?Divorciarse de Escocia y casarse con Francia?
Par¨ªs propuso en 1956 la uni¨®n franco-brit¨¢nica
Deber¨ªa Inglaterra divorciarse de Escocia y casarse con Francia? Entre halagados y at¨®nitos, los ingleses se hacen esa pregunta justo ahora, cuando acaban de cumplirse los 300 a?os de la uni¨®n de los reinos de Inglaterra y Escocia, porque una investigaci¨®n de la BBC ha puesto al descubierto que el Gobierno franc¨¦s propuso en los a?os cincuenta una uni¨®n franco-brit¨¢nica.
A los ingleses del siglo XXI quiz¨¢ no les disgustar¨ªa divorciarse de los parientes escoceses, pero la sola idea de unirse a Francia les parece un disparate.
Probablemente, a los franceses tambi¨¦n. Pero en 1956, Francia atravesaba una profunda crisis. La guerra de Argelia y la crisis de Suez hab¨ªan minado su confianza, y la idea de la construcci¨®n europea a¨²n no hab¨ªa cristalizado. Y el primer ministro de la ¨¦poca, Guy Mollet, no tuvo mejor ocurrencia que proponer a su hom¨®logo brit¨¢nico, Anthony Eden, la uni¨®n de los dos pa¨ªses.
Fue una ocurrencia de Guy Mollet que Eden rechaz¨®, aunque no la idea de Francia en la Commonwealth
Un documento secreto del 28 de septiembre de 1956 refleja el rechazo de Eden a la uni¨®n, pero su entusiasmo ante una segunda sugerencia de Mollet: el ingreso de Francia en la Commonwealth, el paraguas que agrupa a los pa¨ªses del antiguo imperio brit¨¢nico. El documento, desclasificado hace 20 a?os, pero inadvertido hasta ahora, da cuenta de la conversaci¨®n de Eden con un alto funcionario de la ¨¦poca, sir Norman Brook, en la que el primer ministro se?ala: "Deber¨ªamos poner en inmediata consideraci¨®n el ingreso de Francia en la Commonwealth". Eden admite que quiz¨¢ su colega no ha medido "la dificultad" que puede suponer para los franceses aceptar a la reina de Inglaterra como su jefe de Estado y sugiere darles las ventajas otorgadas a los ciudadanos irlandeses.
La uni¨®n franco-brit¨¢nica parece especialmente grotesca hoy: la econom¨ªa brit¨¢nica ha superado en eficacia y tama?o a la francesa, y ambos pa¨ªses son antagonistas en pol¨ªtica exterior. Si Mollet -antiguo resistente, angl¨®filo y proisrael¨ª- ten¨ªa estupendas relaciones con Eden, al que embarc¨® pocas semanas despu¨¦s en la desastrosa invasi¨®n de Suez, la tirria que se tienen Tony Blair y Jacques Chirac es legendaria.
La noticia del romance franco-brit¨¢nico ha coincidido con el 300? aniversario de la uni¨®n de Inglaterra y Escocia y ciertos aires de hartazgo mutuo, aunque las encuestas dan resultados dispares seg¨²n las preguntas. En noviembre, un 51% de escoceses se pronunciaba a favor de la independencia de Escocia, defendida con m¨¢s entusiasmo por los ingleses (59%).
Pero esta semana, preguntados si quieren que se mantenga la uni¨®n, el 73% de los ingleses y el 56% de los escoceses se declaran a favor. Lo curioso es que el 51% de escoceses y el 61% de ingleses quieren que haya un Parlamento de Inglaterra. Es un reflejo de la paradoja de que a veces sean los diputados escoceses en Westminster los que aprueban o rechazan una propuesta que s¨®lo afecta a Inglaterra y que si s¨®lo hubiera sido votada por los diputados elegidos en circunscripciones inglesas habr¨ªa obtenido un resultado opuesto.
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