Y ahora la catenaria

Sin duda, ¨¦ste no es el mejor a?o de la vida pol¨ªtica de Jos¨¦ Ram¨®n Garc¨ªa Ant¨®n, el consejero de Infraestructuras de la Generalitat. La ca¨ªda a plomo de cerca de mil metros de catenaria de la l¨ªnea T-2 del tranv¨ªa en la tarde de ayer supuso una vuelta de tuerca m¨¢s sobre su apretada situaci¨®n pol¨ªtica, que, dicho sea de paso, es inversamente proporcional a su capacidad de gesti¨®n y al conocimiento que tiene en la materia de que es responsable. El incidente de ayer, que pudo llegar a ocasionar otra cat¨¢strofe de haber circulado la corriente por el cable, o simplemente de haber alcanzado a algunos de los miles de transe¨²ntes que a esa hora utilizaron las dos calles afectadas para llegar hasta el estadio del Levante, por suerte s¨®lo tuvo consecuencias sobre la chapa de varios veh¨ªculos estacionados en la zona. Sin embargo, demuele a¨²n m¨¢s la deteriorada imagen de Ferrocarrils de la Generalitat y acerca m¨¢s hacia el borde del abismo, si cabe, a Garc¨ªa Ant¨®n. Este nuevo episodio se produce apenas unos meses despu¨¦s del accidente de la Linea 1 del metro, que se cobr¨® 43 vidas (y, sorprendentemente, ninguna dimisi¨®n), al que ha seguido una cascada de aver¨ªas que han intensificado la sensaci¨®n de inseguridad en el trayecto suburbano. Tambi¨¦n ocurre, parad¨®jicamente, veinticuatro horas despu¨¦s de que la jaur¨ªa de heraldos del PP valenciano hubiera salido en tromba a morder al Gobierno central por las aver¨ªas el¨¦ctricas que causan retrasos en los trenes de Renfe. Ayer, en cambio, Ferrocarrils de la Generalitat volvi¨® a escurrir el bulto y desvi¨® hacia a la UTE que est¨¢ realizando esta instalaci¨®n cualquier explicaci¨®n y responsabilidad sobre un incidente que, pese a las tangentes que se le habilitaron ayer en la Presidencia de la Generalitat, no hace sino reforzar el v¨ªnculo de Garc¨ªa Ant¨®n con el abandono de los servicios p¨²blicos, en contraposici¨®n con el faraonismo emblem¨¢tico del Consell. A Garc¨ªa Ant¨®n le puso la diana en el pecho Francisco Camps el d¨ªa en que, en vez de forzar alguna dimisi¨®n en el segundo escal¨®n de su departamento para zanjar la crisis del accidente del metro, lo empuj¨® hacia la l¨ªnea de fuego para justificar lo que es injustificable. Ahora el consejero simplemente est¨¢ siendo absorbido por una atracci¨®n gravitatoria que ya afecta al Consell entero. Tras hundimiento del escenario del Palau de les Arts, se ha desplomado la catenaria, y se admiten apuestas a que la prisa por inaugurar antes de las elecciones todav¨ªa suministra otros inquietantes titulares en sentido homenaje a Newton.