista de las estampas, deciden endurecer la actividad de la Inquisici¨®n. Ahora bien, Goya realiz¨® los Caprichos entre 1797 y 1799, y los puso en venta -a la que aluden los inquisidores- este ¨²ltimo a?o. La alteraci¨®n cronol¨®gica podr¨ªa considerarse poco relevante, una peque?a licencia hist¨®rica, de no ser porque afecta tanto a nuestra historia como al propio sentido de la pel¨ªcula.
A diferencia de lo que en ¨¦sta se afirma, los a?os noventa del siglo XVIII fueron aquellos en los que la Inquisici¨®n tuvo menos poder y estuvo m¨¢s en entredicho. Fueron los a?os del primer mandato de Godoy -cuyo ascenso se inici¨® precisamente en 1792-, que, entre otras cosas, trat¨® de aplicar una pol¨ªtica ilustrada y reducir el papel desempe?ado por el Santo Oficio. Para ello cont¨® con el apoyo de diferentes ilustrados, entre los que destacan Jovellanos y Francisco Saavedra, ambos retratados por Goya.
La situaci¨®n era, pues, muy diferente de la narrada en la pel¨ªcula, lo cual tampoco tendr¨ªa mayor importancia -una nueva licencia hist¨®rica- de no ser porque en ella se destaca la soledad de Goya, la inexistencia de ilustrados, afrancesados y liberales reformistas. El poder, religioso, pol¨ªtico, es omn¨ªmodo y brutal, est¨²pido en ocasiones; el mon¨¢rquico, y Goya el ¨²nico testigo de lo que sucede, el ¨²nico que comprende el sufrimiento popular. La historia es distinta, no s¨®lo en los detalles, lo es en cosas importantes, lo que trae como consecuencia que la pel¨ªcula de Milos Forman, quiz¨¢ proponi¨¦ndose todo lo contrario -denunciar la situaci¨®n- enlaza parad¨®jicamente con la historiograf¨ªa conservadora: la de Espa?a es la historia de la Iglesia y de los poderosos.
La realidad fue distinta, Goya no fue un genio aislado: sus fantasmas lo eran tambi¨¦n de otros muchos ilustrados, afrancesados y liberales.
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