Maravilla sin cadencia

Adalides de la plastilina y de la animaci¨®n tradicional mediante la t¨¦cnica del stop motion (se da vida a un objeto inanimado mediante la filmaci¨®n fotograma a fotograma), los creadores de la factor¨ªa brit¨¢nica Aardman (Chicken Run, Wallace & Gromit) se han lanzado con Rat¨®npolis, su nueva criatura, al mundo de la animaci¨®n en tres dimensiones dise?ada por ordenador. Eso s¨ª, con la ayuda de la coproductora estadounidense DreamWorks (Shrek, El espantatiburones) han querido mantener la esencia de sus trabajos anteriores ralentizando la cadencia de los movimientos de los personajes, otorg¨¢ndole de este modo un extra?o pero espectacular aspecto de pel¨ªcula en 3D con protagonistas de plastilina.

As¨ª, Rat¨®npolis podr¨ªa presumir casi sin duda alguna de ser la pel¨ªcula de animaci¨®n m¨¢s trabajada en sus fondos y en los detalles de sus escenarios que se haya rodado nunca. Sin embargo, aunque t¨¦cnicamente el filme es una maravilla en todas sus facetas, narrativamente sus creadores no han calibrado del todo el efecto de la aceleraci¨®n constante de los acontecimientos. De modo que, como esas pel¨ªculas de acci¨®n que empiezan tan arriba que ya les es imposible sorprender m¨¢s y acaban aburriendo por la ausencia de las necesarias pausas, Rat¨®npolis se ve perjudicada por un adrenal¨ªtico ritmo del que uno puede terminar desconectando.

Rat¨®npolis