El dandi que se quiso poeta
Fue bien conocido en vida y hoy tiene una resonante legi¨®n de partidarios (entre quienes me cuento) por sus talentos casi igual que por sus limitaciones. C¨¦sar Gonz¨¢lez-Ruano (19031965) -a la espera de una cabal, sensata y bien estudiada biograf¨ªa-sigue teniendo fama de se?orito sin dinero, manirroto, golfo y sinverg¨¹enza. En el pr¨®logo a esta antolog¨ªa de su eclipsada obra po¨¦tica lo recuerda Juan Lamillar en palabras de Guill¨¦n a Salinas: "Sinverg¨¹enza conocido y profesional". Elegante y atildado, Ruano triunf¨® en el periodismo, y era un todoterreno de la literatura: reportajes, novelas, entrevistas, memorias, diarios, semblanzas y poes¨ªa, su principal y acaso m¨¢s fallida pasi¨®n. ?Por qu¨¦ se recuerda hoy a Ruano? Por su prosa period¨ªstica, plenamente vivaz: desde el art¨ªculo al retrato corto, como en aquel precioso librito Siluetas de escritores contempor¨¢neos (1949). Por supuesto, se recuerda adem¨¢s (ya lo he dicho) al personaje nunca deslindado claramente. ?Al poeta? Me temo que no, y que el panorama al respecto no cambiar¨¢ mucho a pesar de algunas buenas intenciones.
?NGEL EN LLAMAS (Antolog¨ªa.1920-1965)
C¨¦sar Gonz¨¢lez-Ruano
Edici¨®n de Juan Lamillar
Renacimiento. Sevilla, 2006
313 p¨¢ginas. 12 euros
Ya en 1983 Francisco Rivas edit¨® una Poes¨ªa de Ruano que logr¨® que se volviera a hablar del escritor (y se revalorizaran sus viejas ediciones) pero se prefiriese mirar para otro lado antes que tratar del poeta. No era nuevo. Su fracaso al respecto lo supo el autor en vida muy claramente, tanto que en sus ¨²ltimos veinte a?os -de incesante actividad pros¨ªstica- se cort¨®, de cara al p¨²blico, la coleta del verso. Pero fue poeta, desde sus inicios y con mucha tenacidad. Am¨® enormemente la poes¨ªa, que se le entreg¨® y hurt¨® al tiempo. Modernista tard¨ªo y ultra¨ªsta gozoso, sus versos m¨¢s significativos (no los mejores) son de esos a?os: De la locura, el pecado y la muerte (1921), Poemas de la ciudad (1922) o Viaducto (1925). De los flirteos con el decadentismo -que nunca olvid¨®- y la vanguardia, C¨¦sar pas¨® al tono ret¨®rico y posmodernista de Ram¨®n de Basterra, con Gesta nobiliaria del Pirineo en la guerra (1926) o Loa de estirpes (1927), y de ah¨ª a su poes¨ªa final y mejor que est¨¢ en el libro que da t¨ªtulo a esta antolog¨ªa, ?ngel en llamas (1941), sonetos publicados en Par¨ªs, cuando Espa?a se llenaba de otros sonetos. Ya que hay un garcilasismo de preguerra (en el que puede entrar Ruano) muy distinto al oficial "garcilasismo" de posguerra. Ediciones cortas y raras, versos cl¨¢sicos, encabalgamientos entre la tradici¨®n y el surrealismo m¨¢s pr¨®ximo, un ¨®rdago a Wilde (muy lejos de Reading) en la Balada de Cherche-Midi -1944-, su prisi¨®n parisiense, y como intentona final su Poes¨ªa reunida en la edici¨®n, ya de normal tirada, de 1944. En la revista Fantas¨ªa de Madrid, publicar¨ªa un a?o despu¨¦s sus ¨²ltimos poemas en vida. El gran Ruano, el famos¨ªsimo Ruano, hab¨ªa dado ese envite -que le consideraran poeta- por perdido.
?Es entonces un mal poeta,
tapado por su aura de personaje y prosista? No, C¨¦sar es un buen poeta. Se maneja con indudable soltura y buen hacer en el verso, cl¨¢sico o libre, pero a mi entender su carencia, su drama, es la falta de voz propia. Un hombre tan singular no tuvo singularidad po¨¦tica. Lamillar cierra su antolog¨ªa con un poema p¨®stumo en cuatro cuartetos libres, que Ruano escribi¨® el ¨²ltimo a?o de su vida: 'La adolescente muerta'. Bellos versos funerales sin apenas un toque distintivo: "Yo no puedo creerlo. Es una falsa / hipocres¨ªa que la carne huya / cuando apenas comenzaba / habitar sobre ti la Primavera". Es s¨®lo un ejemplo tard¨ªo que puede multiplicarse (con alguna sorpresa) en toda su trayectoria, seg¨²n flujos, momentos o escuelas. El drama no es nuevo: un buen poeta sin voz. Al menos a Ruano, en todo lo dem¨¢s, le sonri¨® bastante la Fortuna, y vida y prosa debieron compensar la llaga de la Musa traicionera.
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