El Getafe contra Abbondanzieri

Hay partidos que nace atravesados y mueren atravesados. Partidos extra?os que, por lo tanto se juegan a oleadas, m¨¢s con el coraz¨®n que con la cabeza, y por ello llenos de an¨¦cdotas aunque acaben cero a cero. Por ejemplo, en Anoeta los p¨¢jaros del Getafe se tiraban a las escopetas. Abbondanzieri a¨²n debe estar pregunt¨¢ndose que le ha hecho ¨¦l a sus defensas para que le disparen de esa manera, que ¨¦l ha venido a Getafe para detener o despejar los disparos de sus rivales, pero que nadie le hab¨ªa dicho que ¨¦l contrato inclu¨ªa los remates de sus defensores. Las dos ocasiones m¨¢s claras (las ¨²nicas ocasiones, en definitiva) de la Real nacieron a bal¨®n parado, en un asomo de estrategia, pero fueron resueltas por dos defensores del Getafe que exigieron al meta argentino un a exhibici¨®n de reflejos. En ambos casos, casi desde el mismo sitio, la Real centr¨® con un poco de rosca. El primer centro lo cabece¨® Alexis con la coronilla, pero con una direcci¨®n endiablada. El bal¨®n se iba junto a la escuadra hasta que la manopla del Pato lo env¨ªo fuera. El segundo lo puso Jesul¨ª y lo remat¨® con la frente Cort¨¦s, volviendo a poner a prueba los reflejos y la adrenalina de su guardameta.

Los jugadores de la Real se hac¨ªan cruces. Por vez primera su falta de remate pod¨ªa resultar productiva. El partido era hosco, de esos que se juegan con buzo, pico y pala, sin concesiones a la est¨¦tica, y se disputan en parcelas peque?as del campo donde se amontonan los futbolistas. Ciertamente a la Real, Lotina le ha dado una cierta dosis de solidez defensiva, a la que no es ajeno el portero Bravo. El chileno comenz¨® dubitativo, trag¨¢ndose un bal¨®n a¨¦reo que enmudeci¨® a la parroquia, pero enseguida se reh¨ªzo y sac¨® una mano prodigiosa a remate de Del Moral cuando m¨¢s confuso estaba el partido.

Estaba claro que era un duelo de porteros, de buenos porteros, en un nudo de futbolistas honrados pero un tanto toscos. Nadie control¨® el partido, porque ning¨²n futbolista ten¨ªa la jerarqu¨ªa suficiente para hacerlo. Si acaso Casquero, por pundonor, dej¨® detalles y criterio. Pero el partido se ahogaba en el sudor de una tremenda presi¨®n, compartida por ambos equipos, a la que se a?ad¨ªa la ansiedad que persigue a la Real. Con ansiedad se acierta menos y te cansas mas. Lotina y Schuster pusieron todo lo que ten¨ªan para ganar. Kovacevic, Prieto, D¨ªaz de Cerio, G¨¹iza, Pach¨®n. Un aluvi¨®n de delanteros en los minutos finales que pusieron tanta emotividad en cada ida y en cada vuelta, como falta de arte. Hubo remates de Jesuli (dos), de Casquero, la acci¨®n de Del Moral que reivindic¨® al portero Bravo, y alg¨²n que otro agobio en ambas ¨¢reas para poner picante a un encuentro soso, de resultado justo en el que triunfaron los porteros. El Pato tuvo que frenar el ¨ªmpetu de los suyos; Bravo, el de sus contrarios. Y eso fue todo.