Ahmet Ertegun, presidente y fundador de Atlantic Records
Fue fundamental en las carreras de Ray Charles, Aretha Franklin y los Rolling Stones
"Muri¨® con las botas puestas", se dec¨ªa ayer con admiraci¨®n en su discogr¨¢fica. A los 83 a?os, cuando los supervivientes de su generaci¨®n languidecen en alg¨²n lugar bajo el sol, Ahmet Ertegun todav¨ªa ejerc¨ªa de presidente de Atlantic Records y, naturalmente, acud¨ªa a conciertos, aunque necesitara un bast¨®n para caminar. El 29 de octubre fue a saludar a los Rolling Stones -que ya no pertenec¨ªan a su compa?¨ªa- y tropez¨® en el backstage de un teatro neoyorquino. Sufri¨® una lesi¨®n cerebral, quedando en coma hasta su muerte, acaecida el 14 de diciembre.
Ahmet Ertegun naci¨® en Estambul el 31 de julio de 1923 y era hijo de uno de los asesores legales de Kemal Ataturk, el implacable forjador de la Turqu¨ªa moderna. Su padre desempe?¨® cargos de embajador de la nueva rep¨²blica en diversos pa¨ªses, terminando en Washington. All¨ª, Ahmet se convirti¨® en coleccionista de discos de jazz. De rebote, descubri¨® el modo de vida de los afroamericanos: "estuve en un concierto de cumplea?os de Louis Armstrong donde le regalaron un porro ?de un metro de largo! Y no recuerdo si entonces la "hierba" todav¨ªa era legal".
Estudi¨® Filosof¨ªa y su familia le presionaba para que entrara en el cuerpo diplom¨¢tico. Pero apost¨® por convertir su afici¨®n en un modus vivendi. En 1947, ya instalado en Nueva York, pidi¨® un pr¨¦stamo y fund¨® Atlantic Records en compa?¨ªa de un par de socios. La compa?¨ªa tuvo unos inicios inciertos hasta que, ya entrados los a?os cincuenta, se centr¨® en el rhythm and blues, una m¨²sica negra que iba a subyugar al p¨²blico blanco con la eclosi¨®n del rock and roll. Artistas como Ruth Brown, Ray Charles, LaVern Baker, Big Joe Turner, los Coasters o los Drifters permitieron que Atlantic prosperara. Como se muestra en la pel¨ªcula sobre Ray Charles, Ertegun se implicaba en las decisiones creativas, llegando a firmar letras de canciones con su apellido al rev¨¦s, Nugetre. Su hermano mayor, Neshui, se incorpor¨® a Atlantic en 1956 y, menos populista, insisti¨® para que se ficharan figuras del jazz, aunque no fueran tan rentables: grabaron discos cl¨¢sicos de John Coltrane, Charles Mingus y Ornette Coleman, aunque tambi¨¦n lanzaron latin jazz o las propuestas m¨¢s comerciales de Herbie Mann.
A finales de los cincuenta, Ahmet fund¨® subsidiarias como Atco, donde lanz¨® a estrellas blancas como Bobby Darin (tambi¨¦n recreado por Hollywood recientemente). Sin embargo, sus a?os de gloria fueron los sesenta, con el esplendor del soul. Aparte de reciclar a una cantante de standards llamada Aretha Franklin, Ertegun logr¨® un extremadamente favorable contrato de distribuci¨®n con Stax Records, sello de Memphis que generaba las incandescentes grabaciones de Otis Redding o Sam & Dave. Pero la compa?¨ªa no llevaba una contabilidad mod¨¦lica ya que, seg¨²n Ahmet, "nos divert¨ªamos demasiado para pensar en esos detalles"
En 1967, los socios vendieron Atlantic a la rama discogr¨¢fica de Warner Brothers por 17 millones y medio de d¨®lares (unos 13.300.000 euros). Ertegun sigui¨® al tim¨®n y supo convertir a Atlantic en una potencia del rock. Fich¨® a Led Zeppelin a pesar de sus extraordinarias condiciones (no permit¨ªan que se extrajeran singles de sus elep¨¦s); apost¨® por la nueva sensibilidad californiana con el supergrupo Crosby, Stills and Nash, luego cuarteto con la entrada de Neil Young, o por la complejidad de Yes.
Ertegun despleg¨® toda su seducci¨®n hasta que consigui¨® pactar con The Rolling Stones, que hab¨ªan creado su propio sello tras ser despojados de sus grabaciones de los sesenta por un manager sin escr¨²pulos.
En compa?¨ªa de su esposa, la dise?adora Mica, Ahmet sirvi¨® de puente entre la alta sociedad y la aristocracia del rock (el concierto de los Stones en que sufri¨® el accidente fatal conmemoraba el 60 cumplea?os de Bill Clinton y recaudaba fondos para su fundaci¨®n). Sus antenas estaban orientadas hacia los gustos plebeyos y supo reconocer el potencial de artistas alejados de su est¨¦tica pero que despacharon muchos millones de copias, desde AC/DC a Foreigner. No le asombraba que un grupo hoy olvidado, Hootie & the Blowfish, consiguiera el r¨¦cord de ventas hist¨®rico de Atlantic a mediados de los 90.
A pesar de su barbita mefistof¨¦lica, Ahmet deshac¨ªa cualquier suspicacia. Era un hedonista que compart¨ªa generosamente sus miles de an¨¦cdotas y su pasi¨®n por la vida. M¨²sicos o disqueros, los que le trataron terminaban maravillados y haci¨¦ndose promesas: "de mayor, quiero ser como Ahmet".
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