Materazzi, im¨¢n de cabezazos
Delvecchio, delantero del Sampdoria, emula a Zidane y agrede al defensa del Inter
En italiano existe la expresi¨®n faccia da schiaffi (cara de bofetadas) para referirse a un caradura. La de Marco Materazzi debe de ser una cara de cabezazos porque los atrae con una frecuencia inusual. El central del Inter, convertido en celebridad por el testarazo de Zidane en la final mundialista, sufri¨® el domingo una agresi¨®n similar. Peor, en realidad, porque Genaro Delvecchio, atacante del Sampdoria, le peg¨® con la cabeza en la boca. Delvecchio, para variar, dijo haber sido provocado. Pero s¨®lo hab¨ªan discurrido seis minutos del partido y la supuesta provocaci¨®n fue, seg¨²n varios testimonios, una frase normal¨ªsima, sin referencias a familiares o allegados.
Todo el Sampdoria sali¨® al campo con un alto nivel de excitaci¨®n. Cuatro d¨ªas antes, un Inter plagado de suplentes ya hab¨ªa vencido (0-3) en G¨¦nova, en la Copa. El Sampdoria quer¨ªa tomarse la revancha y arranc¨® muy alto de revoluciones. Eso se tradujo en tres faltas en poco m¨¢s de tres minutos. En el 6, Delvecchio solt¨® una patada al portero interista, Julio C¨¦sar, cuando ¨¦ste ten¨ªa el bal¨®n entre las manos. Materazzi se acerc¨® a Delvecchio para increparle y le grit¨® algo as¨ª como "?qu¨¦ haces?", amenizando la frase con un par de tacos. Delvecchio, que estaba en el suelo, enloqueci¨® y aprovech¨® el gesto de alzarse para pegarle a Materazzi un cabezazo entre el ment¨®n y los labios.
'Matrix' proclama su inocencia: "Las he hecho de todos los colores, pero no esta vez"
El juez de l¨ªnea contempl¨® la escena, recogida tambi¨¦n por las c¨¢maras de televisi¨®n, y utiliz¨® el micro de conexi¨®n con el ¨¢rbitro, una novedad en el calcio, para recomendar la expulsi¨®n. El colegiado mostr¨® la tarjeta roja al jugador del Sampdoria y una amarilla a Materazzi suponiendo que, como siempre, algo habr¨ªa hecho.
Pero en esta oportunidad Matrix era del todo inocente. "Las he hecho de todos los colores, pero esta vez, de verdad, no tengo culpa alguna", explic¨® luego el interista. Delvecchio pidi¨® perd¨®n tras el partido por su tempran¨ªsima expulsi¨®n, que impidi¨® que sus compa?eros pudieran al menos plantar cara al todopoderoso Inter, vencedor por 0-2. "Ruego a todos los italianos que me excusen", dijo el delantero, "pero debo a?adir que, si Materazzi no hubiera usado ese tono conmigo, yo no habr¨ªa tenido esa reacci¨®n".
Delvecchio no convenci¨® a nadie. Ni siquiera a su entrenador, Walter Novellino, de legendario mal genio. "El comportamiento de Delvecchio ha sido intolerable, inaceptable en un profesional, y el ¨¢rbitro ha hecho muy bien en expulsarle", coment¨®; "no hay excusas ni justificaciones para un gesto semejante. Me da igual si ha habido o no provocaci¨®n. Ni lo s¨¦ ni me interesa". Novellino nunca sinti¨® entusiasmo por Delvecchio y su cabezazo podr¨ªa precipitar su salida del Sampdoria.
Matrix, que durante a?os simboliz¨® lo peor del calcio, disfruta, en cambio, de una nueva vida: juega bien, se comporta casi con decencia y desempe?a a la perfecci¨®n el papel de v¨ªctima.
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