La conquista de la Ant¨¢rtida
El programa de TVE 'Al filo de lo imposible' recorre 4.500 kil¨®metros del continente helado a bordo de un catamar¨¢n polar
Exploraci¨®n, ciencia y aventura. Al filo de lo imposible ha unido estos tres factores en el que ha sido su m¨¢s ambicioso y arriesgado reto: atravesar la Ant¨¢rtida oriental sin el apoyo de veh¨ªculos mec¨¢nicos. La traves¨ªa -4.500 kil¨®metros por las estepas heladas a bordo de un catamar¨¢n polar movido por cometas- se ha concentrado en seis cap¨ªtulos que La 2 estrena hoy (21.30) bajo el t¨ªtulo 'En el conf¨ªn de la Tierra'.
Esta serie documental materializa la "curiosidad y valent¨ªa del ser humano", explica su director, Sebasti¨¢n ?lvaro, convencido de que Al filo "no es s¨®lo un programa sino una forma de vida" que, adem¨¢s, representa "lo mejor de la televisi¨®n p¨²blica".
Fueron 63 d¨ªas de viaje en los que los especialistas polares de Al filo soportaron vientos huracanados de 300 kil¨®metros por hora, mares traicioneros salpicados de gigantescos icebergs y temperaturas de 50 bajo cero. La aventura hacia el ¨²ltimo lugar salvaje del planeta comenz¨® en 1999, aunque la burocracia y la b¨²squeda de financiaci¨®n no permitieron emprender el viaje hasta 2005.
"La Ant¨¢rtida se merec¨ªa un monogr¨¢fico", comenta ?lvaro, que atribuye el ¨¦xito de la expedici¨®n al "tes¨®n, la experiencia y la sabidur¨ªa" de Ram¨®n Larramendi, "el mayor explorador polar espa?ol de todos los tiempos", que comparti¨® marcha con Juan Manuel Viu e Ignacio Oficialdegui.
Larramendi dise?¨® el primer trineo polar impulsado con energ¨ªa renovable (10 cometas de diferente tama?o). Antes de emplear en la Ant¨¢rtida este ingenio -m¨¢s parecido a un trillo que a un medio de transporte- prob¨® su efectividad en Groenlandia. Inspirado en la tradici¨®n de los esquimales pero construido con los m¨¢s modernos materiales, este artefacto traslad¨® a los tres expedicionarios por una zona inh¨®spita y g¨¦lida, siguiendo la estela de los m¨ªticos Roald Admunsen, Robert F. Scott y Ernest Shackleton, el aut¨¦ntico h¨¦roe de la Ant¨¢rtida.
Pero ninguno lleg¨® tan lejos como Al filo. "Somos los primeros seres humanos en pisar el punto m¨¢s inaccesible de la Tierra", explica Larramendi, que lamenta la poca colaboraci¨®n de los franceses asentados en el continente para completar la traves¨ªa espa?ola, que en principio superaba los 6.000 kil¨®metros. Por el contrario, reconoce el apoyo de los rusos.
No faltaron otras dificultades. Ignacio Oficialdegui asegura que "la superficie era mucho m¨¢s irregular de lo que nos contaron. El pl¨¢stico chocaba con las olas de hielo e iba erosionado el trineo. Pero el ingenio de Larramendi estaba dise?ado para salir de todas". El catamar¨¢n pod¨ªa alcanzar los 40 kil¨®metros por hora, aunque los d¨ªas sin viento eran "bastante inc¨®modos para la moral". Tanto como las ventistas que despertaron al final del recorrido, cerca ya de la costa donde se ubica la base rusa de Vostok, a donde llegaron el 11 de diciembre de 2005. Arriesgada fue tambi¨¦n la "operaci¨®n de rescate" desplegada para recuperar material de v¨ªdeo perdido en el camino.
Patrocinada por Mapfre, Acciona y Reyno de Navarra, la expedici¨®n ha tenido una vertiente cient¨ªfica. "Hemos tomado muestras de hielo a un metro de profundidad cada 30 o 40 kil¨®metros que han sido trasladadas a Francia. El Instituto Glaciol¨®gico de Grenoble llevaba 25 a?os detr¨¢s de estas muestras, a las que no hab¨ªa podido acceder por problemas de financiaci¨®n. Era uno de los grandes espacios en blanco de la Ant¨¢rtida", dice Larramendi. Esta misi¨®n, enmarcada en un estudio internacional sobre el cambio clim¨¢tico, ha sido coordinada por el ge¨®grafo Eduardo Mart¨ªnez de Pis¨®n.
Adem¨¢s, la expedici¨®n ha realizado inmersiones de buceo bajo los gigantescos icebergs, escalado el enigm¨¢tico monte Wandell y filmado grandes cet¨¢ceos, colonias de ping¨¹inos y focas leopardo. Para el camar¨®grafo Antonio Perezgrueso, el escenario ofrec¨ªa "una luz que no se encuentra en otras latitudes de la Tierra, con interminables sombras y un abanico de asombrosas tonalidades en el cielo y en el hielo". En este territorio hostil, lo fundamental fue "mimar" la c¨¢mara para exponerla el menor tiempo posible al fr¨ªo.
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