De Filippo y Concha Velasco
Eduardo de Filippo era un figlio d'arte. Debut¨® a los cuatro a?os en la compa?¨ªa de Eduardo Scarpetta, su padre, a quien ¨¦l y sus hermanos Titina y Peppino llamaron siempre "t¨ªo", porque eran hijos naturales suyos. Scarpetta, actor, autor, empresario y creador de Felice Sciosciammocca, protagonista de obras humor¨ªsticas disolventes, mantuvo durante d¨¦cadas una vida sentimental doble: con su esposa y con la sastra de la trouppe. Su negocio era su familia. Con diez a?os, Eduardo se encargaba de hacer copias a mano del repertorio paterno. As¨ª aprendi¨® inconscientemente c¨®mo se perfilan un personaje y una buena estructura dram¨¢tica. Lleg¨® a ser un actor descomunal, curtido en la revista y en las variedades. Sus hermanos y ¨¦l escrib¨ªan sus propios entremeses y los estrenaban como Teatro Humor¨ªstico I De Filippo. En escena, Eduardo le daba la vuelta al guante de la commedia dell'arte. "A primera vista, desilusiona", dijo de ¨¦l un cr¨ªtico brit¨¢nico. "Esto no es actuar, pensamos, y menos a la manera napolitana: se est¨¢ quieto, no adorna el personaje ni lo estiliza, no nos lo intenta imponer con su fuerte personalidad. Pero al cabo de un rato percibimos que lo que hace es hermoso, econ¨®mico, transparente y de una precisi¨®n exacta".
Sin mover un m¨²sculo,
Eduardo de Filippo lo dec¨ªa todo: como Buster Keaton y Karl Valentin. El estilo de su hermana Titina era otro, m¨¢s pegado a la levedad del g¨¦nero de variedades. Para aflorar su verdadero temperamento dram¨¢tico, Eduardo le escribi¨® en 1947 Filomena Marturano, la comedia que m¨¢s fama le ha dado fuera de Italia. Fue estrenada en toda Europa de inmediato, y en Broadway. En Madrid la protagoniz¨® Tina Gasc¨® ese mismo a?o; en Barcelona, Pepita Serrador; en Buenos Aires, la m¨ªtica Tita Merelo. En Londres la han hecho Joan Plowright y Judi Dench. Vittorio De Sica la rod¨® con Sofia Loren y Marcelo Mastroianni cambiando el t¨ªtulo: Matrimonio a la italiana. La versi¨®n que recordamos muchos, aunque sea de o¨ªdas, es la de ?ngel Fern¨¢ndez Montesinos, con Concha Velasco, en el Teatro de la Comedia en 1979. Actriz y director quieren revivir el viejo ¨¦xito en un montaje nuevo, con H¨¦ctor Colom¨¦ como Domenico, amante de Filomena, encarnado entonces por Jos¨¦ Sazatornil, Saza.
Dice De Filippo en sus Lezioni di Teatro (1986) que escribi¨® Filomena Marturano en doce horas: "Lo necesitaba. Me sal¨ªa de golpe". Es una bonita exageraci¨®n napolitana. Treinta a?os antes declar¨® que le llev¨® tres o cuatro meses, y que se inspir¨® en una cr¨®nica de sucesos. Su protagonista, ex prostituta mantenida por Domenico, le reclama llegada la madurez que reconozca a sus tres hijos naturales de padres distintos: s¨®lo uno es fruto de su relaci¨®n. "El personaje dise?ado por De Filippo permite a cualquier actriz con dotes histri¨®nicas emplearlas a tope, aunque parezca parad¨®jico, sin exageraci¨®n, lo que no deja de ser un hallazgo: un desmadre fin¨ªsimamente cuadriculado. Concha Velasco lo consigue impecablemente", escribi¨® el cr¨ªtico ?ngel Fern¨¢ndez Santos despu¨¦s del estreno de hace tres d¨¦cadas. ?Puede un int¨¦rprete volver sobre el mismo papel con una edad tan diferente? Miremos lo que hac¨ªa el propio De Filippo. Con treinta a?os encarn¨® al septuagenario protagonista de Natale in casa Cupiello, y volvi¨® a hacerlo en cada reestreno, hasta que se retir¨®, a los 77 a?os.
Filomena Marturano. Madrid. Teatro de La Latina. Desde el 12 de enero.
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