Los 'yihadistas' perdidos de Somalia
Combatientes de todo el mundo acudieron al Cuerno de ?frica para luchar con los islamistas
La sala del hospital para leprosos de Baidoa es tan grande que los cuatro cuerpos tumbados parecen perdidos entre el olor a formol. Estos j¨®venes se encuentran aislados voluntariamente: son enemigos del Gobierno legal, islamistas heridos durante los combates y apresados. En otros lugares de este hospital se hacinan los combatientes progubernamentales, heridos durante la guerra contra las milicias islamistas. Pero estos cuatro tienen un espacio para ellos en el que pueden rumiar una derrota que, gracias al adoctrinamiento religioso, nunca hab¨ªan imaginado.
"Era un estudiante de religi¨®n y quer¨ªa luchar por la causa del islam, por la yihad", explica Mohamed Ahmed, de 24 a?os, con una pierna escayolada. "Hace un mes me alist¨¦ con los tribunales isl¨¢micos. Les segu¨ª y me dieron una metralleta". Herido en Idale, cerca de Baidoa, sobrevivi¨® con una fractura m¨²ltiple y una herida de bala, mientras que decenas de compa?eros han ca¨ªdo.
"Vine por el islam, pero tambi¨¦n por la paga", se?ala un sudan¨¦s herido
"Nuestro jefe se llamaba Abdal¨¢, ven¨ªa de Sud¨¢n y hablaba ¨¢rabe. No s¨¦ qu¨¦ ha sido de ¨¦l. Ni siquiera conozco su rostro. Hab¨ªa muchos extranjeros, ¨¢rabes, que han muerto", se?ala. ?Cu¨¢ntos prisioneros han hecho los somal¨ªes y los et¨ªopes? ?Qu¨¦ muestra su nacionalidad sobre el alcance de un conflicto que pod¨ªa culminar con la creaci¨®n de un r¨¦gimen islamista del tipo talib¨¢n en Somalia, un pa¨ªs que lleva 15 a?os, que carece de Estado y que vive en el caos?
"Los soldados extranjeros vencidos no se rend¨ªan. Algunos prefer¨ªan suicidarse y muy pocos han sido capturados", afirma el general Ismail Kasim Nadji, un comandante del Ej¨¦rcito somal¨ª que eval¨²a "entre 200 y 300" los prisioneros capturados durante los combates en torno a Baidoa. Muchos son eritreos -enemigos de los et¨ªopes que encabezaron la ofensiva contra los islamistas- y oromos, una minor¨ªa et¨ªope, pero tambi¨¦n hay paquistan¨ªes. El ministro del Interior, Husein Aideed, dice que tiene pasaportes encontrados en muertos de nacionalidad yemen¨ª, paquistan¨ª, pero tambi¨¦n brit¨¢nica, estadounidense y australiana.
"Muchos combatientes eran voluntarios de las brigadas internacionales. Hemos encontrado insignias de Hezbol¨¢ en uniformes. Hab¨ªa blancos, asi¨¢ticos, paquistan¨ªes, afganos", confirm¨® el general Nadji. "Tambi¨¦n chechenos. Hemos interceptado comunicaciones en ruso". Un 20% de los prisioneros eran extranjeros, entre ellos et¨ªopes y eritreos. Ser¨¢n encarcelados en una prisi¨®n cercana al peque?o aeropuerto de Baidoa. "Estamos llevando a cabo investigaciones. La Cruz Roja ser¨¢ informada", afirma Abderam¨¢n Denari, portavoz del Gobierno somal¨ª.
Otras informaciones aseguran que los et¨ªopes, con la ayuda de estadounidenses, se han ocupado directamente de la suerte de los prisioneros extranjeros. Pero el Ej¨¦rcito de Addis Abeba mantiene un silencio absoluto. Los et¨ªopes son vistos como invasores por muchos somal¨ªes. [Un civil muri¨® y varios resultaron heridos por disparos en una manifestaci¨®n en la que participaron ayer cientos de personas contra la presencia de las tropas et¨ªopes en Somalia, informa la agencia France Presse].
La cuesti¨®n de los presos se ha vuelto m¨¢s importante despu¨¦s de la ca¨ªda de la ciudad de Kismayo. Altos responsables de los Tribunales Isl¨¢micos, que han sido acusados de proteger a miembros de Al Qaeda, se han atrincherado en el extremo sur del pa¨ªs, en la frontera con Kenia. Los combates que prosiguen en esta ¨²ltima bolsa de resistencia permiten augurar la posible captura de "l¨ªderes terroristas".
En la cama del hospital, junto a otros heridos de las tropas gubernamentales, Mohamed Al¨ª Osmane parece convencido: "Luchaba por mi pa¨ªs y contra Al Qaeda", proclama este muchacho de unos 16 a?os, herido de bala en el t¨®rax. "Los enemigos no hablaban somal¨ª. Ven¨ªan de los pa¨ªses ¨¢rabes o de Pakist¨¢n. No hablaban somal¨ª". Cuando lleg¨® al hospital, este joven "lloraba sin cesar, no sab¨ªa d¨®nde estaba", comenta el doctor Mohied Husein Dirie, cirujano, que le ha operado sin llegar a extraerle la bala.
El m¨¦dico reconoce que unos veinte heridos han muerto en el hospital en los ¨²ltimos d¨ªas. Sobrevivir en este lugar, en el que faltan medicinas y medios, parece un milagro. "Las organizaciones humanitarias que deber¨ªan ayudarnos no hacen nada", fulmina el doctor Abdiaziz Yusuf, ministro de Sanidad, que recorre el hospital.
En el otro extremo del hospital, entre los prisioneros islamistas, Yusuf Al¨ª Gesey, padre de familia, se lamenta, por su herida, por la derrota, pero tambi¨¦n por no haber recibido la paga prometida. "Vine por el islam, pero tambi¨¦n por la paga. La derrota forma parte de los planes de Dios. Y mi herida tambi¨¦n".
? Le Monde / EL PA?S.
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