Zhang Yimou provoca a la sociedad china

La maldici¨®n de la flor de oro, la ¨²ltima superproducci¨®n del m¨¢s internacional de los directores chinos, Zhang Yimou, ha provocado el esc¨¢ndalo en su pa¨ªs. Las ¨¦picas batallas, los decorados lujuriosos y las intrigas palaciegas de este drama sangriento ambientado durante la dinast¨ªa Tang (618-907) han quedado ninguneados por los generosos escotes de las actrices -especialmente de la protagonista, Gong Li-, que han levantado una polvareda de cr¨ªticas tanto en la prensa oficial como en Internet. Seg¨²n la agencia de noticias estatal, Xinhua, "los pechos de Gong Li est¨¢n tan apretados que amenazan con escaparse de su vestido" de oro.

La pel¨ªcula se ha erigido en la m¨¢s taquillera de la historia del cine chino

Gong Li: "El vestuario del filme muestra la belleza de las curvas de la mujer"

Zhang Yimou, que con La maldici¨®n de la flor de oro, seg¨²n su t¨ªtulo en ingl¨¦s

[en chino, se llama La ciudad de la armadura de oro], firma su tercera pel¨ªcula en la que las artes marciales ocupan un papel estelar, ha golpeado de lleno en el coraz¨®n de la timorata -de puertas afuera- sociedad china. Desde las decenas de doncellas que dan servicio en el palacio imperial hasta la propia emperatriz (Gong Li), todas lucen unos vestidos extraordinarios en los que los senos son comprimidos hasta parecer pompas de jab¨®n. Y esto ha sido demasiado para los c¨ªrculos oficiales. Seg¨²n el diario China Daily, el autor de ¨¦xitos como H¨¦roe o La casa de las dagas voladoras "ha exagerado casi todo en la historia con objeto de estimular a la audiencia".

Tras su estreno en las salas, el 21 de diciembre, miles de personas han acudido a los portales de Internet para expresar su opini¨®n sobre el asunto. "Lo que recuerdo de la pel¨ªcula no son las escenas de batallas o la interpretaci¨®n, sino la carne blanca y brillante", ha escrito un internauta autodenominado Bond. "Atiende a los gustos occidentales, mientras ignora los sentimientos de nuestro pa¨ªs", se?ala otro.

Tanto Zhang Yimou como Gong Li han salido en defensa del vestuario, que, seg¨²n afirman, responde a la moda de la dinast¨ªa Tang, una de las ¨¦pocas de mayor esplendor de la civilizaci¨®n china. "Muestra la belleza de las curvas de la mujer. No hubo sentimiento embarazoso ni riesgo ninguno para nosotras al llevar estos vestidos", ha dicho la actriz. "La gente no deber¨ªa ver ¨²nicamente los pechos. Si ¨²nicamente hacen eso es porque el sexo ha sido un tema tab¨²", ha a?adido el director.

Pero lo que en cualquier escena de taberna medieval europea o de cortesanas de corpi?o prieto apenas llama la atenci¨®n en Occidente, en China ha hecho volar la imaginaci¨®n de muchos espectadores, poco acostumbrados a ver la piel de sus actrices y actores expuesta en la pantalla.

La controversia se ha visto agitada por el hecho de que el pa¨ªs asi¨¢tico carece de un sistema de clasificaci¨®n de filmes, que, seg¨²n ha se?alado en la prensa local Yin Hong, profesor del Centro de Estudios Cinematogr¨¢ficos y de Televisi¨®n de la Universidad Qinghua, en Pek¨ªn, habr¨ªa evitado sorpresas a algunos padres, que acudieron al cine acompa?ados de sus hijos peque?os. M¨¢xime cuando en muchas escuelas de ense?anza primaria han sido colocados carteles urgiendo a los estudiantes a ver la cinta, a pesar de las violentas escenas, para apoyar a la industria nacional.

La cr¨ªtica ha arremetido tambi¨¦n contra lo que considera la d¨¦bil l¨ªnea argumental de la historia y la falta de creatividad de su director; aunque reconoce que Zhang ha sido capaz de cumplir dos de los principales objetivos que se fij¨® al hacer el filme: utilizar hasta el ¨²ltimo yuan del presupuesto (35 millones de euros) en crear un espl¨¦ndido festival visual y lograr que los actores y actrices presentaran de forma precisa las brutales confabulaciones palaciegas y las luchas fratricidas por el poder.

A ello se suman unos decorados opulentos, unos colores dominados por el oro, y unos efectos especiales que convierten las ya habituales escenas de artes marciales de las ¨²ltimas obras de Zhang Yimou -con vuelos incluidos- en un deleite para los amantes del g¨¦nero, que en China son muchos.

Sin embargo, para los nost¨¢lgicos del cine profundo de quien dirigiera Sorgo rojo, Vivir o Ni uno menos, La maldici¨®n de la flor de oro ha sido una nueva decepci¨®n, en la que la forma -en ocasiones muy pr¨®xima a los video-juegos que arrasan en los cibercaf¨¦s y hogares chinos- ha vuelto a ganar al fondo, en busca del ¨¦xito comercial.

Y ¨¦ste ya est¨¢ asegurado. La pel¨ªcula se ha erigido en la m¨¢s taquillera de la historia del cine chino. La semana pasada, tras apenas 15 d¨ªas en cartel, rebas¨® los 270 millones de yuanes de ingresos (26,6 millones de euros), superando el r¨¦cord de 250 millones de yuanes establecido tambi¨¦n por Zhang Yimou con H¨¦roe. Y va camino de desbancar a Titanic, la cinta m¨¢s taquillera jam¨¢s proyectada en el pa¨ªs, que logr¨® 350 millones de yuanes.

Uno de los factores del ¨¦xito ha sido la compra de entradas por parte de empresas. S¨®lo la operadora de telefon¨ªa celular China Mobile ha adquirido pases por valor de 740.000 euros para sus empleados. Otro ha sido el alto precio de las entradas: seis euros, en cines donde otras pel¨ªculas suelen costar tres o cuatro euros.

La maldici¨®n de la flor de oro ha marcado tambi¨¦n el reencuentro profesional de Zhang Yimou y Gong Li tras una d¨¦cada de trayectorias cinematogr¨¢ficas separadas. Los dos artistas, que fueron pareja sentimental en el pasado, colaboraron por ¨²ltima vez en La joya de Shanghai (1995). La actriz ha asegurado que con el ¨²ltimo rodaje ha descubierto que ambos tienen a¨²n muchas cosas en com¨²n, y que saben lo que deben hacer cuando trabajan juntos. "No es tan diferente a como era hace 10 a?os. La colaboraci¨®n es muy relajada", ha dicho.