Motivos para callar
Entre las creaciones del Gobierno del Partido Popular, ninguna tan notable como la Ciudad de la Luz. Estos estudios de cine, de construcci¨®n interminable, quiz¨¢ acaben siendo alg¨²n d¨ªa el Escorial de la Comunidad Valenciana y se conviertan en un centro de atracci¨®n para los turistas. Mientras llega ese momento, quienes visitan la Ciudad de la Luz son los jubilados de Alicante, invitados con frecuencia a conocer los estudios. Los ancianos, seg¨²n cuentan a la prensa, quedan maravillados ante aquellos plat¨®s inmensos y casi siempre vac¨ªos. El espect¨¢culo, imaginamos, debe ser sobrecogedor.
Esta pasada semana, publicaban los peri¨®dicos un informe de la Sindicatura de Cuentas sobre la Ciudad de la Luz. Se consignan en ¨¦l las cantidades que los estudios pagaron durante 2005 a quienes rodaron all¨ª sus pel¨ªculas. No son desde?ables estas cantidades, ni mucho menos. A los productores de La dama boba se les abonaron 380.000 euros; algo m¨¢s, 400.000, a los de Teresa, muerte y vida. La mayor cantidad, unos 700.000, la obtuvo Antonio Banderas, que rod¨® en los estudios una parte de su pel¨ªcula El camino de los ingleses. Habr¨¢ que esperar al informe del pr¨®ximo ejercicio para conocer cu¨¢nto cost¨® el rodaje de Asterix y la presencia de Gerard Depardieu.
Cuando se ha preguntado a la direcci¨®n de la Ciudad de la Luz por la raz¨®n de estas pr¨¢cticas, se ha respondido que son necesarias para dar a conocer los estudios. Lo que no se ha dicho es cu¨¢nto tiempo ser¨¢ necesario para que los estudios se conozcan. ?Dos, tres, cuatro, cinco a?os? Una vez que se haya producido ese conocimiento, es decir, cuando los productores sepan que Alicante dispone de unos extraordinarios plat¨®s, ?qu¨¦ suceder¨¢? El director Jos¨¦ Luis Cuerda acaba de advertir que en T¨²nez, donde tambi¨¦n se han construido unos magn¨ªficos estudios, la mano de obra es mucho m¨¢s barata que en nuestro pa¨ªs. Ser¨ªa interesante conocer c¨®mo piensa la direcci¨®n de la Ciudad de la Luz hacer frente a la competencia de T¨²nez. ?Tal vez aumentar las subvenciones para continuar atrayendo rodajes?
Se ha dicho que los problemas de la Ciudad de la Luz son los mismos que los del Palau de les Arts, Terra M¨ªtica, Ciegsa, Infoville, o la Ciudad de las Ciencias. Es cierto que en todos estos negocios se impuso un modo de gesti¨®n que nunca tuvo en cuenta el criterio empresarial. Como lo que se pretend¨ªa no era tanto su rendimiento econ¨®mico como crear una imagen exuberante de la Comunidad Valenciana, jam¨¢s ha importado el dinero gastado en ellos. Las dietas exageradas de la intendente del Palau, el flete de un avi¨®n para traer a Sof¨ªa Loren a una inauguraci¨®n, o pagar 700.000 euros a Banderas para que ruede su pel¨ªcula en Alicante son consecuencia de ese prop¨®sito.
Pero transcurre el tiempo, las empresas no logran consolidarse y la deuda de la Comunidad contin¨²a en ascenso. Hubo que cerrar Infoville; Terra M¨ªtica sobrevive gracias a las cajas de ahorros; Ciegsa cuesta cada a?o m¨¢s dinero, y es incapaz de acabar el mapa escolar. Todo cuanto tienen los valencianos, despu¨¦s de gastar cientos de millones de euros, es una extraordinaria imagen p¨²blica y la esperanza de que, gracias a ella, acudan m¨¢s turistas. Mal asunto. Los publicitarios saben con qu¨¦ facilidad desaparece una imagen cuando no hay detr¨¢s un producto s¨®lido que la sostenga. Ese es el peligro. Habr¨¢ que ver qu¨¦ queda de la imagen Comunidad Valenciana cuando finalice el ciclo de la construcci¨®n. A la vista de todo ello, la negativa de Francisco Camps a contestar las preguntas de la prensa, m¨¢s que una t¨¢ctica electoral, parece responder a una necesidad.
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