"Deb¨ª haber ganado un set"
Robredo dice que no se sinti¨® intimidado ante Federer, pero que desperdici¨® sus oportunidades
Tommy Robredo descubri¨® la diferencia entre ser muy bueno y excelente. ?l es muy bueno. Un tenista apasionado con el f¨ªsico de un deportista de ¨¦lite, la cabeza de un analista y los golpes de un estudioso del juego. Es el n¨²mero seis. Un tipo con coraz¨®n, fuerza y estilo suficientes para buscar las cosquillas a Roger Federer. El suizo, sin embargo, es excelente. Juega flotando, elegante y coordinado. Corre tanto que parece ir al paso. Y nunca duda. S¨®lo as¨ª, regalando una actuaci¨®n sin resquicios, gris para lo que se espera de ¨¦l, brillante para lo que se esperar¨ªa de otro, venci¨® ayer a un Robredo con chispa, fe y juego y que sali¨® fortalecido: si mantiene la confianza y el juego, vivir¨¢ con ¨¦xito entre los mejores.
En un partido marcado por el viento y para sorpresa del p¨²blico, Robredo jug¨® sin complejos, creyendo en sus posibilidades. La grada, que ya ha dado el t¨ªtulo a Federer, vive acostumbrada a las bravatas de sus rivales. En la ronda anterior celebr¨® que Djokovic, que va para figura, se atreviera a anunciar: "Federer va para abajo". Lo malo es que lo que le hizo gracia fue que el serbio no sepa contar. Robredo no sigui¨® ese camino. Y por eso ara?¨® m¨¢s el marcador del suizo, al que llev¨® a la muerte s¨²bita en el segundo set. En lo que va de torneo nadie le ha ganado m¨¢s juegos y puntos ni le ha tenido m¨¢s en la pista: 140 minutos.
Robredo, claro, no hab¨ªa descubierto Am¨¦rica. Muchos han sido los que han buscado sus posibilidades ante el n¨²mero uno en su rev¨¦s. Es su golpe menos bueno porque malo no tiene ninguno. No todos los jugadores, sin embargo, disponen del peso de bola, de la fuerza y la potencia que Robredo us¨® para atacar ese flanco. El espa?ol insisti¨® una y otra vez. Hizo da?o. Pero por ah¨ª, por el calorcito del ¨¦xito, empez¨® a confundir el camino. No es la primera vez que Robredo, que necesita trabajar los puntos, apuesta por un tenis contundente, a golpes ganadores, cuando avanza seguro. Y no es lo suyo como volvi¨® a quedar demostrado.
Mientras mantuvo su plan inicial, Robredo prob¨® ser m¨¢s que bueno. Metido en ese combate, el de golpear s¨®lo con su rev¨¦s, Federer busca girarse, reorientar el punto, que la pelota le caiga a la derecha. Y ah¨ª todo se acaba: su juego sube de revoluciones, la bola avanza a otra velocidad y el rival se convierte en un parabrisas corriendo de un lado a otro. No importa devolver los golpes o lanzar los ganadores. En esa situaci¨®n, Federer se siente como los cazadores en los safaris organizados: cobrar la pieza se da por descontado.
Robredo, que estuvo discreto en el saque, no se dej¨® intimidar por eso. Quiso dominar los tiempos y el esp¨ªritu del choque atrasando algunos servicios, enfrent¨¢ndose con los jueces de l¨ªnea, festejando sus tantos. Pero Federer ya lo ha visto todo. Cuando le quieren presionar subiendo a la red, saca la escuadra y descubre el pasillo. Cuando alguien intenta jugar a pasarle la bola, saca el mazo y destroza los brazos. Cuando le buscan la chispa, ah¨ª va esa dejada, llega y responde con una volea inalcanzable. Es ¨²nico. Grande. Demasiado para un muy buen Robredo.
"Robredo me lo puso dif¨ªcil", concedi¨® Federer, "aunque quiz¨¢ pude ganar m¨¢s f¨¢cil. Jug¨® muy bien. Las condiciones, con el viento y el fr¨ªo, estaban a su favor porque la superficie estaba lenta y sin mucho bote. Ha mejorado mucho en el ¨²ltimo a?o: su rev¨¦s es m¨¢s estable y mentalmente es mejor".
"Si tienes cinco posibilidades de break con Federer y no le ganas un set es porque algo est¨¢s haciendo mal con tu servicio", analiz¨® Robredo; "siento que deb¨ªa haberme anotado al menos uno. No me sent¨ª intimidado, pero me quedo con ganas de haber hecho un poco m¨¢s: ganar una manga y ver qu¨¦ pasaba".
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