"El aire es irrespirable"
Las instituciones de Vitoria y los aficionados y jugadores del Alav¨¦s no aceptan a Piterman
Catorce ertzainas preparados para cargar mirando fijamente a una turba agresiva de 1.500 personas. En medio, un banquillo con jugadores y un entrenador. Detr¨¢s de los agentes, 22 futbolistas corren al ritmo del bal¨®n. La violencia engendra violencia y Dimitri Piterman lo sabe de sobra. Pese a no estar presente en los altercados ocurridos el s¨¢bado en el estadio de Mendizorroza -aleg¨® haber perdido un avi¨®n-, el due?o del Alav¨¦s ha vuelto a constatar que el odio se retroalimenta.
Antes de que en enero de 2002 comprase un paquete accionarial del Racing, ya hab¨ªa levantado Piterman polvaredas de pol¨¦micas en dos clubes menores catalanes, el Tossa y el Palam¨®s. Y es que la actividad de este empresario estadounidense de origen ucranio se resume en tres frentes: despachos pol¨ªticos, insultos y juzgados.
El empresario ha denunciado a tres corporaciones, echado a seis t¨¦cnicos e insultado a decenas de personas
Ahora, tras una salida forzada del conjunto c¨¢ntabro y dos a?os y medio como presidente del Alav¨¦s, el c¨ªrculo institucional, deportivo y medi¨¢tico se ha vuelto a cerrar sobre Piterman, quien, sin embargo, mantiene la misma sangre fr¨ªa y el mismo lenguaje procaz que ha mostrado durante su accidentado tr¨¢nsito por la Liga espa?ola.
En este peregrinaje, Piterman ha denunciado a tres corporaciones municipales, se ha enfrentado con partidos pol¨ªticos de todos los colores, ha pagado casi 35.000 euros de indemnizaci¨®n a varios socios del Racing por difamaci¨®n, ha tratado de recalificar dos estadios, ha destituido a seis t¨¦cnicos y, sobre todo, ha insultado a decenas de personas. La ¨²ltima, Carreras, un futbolista de su equipo que tuvo que aguantar c¨®mo le increpaba de forma casi despiadada.
Este ¨²ltimo desprop¨®sito ha soliviantado tanto a la plantilla como a los aficionados, que han acabado por tomar la misma actitud que Piterman, que comienza a desmoronarse. Primero, la violencia injustificable de la afici¨®n, que lleg¨® a parar el encuentro durante cuatro minutos. Segundo, las palabras de algunos jugadores tras la victoria sobre el Ciudad de Murcia. "Como el presidente dice que somos mercenarios, habr¨¢ que ganar por estos colores", resumi¨® Edu Alonso despu¨¦s del choque, aunque el grupo prefiere mantener la ley del silencio.
Incluso los que ya han dejado de pertenecerle, un concepto pitermaniano, los equipos del empresario prefieren no ser reconocidos como tales. "Es imposible convivir en un vestuario con ¨¦l. T¨², como jugador, no eres nada. S¨®lo tienes que obedecer a alguien que ni siquiera sabe de f¨²tbol. El aire es irrespirable", explica un ex jugador al respecto. T¨¦llez, otro que tuvo que abandonar la disciplina del conjunto vitoriano por problemas con su m¨¢ximo accionista, lo resume as¨ª: "Que Piterman salga del deporte y se dedique a sus empresas y sus negocios".
Sin embargo, no hay consejos para el presidente del Alav¨¦s, que s¨®lo sabe escuchar sus propios impulsos. Y no est¨¢ dispuesto a vender su juguete por muchos disgustos que le traiga. Por ejemplo, la Diputaci¨®n de ?lava ha suspendido las ayudas de casi un mill¨®n de euros previstas para esta temporada, pero Piterman ya ha presentado un recurso judicial para evitarlo. O el rechazo a una oferta de Accionistas Albiazules, que han ofrecido tres millones, el precio por el que entr¨® en el club vasco, para recuperarlo.
Tambi¨¦n ha hecho o¨ªdos sordos a las firmas de 5.000 socios que exig¨ªan su marcha o a las pe?as que han convertido la frase Dimitri, kampora (Dimitri, fuera, en euskera) en su grito de guerra. "No se puede esperar nada bueno mientras Piterman no se marche de Vitoria", concluyen con fatalismo desde la pe?a Zoramen Gasteiz.
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