Ladrillo
Digamos, por amor a la presunci¨®n de inocencia, que es posible que los responsables de la catastr¨®fica Air Madrid sean unos individuos rigurosos y honestos, e incluso unos adalides del compromiso social y la filantrop¨ªa. Pero, la verdad, a lo que suena todo este sucio embrollo es a una desaforada hambruna de riqueza y un inmenso morro.
Leo que el presidente de Air Madrid, Jos¨¦ Luis Carrillo, es un triunfante empresario de 65 a?os. Posee 37 hoteles y un operador tur¨ªstico, Alada Tours. Y adem¨¢s, c¨¢spita, qu¨¦ casualidad, es constructor y promotor inmobiliario. Digamos tambi¨¦n que los constructores y promotores inmobiliarios pueden ser unas bell¨ªsimas personas, pero es una actividad que se ha visto envuelta en demasiados esc¨¢ndalos ¨²ltimamente, hasta el punto de que hoy deben de ser los profesionales peor vistos del pa¨ªs, con excepci¨®n, naturalmente, de los pol¨ªticos, con quienes los constructores, por otra parte, mantienen tantas y tan entra?ables relaciones.
El caso es que el pufo inmobiliario es hoy el buque insignia de los mangantes. Si en la ¨¦poca de los primeros gobiernos socialistas se cre¨® la cultura del pelotazo, mayormente de perfiles financieros, bajo los gobiernos de Aznar y Zapatero hemos entrado en la cultura del ladrillazo. Cambian los procedimientos, pero los valores subyacentes son los mismos: atiborrarse de ganancias fabulosas y r¨¢pidas, buscarse estupendos amigos poderosos con los que intercambiar favores e influencias, pensar que formas parte de un club privilegiado de gente espabilada y que todos los dem¨¢s son tontos, minimizar y despreciar el da?o que haces a terceros (porque para eso les consideras tontos, ya est¨¢ dicho) y pisotear los l¨ªmites de la ley hasta emborronarlos. Nuestros mayores ten¨ªan otra ¨¦tica, la conciencia clara de la responsabilidad y del esfuerzo, y sab¨ªan que era imposible hacerse multimillonario de la noche al d¨ªa. Hoy, en cambio, cualquier listillo ansioso de forrarse puede poner en marcha una ganga insostenible como la de Air Madrid, sin pensar en las consecuencias y, por lo que se ve, sin que nadie le pida suficientes garant¨ªas. El ladrillo es hoy una manera de ser. Como dir¨ªa Bruce Lee, s¨¦ ladrillo, my friend. Y llegar¨¢s muy alto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.