La vida es un l¨ªo
?scar Esquivias publica la segunda parte de una trilog¨ªa sobre la Guerra Civil con tintes de fantas¨ªa dantesca. En esta nueva entrega, los personajes vuelven del Purgatorio a Burgos porque Franco deniega su descenso a los infiernos. Una s¨®lida mezcla de imaginaci¨®n e historia.
LA CIUDAD DEL GRAN REY
?scar Esquivias
Ediciones del viento
A Coru?a, 2006
404 p¨¢ginas. 20 euros
"La vida aqu¨ª es un l¨ªo", dice uno de los personajes de La ciudad del Gran Rey, la segunda parte de la trilog¨ªa que ?scar Esquivias inici¨® hace ahora poco m¨¢s de un a?o con una novela hist¨®rica brillante: Inquietud en el para¨ªso (2005). En aquella obra se narraban los d¨ªas que precedieron a la sublevaci¨®n del 18 de julio de 1936 en Burgos, y el terror que se impuso inmediatamente despu¨¦s. La novela nos dejaba con la intriga de saber si algunos personajes lograban acceder al Purgatorio desde uno de los sepulcros de la catedral -el del arcediano Villegas, primer traductor de Dante al espa?ol-.
Pues bien, si en aquella novela dominaba la historia, en La ciudad del Gran Rey domina la imaginaci¨®n. Los personajes que conocimos en la novela anterior, cada cual con su locura a cuestas, consiguen llegar a una ciudad que se parece a Burgos pero que no es m¨¢s que una contrahechura de la ciudad castellana. Si esta ciudad se halla en el Purgatorio o en el Infierno no se aclara; lo que s¨ª queda claro es que se trata de un lugar socarronamente dantesco en el que los aventureros, entre los que se encuentra el comandante Pais¨¢n, el can¨®nigo Herrera y el joven seminarista Rodrigo Gorostiza, tendr¨¢n que aprender a vivir.
Dado que la vida all¨ª es peligrosa y que reciben una comunicaci¨®n de Franco en la que se desautoriza su descenso a los infiernos, optar¨¢n por volver al Burgos de partida. Pero para conseguirlo tendr¨¢n que pasar pruebas, investigar conjuros y valerse de p¨®cimas, como en las novelas de aventuras. Con una imaginaci¨®n feliz, un lenguaje lleno de ingenio y una trama s¨®lida en la que no falta de nada -ni la prueba de amor-, Esquivias ha urdido un mundo posible extraordinario y coherente, tan rico y liante como el nuestro, y tan inteligente como entretenido.
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