El Getafe baila en Mestalla
El conjunto de Schuster, con un G¨¹iza en vena, machaca a un espantoso Valencia
El ya conocido f¨²tbol colectivo de Schuster estuvo anoche salpimentado por dos jugadores en estado de gracia, Nacho y G¨¹iza, que se bastaron para machacar a un Valencia espantoso: cansado, desubicado, err¨¢tico. Quique se arrepentir¨¢ ahora de no haber dado descanso a algunos de sus hombres m¨¢s fiables: Ca?izares, Albelda, Villa, Ayala, que actuaron con una dejadez clamorosa. O tal fuera cansancio mental. El caso es que Valencia evidenci¨® que no est¨¢ para mantener la intensidad acostumbrada en dos competiciones a la vez, justo en el d¨ªa en que el presidente, Juan Soler, echaba un jarro de agua fr¨ªa en el deseo de Quique de que llegara el fichaje de un delantero. Por una vez en que Quique y Carboni y Quique estaban de acuerdo, Soler les dio un portazo. Schuster, en cambio, refresc¨® su equipo con algunos suplentes y jug¨® con un nervio implacable.
La armon¨ªa y racionalidad del Getafe choc¨® con la tosquedad y el conformismo del Valencia. Un baile del conjunto madrile?o que, sin embargo, se abri¨® favorablemente al Valencia: un c¨®rner enroscado de Villa -que casi siempre intenta el gol ol¨ªmpico-, un peque?o barullo en el primer palo y, finalmente, el bal¨®n atraves¨® la l¨ªnea al parecer impulsado por el cuerpo de Silva. Tanto inmerecido que a punto estuvo de tumbar al Getafe, pues Villa le perdon¨® la vida un minuto despu¨¦s: solo ante Luis Garc¨ªa, el delantero asturiano dibuj¨® un regate al portero demasiado largo.
Lo entendi¨® el Getafe como un aviso de que deb¨ªa seguir por el mismo camino. Si acaso cambiar el atajo. Y as¨ª fue como el zurdo Nacho se march¨® al ¨¢ngulo deercho del ¨¢rea para enviar desde all¨ª un trallazo cruzado que escap¨® de la estirada de Ca?izares. La zaga valencianista tardaba horas en tirar el fuera de juego. Empataba el equipo de Schuster la eliminatoria, pero actu¨® como si todav¨ªa estuviera pendiente la remontada: acudi¨® a rescatar r¨¢pidamente el bal¨®n de las entra?as de la redes. Ten¨ªa prisa por ganar mientras el Valencia miraba el partido con displicencia. Su centro del campo fracas¨® de manera estrepitosa. Albelda ha perdido el br¨ªo de su vuelta y Hugo Viana, a quien el gol que abri¨® la lata ante el Levante no ha servido de acicate, result¨® la nulidad habitual para dirigir el juego. Ante la ausencia durante 15 d¨ªas de Baraja, ?y si Quique probara a Silva de segundo medio centro?
Lo hizo. As¨ª comenz¨® el Valencia la reanudaci¨®n, sin que el Getafe diera tiempo para avizorar los resultados. Nacho limpi¨® de un taconazo a tres defensas de una tacada y permiti¨® que G¨¹iza avistara a Ca?izares y lo superara de un disparo raso y cruzado. El Getafe no se cans¨® de rasear la pelota en toda la noche, ni siquiera cuando se puso muy por delante en el marcador. Schuster se relam¨ªa de gusto.
A contracorriente, el Valencia mostr¨® una sonrojante impotencia. Silva tampoco consigui¨® abrochar el centro del campo, en el que naufragaba Joaqu¨ªn por la derecha (el gaditano desaparece cuando vienen mal dadas) y Angulo por la izquierda (es la posici¨®n en que menos rinde). As¨ª las cosas, G¨¹iza pill¨® un contragolpe, encar¨® a Ca?izares, lo desnud¨® con un t¨²nel y su pase atr¨¢s lo remach¨® Casquero, ya sin el portero valencianista, que ni siquiera trat¨® de recuperar la posici¨®n. Esa imagen ap¨¢tica de Ca?izares, humillado, fue da?ina para los ojos. Y euforizante para un Getafe, que pasa a cuartos de final por primera vez en su historia.
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