Mi perro baila flamenco
La pasi¨®n de los espa?oles por sus animales de compa?¨ªa ha impulsado un negocio floreciente y apenas explotado que abarca desde la comida de siempre a los trajes y joyas exclusivos
La situaci¨®n es cotidiana: una llave que gira dos veces, una puerta que se abre, alguien que llega agotado del trabajo y el saludo acostumbrado:
-?Hola, Lucas! ?Qu¨¦ tal?
El referido no es el padre, el hermano, el amante o el confidente. Es un gato rampl¨®n de 16 a?os y la confirmaci¨®n de que, seg¨²n datos de la American Animal Hospital Association, el 78% de los due?os de mascotas saluda en primer lugar a su animal favorito que a su pareja al llegar a casa. Tres cuartos de lo mismo sucede en Espa?a, por lo que tampoco extra?a que el negocio de los animales de compa?¨ªa mueva m¨¢s y m¨¢s euros. "Realmente es un mercado con muchas posibilidades", afirma Almudena Show, directora general de Ocilis, una cadena que engloba en sus centros desde la consulta veterinaria de toda la vida a las peluquer¨ªas y spa de ¨²ltima generaci¨®n. "Esto no es al azar, es una idea muy elaborada", a?ade Show en medio de los ladridos de sus perros de competici¨®n; "se hizo un estudio de mercado y adoptamos el modelo de unas tiendas que hay por Nueva York".
"Hasta que se deciden a tener hijos, muchos encauzan el instinto maternal en el animal"
"Si yo me compro algo exclusivo, ?por qu¨¦ no voy a hacerlo con mi mascota?", es la tesis
Salones de belleza, balnearios donde eliminar el estr¨¦s, clases de danza o de flamenco, representaciones teatrales, perfumes de Garnier, trajes de Valentino... Los espa?oles apoquinan una media de 500 euros al a?o en el mantenimiento de sus compa?eros de cuatro patas, una cantidad que puede subir hasta los 1.500 euros en funci¨®n de la raza -si tiene pedigr¨ª o es mestizo-, la edad -los cachorros, como los cr¨ªos, salen m¨¢s caros- y los caprichos... del due?o.
"Antes, la mentalidad era m¨¢s cerrada, pero la gente se est¨¢ abriendo m¨¢s. '?C¨®mo le voy a comprar algo al perro? ?Si es un perro!', se dec¨ªan. Ahora prueban, ?y sabe qu¨¦? Siempre vuelven", asegura Alexis Bedoya, dependiente de Pet ¨¤ Porter. Ubicada en un esquinazo fet¨¦n de una calle c¨¦ntrica de Madrid, la boutique dispone desde elementos de ¨²ltima generaci¨®n, como sus piensos 100% vegetarianos, hasta colgantes y collares dise?ados por catalanes y prendas italianas. Tambi¨¦n se ven vestidos con mucho rosa, o con las barras y las estrellas. Por no hablar de las camas de dise?o -con somier incluido por 90 euros-, los premios de yogur o chocolate, los cojines, siempre a tono con los muebles del sal¨®n o del recibidor... "Hac¨ªan falta tiendas de ¨¦stas; Luna y Brutus son de la familia", asevera Arantxa, que se las ha visto para adivinar la talla de camiseta de las criaturas. "Es que se las quitan si no las llevan ce?idas". Aranzazu refuerza sus palabras: "Aqu¨ª hemos encontrado la soluci¨®n para Urco, nuestro pastor alem¨¢n. ?Es que te viene con el aliento de oso y te da una pena apartarle!".
?Qu¨¦ hay de las fragancias? Aparte de combatir la halitosis, las hay afrutadas y de lo m¨¢s chic, como la l¨ªnea de cosm¨¦ticos galos Oh my cat! "Si yo me compro algo exclusivo, ?por qu¨¦ no se lo compro a mi mascota?", es la tesis de la promotora de la tienda.
Tras licenciarse como veterinaria, Elisa Reyna se traslad¨® un tiempo a Londres, donde se le abrieron los ojos. Se dio cuenta de que en Espa?a hab¨ªa un mercado virgen por explotar, donde s¨®lo exist¨ªan peque?as tiendas. Ninguna especializada en perros y gatos, en un mercado con un potencial de quilates: seg¨²n datos de la Fundaci¨®n Eroski, en los hogares espa?oles habitan 13 millones de perros, cinco de gatos, cuatro de p¨¢jaros y, adem¨¢s de peces, h¨¢msteres y derivados. Es decir, m¨¢s de la mitad de los domicilios cuenta con uno o m¨¢s inquilinos que ladran o bufan, y que, como uno m¨¢s del linaje, requieren sus cuidados.
Por ejemplo, el ba?o y corte a un cocker ronda los 40 euros. No hay precios fijos: "Depende de si es a tijera o a m¨¢quina, si es un carding... Un trabajo normal son unas dos horas. Y, mientras, hacemos una revisi¨®n general del animal", dicen en Ocilis. La hora de la verdad llega con los felinos. "?Los gatos se dejan hacer todo hasta que llega el agua!", r¨ªen en la peluquer¨ªa, estructurada seg¨²n los principios arm¨®nicos del feng shui. Aunque haya alg¨²n perro malencarado. "?No me extra?a que le haya mordido [al estilista]. Es como tener un hijo rebelde. ?Si me muerde a m¨ª, que soy su ama! ?Con lo que me quiere!", se desga?ita una clienta. "Aunque no lo crea, esta profesi¨®n es muy estresante. ?Y si algo sale mal? ?Y si le hago una herida? Esto no es cortar y punto; hay que ganarse la confianza del animal", asegura una especialista.
El factor emocional vale su dinero, y los comerciantes son los que mejor lo saben. "La filosof¨ªa de la mascota ha cambiado. La gente dispone de menos tiempo para tener hijos, que adem¨¢s suponen un fuerte desembolso de dinero. Hasta que se deciden, el instinto maternal lo encauzan al perro o el gato", considera Show.
Y hay mucha soledad. Mucha gente mayor que tiene un perro como acompa?ante, que les obliga a salir todos los d¨ªas y a hacer amistades que de otro modo no har¨ªan. "A veces, a la tienda vienen personas que han trabajado toda su vida, y lo ¨²nico que les queda es un perro o un gato. ?sa es su familia. El ¨²nico ser que les da cari?o. As¨ª que vienen al mostrador y ya sabes lo que piensan: '?Cu¨¢nto es? Lo que sea'. Uno hace igual con su familia. Tienes un hijo y te desvives por ¨¦l", apostilla Bedoya.
Pero, ?hasta cu¨¢ndo son de verdad uno m¨¢s de la familia? Cuando una mascota muere, la mayor¨ªa termina en la basura. Con suerte, un servicio de recogida de la Administraci¨®n se har¨¢ cargo del cuerpo. A no ser que el due?o est¨¦ dispuesto a depositar 290 euros (IVA incluido) por enterrar a un perro o gato peque?o o 580, si el fallecido es un mast¨ªn o un rottweiler. "Al principio se re¨ªan de nosotros, pero ahora ya es un servicio normal", asiente Eduardo Birenbaum, trabajador de El ?ltimo Parque, "la residencia definitiva de aquellos fieles amigos del hombre que por esas cosas del destino han podido encontrar un bello lugar de reposo". El ¨²nico cementerio de animales de la Comunidad de Madrid, abierto en 1983 en un pinar de Arganda del Rey, ya cuenta con 4.000 tumbas. "Salvo un par de San Antonios antiguos, no permitimos cruces ni im¨¢genes religiosas de ninguna clase. Para no herir susceptibilidades ni que se termine pareciendo a un cementerio de humanos", abunda Birenbaum. S¨ª se ven fotos enmarcadas y alguna que otra estatua, con los nombres de Perla o Reflection en placas de m¨¢rmol de distintos colores. Sobrio, como cualquier empleado de funeraria que se precie, Birenbaum organiza la recogida y sepultura de los cuerpos. "No es una ceremonia", aclara. La manutenci¨®n de la fosa cuesta 49,50 euros anuales.
Pese a todo, aunque est¨¦n rodeadas de riquezas, las mascotas pueden caer en la depresi¨®n: el 6% de los perros y gatos australianos toma antidepresivos. "Ser¨¢ por el ritmo de vida occidental", sentencia Iv¨¢n Blanquer, due?o de Ghost, un chucho, y Mini, un "bastardillo callejero". "Pero que conste que le quiero", puntualiza el due?o.
ESTADOS UNIDOS: M¨²sica de Julio Iglesias
No s¨®lo es el pa¨ªs que m¨¢s dinero gasta en sus mascotas, alrededor de 35.000 millones de d¨®lares cada a?o; tambi¨¦n es el m¨¢s extravagante. "A mis dos perros les llevo a un centro de baile donde les ponen canciones de Julio Iglesias", cuenta Daisy desde Miami.
Con m¨¢s de 1.500 centros para cuidados caninos, incluidos gigantes como PetSmart y Petco, no es raro que amo y mascota recorran las calles de Nueva York vestidos de la misma guisa. Aparte de las terapias de acupuntura y la car¨ªsima comida org¨¢nica -tambi¨¦n hay servicios de limusinas-, emporios como Harley Davidson, que alguna vez sirvieron tan s¨®lo a los humanos, extienden sus marcas ofreciendo correas para la clientela.
En Las Vegas ha abierto un hotel de lujo con suites donde gatos y perros sestean sobre alfombras orientales a la luz de ara?as de Tiffany's. Entretanto, sus amos se gastan las perras en los casinos de la ciudad del pecado.
JAP?N: Compartir mantel o piscina
Los nipones ya se gastan 140 millones de euros al a?o en compras de todo tipo para sus animales de compa?¨ªa. Un masaje corporal divino, con una variedad infinita de aceites arom¨¢ticos y un cepillado profuso, puede superar con tranquilidad los 60 euros. Los japoneses, por creativos, y los rusos, por trabajadores, figuran a la vanguardia de los peluqueros del sector.
A la hora del almuerzo, muchos restaurantes permite al comensal compartir mesa con su mascota, a la que, adem¨¢s, ofrecen un men¨² especial. La oferta est¨¢ siendo tan bien acogida que otros pa¨ªses est¨¢n copiando la idea. Tambi¨¦n puede darse un ba?o en alg¨²n balneario de Tokio, donde existen establecimientos con un anexo para mascotas. Mientras los propietarios se relajan, ellos se ejercitan en la sala de fisioterapia.
Para quienes quieren vestir a su akita (perro) preferido a su imagen y semejanza, el modisto Kenzo lanza dos o tres colecciones por a?o con sus mejores galas.
UNI?N EUROPEA: ?Guau, qu¨¦ hotel!
Al contrario que en Espa?a, lo com¨²n es que cualquier hotel acepte sin ning¨²n tipo de problemas animales en las habitaciones, que, en vez de moquetas, tienen suelos f¨¢ciles de lavar. "Hasta se ofenden si lo preguntas", cuenta una cliente habitual.
El mercado marcha tan bien que en Reino Unido se llegan a facturar cifras de hasta 5.000 millones de euros, repartidos en los ¨²ltimos a?os pero que confirman que no son una moda pasajera.
M¨¢s al Este, cerca del coraz¨®n de la Uni¨®n Europea, en Jodoigne, muy cerca de Bruselas, han abierto un hotel exclusivo para perros y gatos a 25 euros la estancia en "habitaciones totalmente amuebladas y decoradas, con televisi¨®n y antena parab¨®lica para que puedan seguir los programas a los que est¨¢n habituados en sus casas". Los propietarios pueden seguir los pormenores de los inquilinos gracias a las webcams instaladas en cada habit¨¢culo.
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