La isla camina hacia la ruptura definitiva
La incorporaci¨®n a la UE no ha hecho avanzar la reunificaci¨®n del territorio dividido
Poco despu¨¦s de que los artificieros de la ONU retiraran a finales de noviembre las ¨²ltimas minas sembradas en la L¨ªnea Verde, que parte en dos Chipre desde hace tres d¨¦cadas, un grupo de alumnos turcochipriotas atravesaba el ¨²ltimo muro que divide una capital europea para estudiar en el Colegio Brit¨¢nico de Nicosia. En el peor incidente registrado desde 2003, cuando la libre circulaci¨®n entre ambos sectores de la isla reaviv¨® las esperanzas de reunificaci¨®n, una veintena de adolescentes grecochipriotas apale¨® a los estudiantes turcochipriotas, que huyeron hacia el check point de Ledra.
No es necesario volver a atravesar el tenebroso puesto de control del hotel Ledra Palace, el principal paso peatonal entre ambos sectores de Nicosia, para saber d¨®nde acaba Europa, entre alambradas y sacos terreros. El ingreso de la Rep¨²blica de Chipre -que s¨®lo administra de forma efectiva el sur de la isla- en la Uni¨®n Europea no parece haber representado ning¨²n avance en la soluci¨®n de uno de los conflictos internacionales m¨¢s antiguos con presencia de cascos azules de Naciones Unidas.
Nicosia insistir¨¢ ante los Veinticinco para que aumenten la presi¨®n sobre Turqu¨ªa
"Los chipriotas somos los principales interesados en la incorporaci¨®n de Turqu¨ªa a la UE, pero de una Turqu¨ªa con valores europeos, y por eso votamos a favor del inicio de las negociaciones de adhesi¨®n", advierte la diplom¨¢tica Erato Kozakou-Marcouillis, m¨¢xima responsable en el Ministerio de Exteriores chipriota en las relaciones con Ankara. "No podemos aceptarles mientras sigan ocupando militarmente un tercio de nuestro territorio y de haber empujado a 150.000 desplazados desde el norte hasta el sur de la isla", advierte esta antigua embajadora en Washington entre retratos en los que saluda a los presidentes Bill Clinton y George W. Bush.
Kozako-Marcouillis asegura que Nicosia insistir¨¢ ante los Veinticinco para que se "aumente la presi¨®n" sobre Turqu¨ªa para que cumpla sus compromisos con la UE y permita la entrada de los barcos y aviones de Chipre en sus puertos y aeropuertos. "La propuesta de la Comisi¨®n Europea no parece una sanci¨®n suficiente", agrega, "y en ning¨²n caso deber¨ªa incluir una menci¨®n a las negociaciones en la ONU, que tienen un marco distinto".
Visto desde el ¨²ltimo edificio de la parte turca de Famagusta, el distrito griego de Varosha es hoy una ciudad fantasma. Hoteles y lujosas residencias se han convertido en uno de los m¨¢s sombr¨ªos escenarios de guerra y abandono en una isla te¨®ricamente europea. El Ej¨¦rcito turco proh¨ªbe la entrada a una zona que, seg¨²n los acuerdos de alto el fuego que pusieron fin a los enfrentamientos tras la invasi¨®n militar turca de 1974, deber¨ªa haber quedado bajo control grecochipriota. Una propuesta de acuerdo, auspiciada por la presidencia finlandesa de la Uni¨®n, para entregar Varosha al Gobierno de Nicosia a cambio de permitir el tr¨¢fico mar¨ªtimo internacional en el puerto de Famagusta, se ha estrellado contra la incomprensi¨®n de ambas partes.
El refer¨¦ndum sobre una reunificaci¨®n organizado por la ONU en abril de 2004, poco antes del ingreso efectivo de la Rep¨²blica de Chipre en la UE, signific¨® tambi¨¦n una confirmaci¨®n de la partici¨®n de la isla. El norte turco respald¨® masivamente el s¨ª mientras el sur griego se pronunciaba mayoritariamente por el no a la inmediata creaci¨®n de un Estado confederal en toda la isla.
Andres Pasarchos, director del diario Politis, es una de las pocas voces cr¨ªticas de la sociedad grecochipriota que defendi¨® el s¨ª a la reunificaci¨®n. "El presidente Tassos Papadopoulos nunca aceptar¨¢ el levantamiento del embargo internacional al norte sin obtener importantes contrapartidas, si lo hace ser¨ªa su suicidio pol¨ªtico. Todo depender¨¢ de los resultados electorales de 2008 y de si puede mantener su coalici¨®n entre su partido conservador y sus actuales socios poscomunistas", reconoce Pasarchos. "Al final, tenemos un peso muy limitado ante Europa. Nosotros somos un mill¨®n de chipriotas, pero los turcos son m¨¢s de 70 millones de consumidores para los mercados europeos y no nos cabe esperar siempre un apoyo incondicional de Grecia", argumenta en un restaurante grecochipriota cerca del paso del hotel Ledra Palace.
Al otro lado de la L¨ªnea Verde, Sener Levent, director del diario Afrika, mantiene uno de los reducidos frentes de oposici¨®n al poder del presidente de la entidad turcochipriota, Al¨ª Mehmet Talat. "El poder real est¨¢ en Ankara, Talat hablaba antes de ser elegido de soluci¨®n al conflicto y de reunificaci¨®n, pero ahora s¨®lo hace lo que le ordena Ankara".
Como la mayor¨ªa de los 80.000 turcochipriotas "de origen", es decir, de familias asentadas en la isla antes de la invasi¨®n turca de 1974, Levent cree que ahora forma parte de una minor¨ªa en su propio pa¨ªs: rodeado por 100.000 colonos llegados desde Anatolia y vigilado por m¨¢s de 35.000 soldados turcos.
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