Pasado
Es probable que viendo Morancos 2007 alguien crea que se trata de una de esas reposiciones nost¨¢lgicas con las que TVE ha conseguido recuperar parte de la audiencia perdida. Por eso se agradece que el d¨²o de c¨®micos andaluces haga constar el a?o de su cosecha para, en la medida de lo posible, diferenciarse de su producci¨®n anterior. Si uno se fija observar¨¢ que, en efecto, hay parodias y gags actuales aunque, como es l¨®gico, predomina la f¨®rmula de siempre: diversi¨®n popular en la que, cuando la comicidad no logra activar los mecanismos de la risa espont¨¢nea, se recurre al atajo vocinglero o al travestismo quirom¨¢ntico para disparar ese fen¨®meno conocido -por algo ser¨¢- como risa tonta. Y tambi¨¦n se echa mano del truco de re¨ªr antes del final del chiste para contagiar carcajadas que, como la pesca indiscriminada, funcionan por arrastre.
Que el invitado estrella fuera David Bisbal, al que hemos visto en todos los programas de TVE menos dando la informaci¨®n metereol¨®gica, refuerza la declaraci¨®n repetitiva que Los Morancos ofrecen a su p¨²blico, leg¨ªtimamente encantado de ver m¨¢s de lo mismo. Como elemento destacable quedar¨¢ la entrevista-espect¨¢culo que le hicieron a Ana Garc¨ªa Obreg¨®n y que fue una versi¨®n de primera mano de parte de la informaci¨®n viscosa con la que suelen traficar los programas del coraz¨®n. Resulta curioso que quien m¨¢s se queja de la intromisi¨®n en su vida privada decida hablar casi exclusivamente de uno de los episodios m¨¢s grotescos de su intimidad (escenificaci¨®n de su discusi¨®n con Victoria, la esposa de Beckham, en un gimnasio de la jet set). Por suerte, en la cada vez m¨¢s dallasiana La d¨¢rsena de poniente, que TVE emiti¨® a continuaci¨®n, el presente mejora el pasado del protagonista, Alberto Baz¨¢n (Sancho Gracia), un amn¨¦sico que, a medida que recupera la memoria, va descubriendo que durante a?os fue "un cabr¨®n sin escr¨²pulos". ?ste es, como bien saben los historiadores, el problema de tener pasado (hist¨®rico o no).
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