"Seguiremos restituyendo los fondos de los dictadores a sus pa¨ªses de origen"
Micheline Calmy-Rey naci¨® el 8 de julio de 1945, semanas despu¨¦s del fin de la II Guerra Mundial en Europa. En 2002 fue nombrada ministra de Asuntos Exteriores. Ese mismo a?o, Suiza ingres¨® en la ONU y a ella le toc¨® dirigir los primeros pasos de su pa¨ªs en el organismo. Pol¨ªtica carism¨¢tica y controvertida, la socialista Calmy-Rey es la m¨¢s mediatizada y querida del Gobierno suizo. Es la segunda mujer en la historia en llegar a la presidencia del pa¨ªs, un cargo rotatorio de un a?o entre los miembros del Consejo Federal (Ejecutivo). Es "partidaria de una neutralidad activa", rompiendo la tradicional "neutralidad absoluta" suiza, lo que llev¨® a diversos analistas a decir que "ha roto la imagen de un pa¨ªs fortaleza interesado s¨®lo en s¨ª mismo".
"Hemos logrado desarrollar instituciones que nos permiten vivir en armon¨ªa. Lo que nos une es el federalismo y la democracia directa"
"La entrada de Suiza a la UE no es ciencia ficci¨®n. No cerramos las puertas. La petici¨®n de adhesi¨®n no ha sido retirada de Bruselas"
"Los intercambios entre las econom¨ªas espa?ola y suiza han crecido mucho. Espa?a es el sexto cliente de Suiza y su d¨¦cimo proveedor"
"El Bnaco Mundial nos ha dicho que los fondos de Abacha restituidos en Nigeria se utilizan para infraestructuras y obras sociales"
La mujer que se autodefine como "una monta?esa" es, en opini¨®n de sus colegas, "la Mitterrand de la pol¨ªtica suiza". Calmy-Rey ha logrado lo que hace s¨®lo cuatro a?os hubiera sido impensable: dar visibilidad a su pa¨ªs y que ¨¦ste hable con voz clara ante el mundo. La presidenta asumi¨® su mandato el 1 de enero.
Pregunta. Angela Merkel, Michelle Bachelet y ahora usted. Se acerca la hora de S¨¦gol¨¨ne Royal y, posiblemente, la de Hillary Clinton. ?Asistimos a una "oleada femenina" en pol¨ªtica?
Respuesta. Antes de hablar de "oleada femenina", hay que preguntarse cu¨¢ntas mujeres jefe de Estado hay en un total de 190 pa¨ªses. Ya era hora de un cambio, pues las mujeres han comenzado a implicarse seriamente en pol¨ªtica hace unos 20 a?os, y ahora vemos los resultados del esfuerzo y el compromiso de esa generaci¨®n. Este cambio permite a las mujeres tener modelos y cambiar el sistema presente, que comienza a feminizarse.
P. ?Hay un modo femenino de hacer pol¨ªtica?
R. Las mujeres tienen una forma de hacer las cosas diferente dado su papel en la familia. Est¨¢n habituadas a gestionar situaciones complejas y encontrar soluciones concretas a los problemas. Est¨¢n menos centradas en hacer carrera y m¨¢s en la defensa de valores como la vida o el medio ambiente. Todo ello aporta a la pol¨ªtica una visi¨®n distinta a la de los hombres, pues nuestra experiencia de la vida es diferente.
P. Suiza y Espa?a tienen algo en com¨²n: diversas nacionalidades hist¨®ricas y lenguas diferentes. ?Cu¨¢l ha sido el secreto helv¨¦tico para lograr la concordia?
R. Hemos logrado desarrollar instituciones que nos permiten vivir juntos y en armon¨ªa. Lo que une a los suizos es el federalismo y la democracia directa. Pertenezco a la minor¨ªa cat¨®lica y franc¨®fona, y nunca me he sentido aparte ni dominada por la mayor¨ªa germ¨¢nica protestante. Este modelo armonioso se enfrenta hoy a nuevos desaf¨ªos a trav¨¦s de la inmigraci¨®n. Hoy, el serbocroata es m¨¢s hablado que el romanche. El desaf¨ªo es saber si nuestro modelo puede adaptarse a la nueva inmigraci¨®n de pa¨ªses lejanos.
P. Suiza pr¨¢cticamente no tiene problemas con la inmigraci¨®n, a pesar de que ¨¦sta supera el 20% de la poblaci¨®n y en ciudades como Ginebra llega al 40%. ?C¨®mo lo explica?
R. Tenemos porcentajes de inmigraci¨®n muy elevados en comparaci¨®n con la media europea. Tras la II Guerra Mundial conocimos diversas oleadas de inmigraci¨®n, incluyendo la espa?ola. Hay en Suiza m¨¢s de 100.000 espa?oles. Esta historia nos permite asimilar la inmigraci¨®n sin grandes conflictos.
P. S¨®lo en Ginebra hay unos 10.000 trabajadores sin papeles, en particular latinoamericanos. ?Cu¨¢l puede ser la soluci¨®n?
R. Por definici¨®n, los indocumentados son invisibles. Existen pero, a muchos efectos, no les vemos. A pesar de ello, Ginebra admite a sus hijos en las escuelas p¨²blicas. Hemos hecho mucho por la integraci¨®n a trav¨¦s del sistema educativo y sanitario.
P. Usted se ha reunido recientemente con el ministro de Exteriores espa?ol, Miguel ?ngel Moratinos. ?C¨®mo est¨¢n las relaciones entre ambos pa¨ªses?
R. Las relaciones son muy buenas a nivel humano y cultural. Los intercambios comerciales entre ambos pa¨ªses se han duplicado entre 1990 y el 2000. Hoy Espa?a es el sexto cliente de Suiza y su d¨¦cimo proveedor. Trabajamos igualmente a nivel pol¨ªtico junto al Gobierno espa?ol en el proceso de paz en Colombia.
P. Diversos analistas dicen que el ingreso de Suiza en la UE es ciencia-ficci¨®n. ?Es as¨ª?
R. No somos un pa¨ªs como los dem¨¢s, sino que somos una naci¨®n formada gracias a la voluntad de sus miembros de vivir juntos. Muchos suizos temen que una eventual entrada en la UE cause perjuicio a esos valores y tradiciones y provoque una "fusi¨®n" con nuestros Estados vecinos, provocando as¨ª la desaparici¨®n de Suiza y de las instituciones que nos han permitido vivir en paz y armon¨ªa. Pero estamos en el coraz¨®n de Europa. Por eso hemos desarrollado acuerdos sectoriales que nos permiten proteger nuestros intereses y, al mismo tiempo, cooperar con la UE. En cierto modo, estamos m¨¢s integrados en la UE que algunos pa¨ªses miembros.
P. ?Es consciente de que el ciudadano europeo medio percibe a Suiza como un pa¨ªs que intenta mantener su excepcionalidad y sus privilegios?
R. Tal vez, pero los suizos han votado hace unos d¨ªas otorgar 600 millones de euros en ayudas a los 10 nuevos Estados miembros de la UE. Estamos construyendo t¨²neles transalpinos por valor de 15.000 millones de euros que facilitar¨¢n los transportes entre el sur y el norte de la UE. La entrada de Suiza en la UE no es ciencia-ficci¨®n, pues el Ejecutivo no cierra ninguna puerta y la petici¨®n de adhesi¨®n no ha sido retirada de Bruselas. La ¨²nica puerta que Suiza ha cerrado para siempre es la del aislamiento.
P. Usted lucha por la devoluci¨®n de fondos de dictadores a sus pa¨ªses de origen. ?C¨®mo seguir¨¢ esa pol¨ªtica?
R. Hemos sido el primer pa¨ªs del mundo en llevar a cabo una pol¨ªtica de restituci¨®n de fondos. Consideramos que no es nuestro dinero. La semana pasada el Banco Mundial afirm¨® que los 500 millones de d¨®lares restituidos a Nigeria de los fondos del dictador Sani Abacha est¨¢n siendo debidamente utilizados en la creaci¨®n de infraestructuras y acci¨®n social. Continuaremos restituyendo estos fondos a sus pa¨ªses de origen y espero que el mensaje que est¨¢ dando Suiza haya sido comprendido.
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