Talism¨¢n
Una de las etapas m¨¢s intensas de mi vida profesional la viv¨ª en la C¨¢mara de Comercio de Valencia, donde form¨¦ parte del equipo directivo como responsable del ¨¢rea de Comunicaci¨®n.
Fueron siete a?os decisivos para modernizar una corporaci¨®n que necesitaba volar para proporcionar impulso a las empresas y a la econom¨ªa valenciana. Me dej¨¦ convencer un d¨ªa cualquiera, durante un encuentro econ¨®mico, en diciembre de 1988, poco despu¨¦s de la dimisi¨®n traum¨¢tica de Jos¨¦ Mar¨ªa Sim¨® Nogu¨¦s en la presidencia de la C¨¢mara. Hab¨ªa defendido la figura del presidente saliente en un art¨ªculo que titul¨¦ Con dignidad, en el que me lamentaba de que las formas y los procedimientos no hab¨ªan sido los m¨¢s adecuados para la credibilidad y la buena imagen de la instituci¨®n. Sim¨® fue despu¨¦s presidente de Bancaixa y desde esta entidad consigui¨® el control del Banco de Valencia que tambi¨¦n presidi¨®.
Despu¨¦s ocurrieron otros muchos acontecimientos durante el largo y denso mandato de Enrique Silla Criado. Se podr¨ªa reflexionar sobre las claves de un periodo decisivo para el mundo empresarial valenciano, que hab¨ªa alcanzado lo m¨¢s parecido a un estado de madurez con la participaci¨®n de l¨ªderes se?alados en C¨¢mara, Bancaixa, Feria de Valencia, la Bolsa, y la Confederaci¨®n Empresarial Valenciana (CEV). Esta entidad hab¨ªa atravesado una situaci¨®n complicada a partir de la dimisi¨®n de Vicente Iborra (1985) y la elecci¨®n de Pedro Agramunt frente a dos candidatos de peso: Salvador Fern¨¢ndez Calabuig y Ricardo Cardona, que se autoexcluy¨®. La consecuencia fue la escalada del entonces presidente de CEV y Cierval a la plataforma pol¨ªtica del PP en la Comunidad, a partir de la Cumbre empresarial de Orihuela en abril de 1989.
Ahora hemos podido saber que Jos¨¦ Enrique Silla ha sido reconocido con la concesi¨®n de la Medalla del Consejo Superior de C¨¢maras de Comercio de Espa?a, por su labor en defensa de estas instituciones. ?l mismo ha reconocido que su etapa se desarroll¨® en una ¨¦poca dif¨ªcil en la que la soledad, la penuria y el acoso marcaron el destino de un proyecto que, en sus inicios, fue ejemplar y apasionante, para acabar varado por la crispaci¨®n y las ambiciones. Jos¨¦ Enrique Silla fue presidente de la C¨¢mara de Valencia entre 1988 y 1995, cuando present¨® su dimisi¨®n forzado por las circunstancias y por razones de salud.
El actual presidente, Arturo Virosque, ha promovido esta concesi¨®n. Con el transcurso del tiempo se liman las aristas y se acrecientan las grandezas en aquellas iniciativas que dejan huella. Hab¨ªa un equipo cuajado, v¨¢lido y eficiente al que le resta la satisfacci¨®n de haber marcado las grandes l¨ªneas del proyecto m¨¢s s¨®lido de modernizaci¨®n de las C¨¢maras de Comercio en Espa?a. Unos han permanecido inc¨®lumes al embate de las olas y al paso del tiempo. Otros se dedicaron a otros menesteres: Ismael Sospedra, Ignacio Tormo, Jos¨¦ Mar¨ªa Gil Suay (que dirigi¨® el proyecto), Agust¨ªn Rovira o Guillermo Sim¨®. A todos ellos mi mejor recuerdo.
La C¨¢mara de Comercio de Valencia lideraba, sin reticencia alguna, al conjunto de las C¨¢maras de la Comunitat Valenciana, y establec¨ªa la pauta en el plan estrat¨¦gico de las C¨¢maras de Espa?a. La C¨¢mara de Comercio destac¨® en formaci¨®n empresarial, comunicaci¨®n, en pol¨ªtica industrial, en cooperaci¨®n empresarial, en coordinaci¨®n de log¨ªstica y transporte, en comercio exterior, en remodelaci¨®n institucional, en subcontrataci¨®n, en implantaci¨®n de innovaci¨®n tecnol¨®gica, en fortalecimiento de las nuevas tecnolog¨ªas, en vocaci¨®n europe¨ªsta y en tantas otras esferas de actuaci¨®n.
Fue, en definitiva, la consolidaci¨®n de un proyecto en equipo que se quiso frenar, desde dentro, por su liderazgo y, desde fuera, porque la Comunitat Valenciana amenazaba la supremac¨ªa y los privilegios de otras zonas y, m¨¢s concretamente, la hegemon¨ªa de Madrid y, en cierto modo, la de Barcelona, que ha representado incuestionablemente a toda Catalu?a. Silla, en un gesto que le honra, ha manifestado la voluntad de compartir el acto de entrega de la Medalla con todos los que le acompa?aron en aquellos a?os, que para ¨¦l tienen todav¨ªa un significado muy especial.
Cuenta para ello no s¨®lo con algunos de los miembros de los plenos que presidi¨®, sino tambi¨¦n con el equipo de directivos, t¨¦cnicos y empleados que, en gran medida, estar¨¢n en disposici¨®n de acompa?arle. Las C¨¢maras provocan animadversi¨®n o adhesiones inquebrantables. En ocasiones atraen o repelen y tienen la responsabilidad de intentar aproximarse a su segundo centenario con dignidad y fidelidad a su principio fundacional: promoci¨®n de iniciativas econ¨®micas y empresariales desde la independencia. Las medallas y los reconocimientos pueden ayudar a recuperar el pasado sin perder de vista el horizonte que se avecina.
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