Una Am¨¦rica Latina integrada
2006 ha sido un a?o intensamente electoral en Am¨¦rica Latina, lo que supone un triunfo de la democracia pues hablamos de elecciones limpias y transparentes pr¨¢cticamente en todos los casos. Los comicios y un mayor arraigo de h¨¢bitos y procedimientos democr¨¢ticos entra?an un avance de la consolidaci¨®n pol¨ªtica, aunque no necesariamente institucional (consid¨¦rense los casos de Bolivia, Ecuador o Venezuela). Sin embargo, ello no significa que se hayan logrado avances sustanciales en la lucha contra dos lacras hist¨®ricas, profundas y graves como son la pobreza o la exclusi¨®n social o ¨¦tnica.
Por supuesto, hay pa¨ªses, como Chile, que han protagonizado avances socio-econ¨®micos relevantes, pero constituyen la excepci¨®n. En la otra cara de la moneda se hallan Bolivia, Ecuador o Nicaragua, de entre los m¨¢s pobres de Latinoam¨¦rica. Ello permite exclamar a Jos¨¦ Miguel Insulza, chileno y secretario general de la Organizaci¨®n de Estados Americanos, que "Bolivia es el pa¨ªs que ha sufrido las mayores injusticias de todo el continente... se puede discutir si las reformas son constitucionales o no, pero estamos hablando de la entrega de la tierra improductiva a los m¨¢s pobres de los pobres".
En los pa¨ªses andinos -Per¨², Ecuador, pero sobre todo en Bolivia- resulta escandaloso el abismo ¨¦tnico, social y regional y las desigualdades econ¨®micas, sanitarias y educacionales causan espanto. Una parte considerable -en Bolivia mayoritariamente- de la poblaci¨®n ha quedado hasta ahora marginada de los recursos p¨²blicos. Como escribe el soci¨®logo Julio Cotler, estas fracturas han dado lugar a un sinn¨²mero de movimientos sociales durante las ¨²ltimas d¨¦cadas, cuyas demandas no han sido satisfechas por ninguno de los diferentes reg¨ªmenes pol¨ªticos instaurados en Bolivia, Per¨² o Ecuador.
Hoy en d¨ªa, las desigualdades mencionadas contin¨²an en los tres pa¨ªses andinos, pero una realidad pol¨ªtica nueva se ha abierto camino. En Ecuador, el nuevo presidente democr¨¢ticamente elegido, Rafael Correa, dice estar dispuesto a acabar con la exclusi¨®n. Se declara amigo de Hugo Ch¨¢vez, aunque afirma que "en mi casa no mandan mis amigos. Aqu¨ª no van a mandar ni Bush ni Ch¨¢vez, s¨®lo los ecuatorianos". El complicado panorama sociol¨®gico de Bolivia y la delicada situaci¨®n pol¨ªtico-institucional que atraviesa son afrontados por el presidente Morales con la legitimidad del 54% de sufragios obtenido en los comicios. En cuanto a Per¨², su presidente, el socialdem¨®crata Alan Garc¨ªa, ha ganado las elecciones tan limpiamente como Correa y Morales y -tras reconocer los serios errores de su primera etapa presidencial de los a?os ochenta- se dispone a abordar constructivamente la ingente tarea que el pa¨ªs tiene por delante.
La filosof¨ªa y la pr¨¢ctica pol¨ªticas para encarar las profundas injusticias de sus respectivos pa¨ªses son distintas. Sin embargo, ni Garc¨ªa, ni Correa, ni Morales son conservadores y los tres conocen que, adem¨¢s de las circunstancias espec¨ªficas de cada Estado, todos comparten factores comunes. Por ejemplo, que el crecimiento econ¨®mico de Latinoam¨¦rica en 2005 fue del 4,5%, mientras que en el periodo 1950-1955 fue del 5,5% y del 6,2% en 1967-1974. Y que mientras en 1950 la regi¨®n representaba el 12% del comercio internacional, hoy s¨®lo llega al 3%.
Empero, nadie va a solucionar la problem¨¢tica nacional y regional actuando individualmente. Sin un proceso integrador en Am¨¦rica Latina transcurrir¨¢n muchas d¨¦cadas sin que se vea la luz al final del t¨²nel. De ah¨ª que, por un lado, haya que consolidar la institucionalizaci¨®n interna en aquellos Estados donde sus representantes leg¨ªtimos consideren que las reformas son superfluas y, por otro, crear una nueva institucionalidad, democr¨¢ticamente consensuada, en aquellos otros cuyos dirigentes, igualmente leg¨ªtimamente elegidos, estimen sea necesaria.
Pero tan importante es esta labor como la de, simult¨¢neamente, asentar o crear la institucionalidad regional v¨ªa integraci¨®n. Sin integraci¨®n, no hay soluci¨®n. Y en este ¨¢mbito hay crisis, aunque no solo en su vertiente literal negativa, sino tambi¨¦n, felizmente, en la etimol¨®gica original, entendida como cambio. Es innegable que el abandono de Venezuela de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) porque "est¨¢ muerta" no es una buena noticia y que Hugo Ch¨¢vez lo recuerde en la cumbre de Cochabamba (8-12-06), a?adiendo que el Mercosur, en el que acaba de ingresar, tambi¨¦n lo est¨¢, no es alentador. S¨ª lo es, en cambio, que Chile haya decidido asociarse a la CAN, probablemente queriendo dar un signo de apoyo integracionista.
Es verdad que las organizaciones regionales han hecho evidentes sus carencias y debilidades. As¨ª, es absurdo que Mercosur sea incapaz de solucionar el grave enfrentamiento entre Argentina y Uruguay a causa de una f¨¢brica de celulosa. Ello llev¨® al uruguayo Tabar¨¦ V¨¢zquez, presidente de un pa¨ªs geogr¨¢fica y demogr¨¢ficamente peque?o comparado con Argentina, a exclamar hace unos meses que "el Mercosur no sirve". Y m¨¢s recientemente (24-11-06) a decir que "el proceso de integraci¨®n regional est¨¢ sufriendo una cierta desaceleraci¨®n. Mi Gobierno no ha renunciado a tener m¨¢s o mejor Mercosur pero debe mejorar su inserci¨®n con el resto del mundo. Creo que los hechos nos est¨¢n golpeando muy fuerte".
Situaciones como ¨¦sta pueden impulsar a Uruguay a buscar un Tratado de Libre Comercio (TLC) fuera de Mercosur, algo impensable hace una d¨¦cada. Hay que entender, no obstante, que la integraci¨®n va despacio y que se dan contradicciones dif¨ªciles de superar. Oportunamente, se ha recordado que los TLC son, para algunos, remedios de urgencia (Colombia, Per¨²) y para otros, instrumento b¨¢sico de la pol¨ªtica comercial (Chile). Pero ya he se?alado que Chile apoya la integraci¨®n y el presidente peruano ha declarado que "no todos los pa¨ªses de la regi¨®n cuentan con suficientes materias primas y deben procesar sus productos. No por ello traicionamos los principios de la integraci¨®n".
La segunda cumbre (Cochabamba, diciembre 2006) de la reci¨¦n constituida Comunidad Suramericana de Naciones, nacida hace dos a?os con la intenci¨®n de integrar CAN y Mercosur, ha sido el marco donde unos, aun siendo autocr¨ªticos, han expresado su voluntad de impulsar la integraci¨®n (Lula, Morales, Garc¨ªa, Bachelet), al tiempo que otros (Ch¨¢vez, en parte Tabar¨¦ V¨¢zquez) han resaltado aspectos negativos. Para Ch¨¢vez, "no hay proyecto", pero ha aceptado la conclusi¨®n m¨¢s pr¨¢ctica de la cumbre: el lanzamiento en Caracas de la integraci¨®n energ¨¦tica, que, de llevarse a cabo, ser¨¢ trascendental para la regi¨®n. As¨ª comenz¨® la Uni¨®n Europea, integrando el carb¨®n y el acero. Por cierto, en ese encuentro cochabambino, dos presidentes manifestaron su admiraci¨®n o su reconocimiento de Europa. Uno, el de un pa¨ªs ¨¢vido de energ¨ªa, el brasile?o Lula, afirm¨®: "Estoy seguro de que llevaremos a cabo la integraci¨®n sin demorar los cincuenta a?os que tom¨® Europa, porque no tenemos tiempo". Otro, el de un pa¨ªs rico en energ¨ªa y que se ha revelado activo impulsor de la integraci¨®n, Evo Morales, manifest¨®: "Siento envidia sana de la UE. Suram¨¦rica llegar¨ªa muy lejos porque tiene muchos m¨¢s recursos naturales que Europa".
Esos cincuenta a?os de construcci¨®n europea a los que alude el presidente Lula han consolidado un acervo comunitario e integrador que puede resultar ¨²til para quienes en Am¨¦rica Latina persiguen similares fines. Ellos y los europeos -y desde luego los espa?oles- podemos buscar juntos soluciones para hacer frente a las causas estructurales que engendran pobreza, desempleo y hambre, para preservar el medio ambiente, para encontrar una soluci¨®n digna a tantos miles de latinoamericanos que se ven forzados a emigrar, para combatir el narcotr¨¢fico (a no confundir mec¨¢nica y simplistamente con el cultivo de la hoja de coca) y tambi¨¦n para intercambiar experiencias y conocimientos sobre la consolidaci¨®n democr¨¢tica, incluida la institucionalizaci¨®n auton¨®mica. En este ¨²ltimo cap¨ªtulo, Espa?a tiene algo que aportar.
Emilio Men¨¦ndez del Valle es embajador de Espa?a y eurodiputado socialista.
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