Muerte en directo

El a?o 2006 se acab¨® con una noticia esperada y deseada por muchos: la ejecuci¨®n del ex rais iraqu¨ª Sadam Husein, ahorcado en la madrugada del s¨¢bado 30 de diciembre en Bagdad. No quiero hablar de que si hicieron bien o no en matarlo -o, m¨¢s en general, si es justo o no matar a otros seres vivientes-, sino del uso que unos telediarios y emisiones televisivas hicieron de las im¨¢genes "en directo" de su muerte.

?Hicieron bien los medios en mostrar lo que pas¨® sin esconder la verdad? Personalmente, no vi toda la ejecuci¨®n porque en el telediario que suelo mirar por la noche cortaron el v¨ªdeo, pero s¨¦ que otros directores de informativos lo hicieron ver todo ¨ªntegramente, como si se tratara de un espect¨¢culo de circo, un entretenimiento m¨¢s, entre un brindis y la preparaci¨®n de la comida para la Nochevieja.

Creo que la "muerte espect¨¢culo" no sirve de nada sino para transformar, en este caso, a un dictador en m¨¢rtir. Es verdad que cada uno puede apagar el televisor y no ver lo que no le gusta, pero a veces las im¨¢genes casi se nos imponen; al fin y al cabo, se trata de emisiones accesibles a todo el mundo, tambi¨¦n a los ni?os. Los que necesitan ver im¨¢genes tan crueles y cruentas pueden mirarlas por Internet, donde ya hay un v¨ªdeo hecho con un m¨®vil por un videoaficionado que asisti¨® a la muerte de Sadam. Una cosa es informar, otra suscitar emociones en nombre del periodismo, pretendiendo que todo se pueda y se tenga que ver. ?Hasta d¨®nde llegaremos por el ¨ªndice de audiencia.