Asesinada la voz de los armenios de Turqu¨ªa
La muerte a tiros en Estambul del periodista Hrant Dink torpedea el acercamiento de Ankara a la UE
"Han disparado contra la democracia y la libertad de expresi¨®n". Sombr¨ªo, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, compareci¨® ayer con estas palabras ante las c¨¢maras de televisi¨®n para condenar el asesinato del periodista Hrant Dink, uno de los principales l¨ªderes de la comunidad armenia en Turqu¨ªa. Dink, de 53 a?os, fue atacado por un desconocido que le descerraj¨® tres tiros a las puertas de la sede del semanario Agos, la revista biling¨¹e que dirig¨ªa, en el centro de Estambul. "Quienes me amenazan son los principales interesados en que Turqu¨ªa no se aproxime a la Uni¨®n Europea", declaraba a EL PA?S el pasado junio Dink, poco despu¨¦s de uno de sus numerosos juicios por defender la existencia del genocidio armenio de 1915.
Erdogan: "Las balas iban dirigidas contra la democracia y la libertad de expresi¨®n"
Dink hab¨ªa sido procesado por escribir del genocidio armenio en la I Guerra Mundial
"Somos muchos los que nos resistimos en Turqu¨ªa a seguir viviendo en la mentira", dijo entonces Dink. Al igual que otros intelectuales que se atrevieron a cuestionar los tab¨²es establecido por el r¨¦gimen fundado por Mustaf¨¢ Kemal, Atat¨¹rk, en 1923 -como el ¨²ltimo premio Nobel de Literatura, Orhan Pamuk-, el periodista Hrant Dink se hab¨ªa convertido en uno de los principales objetivos de la ultraderecha turca, radicalmente opuesta al proceso de incorporaci¨®n de Turqu¨ªa a la UE abierto en 2005. En los escuadrones nacionalistas, los temidos Lobos Grises que ensangrentaron el pa¨ªs en sus enfrentamientos armados con los grupos de ultraizquierda antes del golpe militar de 1980, surgieron figuras como Mehmet Al¨ª Agca, que atent¨® contra Juan Pablo II en 1981 y que hoy permanece encarcelado en Estambul.
El cuerpo sin vida de Hrant Dink qued¨® tendido sobre la acera, cubierto por una s¨¢bana blanca, a la puerta de la sede de su revista, en el c¨¦ntrico distrito de Sisli de la parte europea de Estambul. Su asesino le dispar¨® casi a bocajarro dos tiros en la cabeza y al menos un tercero en el cuello poco despu¨¦s de las tres de la tarde (las dos, hora peninsular espa?ola). Varios testigos identificaron al autor de los disparos como un joven de unos 20 a?os vestido con una cazadora vaquera y con la cabeza cubierta por una gorra blanca. "Disparo contra los no musulmanes", grit¨® antes de darse a la fuga.
La polic¨ªa turca detuvo ayer a tres sospechosos en relaci¨®n con los asesinatos. Varias decenas de personas se concentraron ante la sede del semanario Agos con gritos como: "El Gobierno asesino tendr¨¢ que rendir cuentas".
"Las balas iban dirigidas contra la democracia y la libertad de expresi¨®n. Condeno las manos traidoras que est¨¢n detr¨¢s de este crimen", afirm¨® en una conferencia de prensa el primer ministro Erdogan en Ankara dos horas despu¨¦s del asesinato de Dink. "Es un ataque contra nuestra paz, contra nuestra unidad y estabilidad", reconoci¨® el islamista moderado Erdogan, quien se comprometi¨® a esclarecer los hechos. Los ministros de Interior, Abdelkader Aksu, y de Justicia, Cemil ?icek, fueron enviados inmediatamente a Estambul para dirigir las investigaciones sobre el asesinato del periodista turco-armenio. En un primer momento, el primer ministro turco inform¨®, sin dar m¨¢s precisiones, de la detenci¨®n de dos sospechosos cerca del lugar donde Dink fue tiroteado, pero los dos quedaron en libertad tras ser interrogados por la polic¨ªa.
"Turqu¨ªa es un pa¨ªs donde gente de diferentes culturas vive en paz; ning¨²n plan traidor conseguir¨¢ arruinar nuestra unidad y nuestra convivencia", proclam¨® Erdogan en su intervenci¨®n p¨²blica. La llamada cuesti¨®n armenia envenena las relaciones del Gobierno de Ankara con los pa¨ªses donde se asienta la di¨¢spora armenia, que batalla por el reconocimiento internacional del genocidio armenio. Desde 1915 hasta 1917, hasta un mill¨®n y medio de civiles armenios cayeron exterminados en Anatolia a manos de tropas imperiales turcas o camino de un espantoso exilio hacia los actuales L¨ªbano y Siria. Las autoridades otomanas responsabilizaron entonces a los armenios de actos de colaboraci¨®n con pa¨ªses enemigos, como Rusia, en plena I Guerra Mundial. La moderna Turqu¨ªa, nacida de la derrota otomana en el conflicto, niega la existencia de un genocidio y s¨®lo reconoce, como actos de guerra, las muertes que se produjeron en aquella ¨¦poca en enfrentamientos armados entre grupos nacionalistas turcos y armenios.
Dink hab¨ªa sido procesado en varias ocasiones en virtud del pol¨¦mico art¨ªculo 301 del C¨®digo Penal turco, el mismo que sirvi¨® para encausar tambi¨¦n a Pamuk en 2005, que prev¨¦ penas de hasta tres a?os de c¨¢rcel por "insultar la identidad turca". La ¨²ltima vez, en julio del a?o pasado, fue sentenciado a seis meses de c¨¢rcel, pero la condena qued¨® en suspenso. Los nuevos casos que pesaban sobre el periodista armenio amenazaban con hacer inevitable su ingreso en prisi¨®n. El Gobierno de Ankara se comprometi¨® ante la Uni¨®n Europea a reformar el C¨®digo Penal para garantizar la libertad de expresi¨®n, pero la suspensi¨®n parcial de las negociaciones en varios cap¨ªtulos, impuesta por Bruselas el pasado diciembre a causa de la negativa turca a mantener relaciones diplom¨¢ticas y comerciales con Chipre, pa¨ªs miembro desde 2004, parece haber congelado el proceso de conversaciones de adhesi¨®n en su conjunto.
Turqu¨ªa vive, adem¨¢s, en v¨ªsperas electorales. El Parlamento, controlado por los islamistas moderados, debe designar en mayo al nuevo presidente de la rep¨²blica, un puesto al que aspira el propio Erdogan. El poderoso Ej¨¦rcito turco, sin embargo, se niega a ceder el ¨²ltimo eslab¨®n de control del Estado laico a un mandatario con marcadas ra¨ªces isl¨¢micas.
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