El saxofonista de los genios
Maceo Parker, viejo compa?ero de James Brown, llega a Espa?a con una 'big band'
Desde que se independiz¨®, Maceo Parker lucha por dejar de ser simplemente "el saxofonista de James Brown y George Clinton". Ahora, el m¨²sico de Carolina del Norte tambi¨¦n pretende ampliar su paleta: al frente de una flexible agrupaci¨®n alemana, la WDR Big Band, se aproxima al jazz orquestal. Ha estado preparando en Colonia un disco que incluir¨¢ versiones de piezas cl¨¢sicas de Ray Charles; viene a Espa?a en compa?¨ªa de 20 m¨²sicos germanos y una secci¨®n de ritmo propia, el bajista Rodney Skeet Curtis y el baterista Dennis Chambers: toca en Barcelona (1 de febrero) y Madrid (2).
Pr¨®ximo a cumplir 64 a?os, Parker es un hombre reflexivo y modesto, sin rastros de esnobismo: "Tocar ahora jazz no es una imposici¨®n de la edad; mentalmente, igual resulta m¨¢s agotador que tocar funk. Espero que el p¨²blico acepte verme en una onda diferente, m¨¢s sofisticada: la WDR Big Band es algo serio, ha acompa?ado a Eddie Harris o Joe Zawinul. Cuando me ofrecieron la oportunidad de trabajar con ellos, inmediatamente pens¨¦ en montar un homenaje a Ray Charles. Y en la segunda parte haremos el repertorio de funk, que es mi especialidad".
Recrear canciones de Ray Charles le lleva a sus a?os tiernos. "Yo era un adolescente cuando Ray lanz¨® su primer gran ¨¦xito, What I'd say. Mi hermano Melvin y yo volv¨ªamos del colegio y, como mis padres trabajaban, ten¨ªamos que limpiar la casa. Lo hac¨ªamos con la radio puesta. El d¨ªa que el locutor pinch¨® What I'd say, se nos olvid¨® todo. ?Sonaba tan excitante! Era como estar en la iglesia pero hablaba de mujeres, de... ?sexo! Nos sentimos intoxicados".
De gira por Europa, una noche pudo darse el placer de actuar con Ray Charles: "Fuimos sus teloneros durante unas semanas y llegamos a conocerle... hasta donde ¨¦l se dejaba conocer, no era muy accesible. Le ped¨ª que me dejara interpretar un tema con ¨¦l y accedi¨®, para sorpresa de su banda. Toqu¨¦ al estilo de David Fathead Newman, que fue su mejor saxofonista y una gran influencia sobre m¨ª. No me lo pod¨ªa creer: 'Aqu¨ª estoy yo, al lado del Genio'. Fue una sensaci¨®n de plenitud tal que he olvidado qu¨¦ canci¨®n era".
Que no se sorprenda nadie. Como mercenario, Parker ha participado en tantas sesiones que resulta frustrante preguntarle por un disco determinado: "S¨ª, creo que toqu¨¦ con Keith Richards, pero no recuerdo mucho de la sesi¨®n. Generalmente, me llaman cuando ya est¨¢ el tema enlatado y me piden que llene un hueco. Ya est¨¢ calculado: 'Aqu¨ª, un solo de Maceo'. Y no puedes salirte del esquema. Por eso, acepto pocas de las ofertas que me llegan para grabar. Si el dinero est¨¢ bien y las fechas me coinciden, puedo llegar a hacerlo. Pero prefiero una situaci¨®n en la que deba ponerme a prueba: disfrut¨¦ con Ani DiFranco o con Living Colour".
Maceo suele dejarlo todo cuando le llama Prince: "Con ese chaval, debes usar todos los recursos, todas tus reservas; es como si fueras un nadador y te llevaran al decatl¨®n. Cuando sales a un escenario con ¨¦l, puedes terminar tocando rock, pop, jazz, rap, soul, funk, disco, blues, lo que se le ocurra. Se salta las categor¨ªas raciales y generacionales, es un verdadero prodigio. Cuando te llama para grabar, te est¨¢ concediendo un gran honor. Y tambi¨¦n debes estar preparado para lanzarte a la piscina: lo mismo te pide un sonido espec¨ªfico que te da margen para que hagas lo que quieras".
Debemos hablar de James Brown, Maceo. Un suspiro y se arranca: "Su muerte nos dej¨® boquiabiertos. Parec¨ªa indestructible: siempre cre¨ªmos que nos sobrevivir¨ªa a todos, que llegar¨ªa a los 250 a?os o algo as¨ª. Como artista, pose¨ªa una fuerza sobrenatural. En el estudio, sab¨ªa c¨®mo extraer lo mejor de nosotros, lograba que toc¨¢ramos partes que jam¨¢s hubi¨¦ramos intentado por nuestra cuenta. Para ¨¦l, la banda era un ser vivo: esperaba a que alcanz¨¢ramos un nivel de energ¨ªa y, en medio de la gira nos met¨ªa a grabar. Yo me he pasado toda mi carrera intentando descifrar sus secretos en el directo: c¨®mo adivinar lo que necesita un p¨²blico, en qu¨¦ momento alargar una canci¨®n, cu¨¢ndo tocar una balada, d¨®nde dejar rienda suelta a un m¨²sico. Para ¨¦l, era algo innato".
Sin embargo, una vez emancipado, Maceo no toc¨® demasiado con James Brown: "Girar con ¨¦l ten¨ªa muchos inconvenientes. El sueldo era escaso, claro, pero encima siempre nos estaba poniendo multas por lo que ¨¦l consideraba indisciplina. Por ejemplo, no pod¨ªamos intentar ligar con una chica si ¨ªbamos de uniforme. ?T¨ªo, el uniforme es lo que nos hac¨ªa destacar y lo que nos facilitaba las cosas! Muchas de ellas nos usaban, en realidad quer¨ªan intimar con James. Pero ?ni siquiera ¨¦l pod¨ªa satisfacer a tantas mujeres! Nadie ha contado estos d¨ªas que tambi¨¦n era un s¨ªmbolo sexual".
Tras el r¨¦gimen cuasimilitar de Brown, Maceo pas¨® a las relajadas filas de otro gran funkatero, George Clinton: "Bueno, George te daba toda la libertad, quiz¨¢ hasta demasiada. Si te apetec¨ªa salir desnudo, ¨¦l no te obligar¨ªa a taparte. Su teor¨ªa es que si los m¨²sicos se lo pasaban bien bajo los focos, el p¨²blico tambi¨¦n se contagiar¨ªa. Era verdad pero el buen rollo se acababa a la hora de cobrar: George era tan taca?o como James. En el estudio, sus m¨¦todos no ten¨ªan nada que ver: Clinton era como un cient¨ªfico loco, siempre mezclando pistas y tomas. Y drogas, claro".
En contra del t¨®pico, asegura Maceo que no tiene sensaci¨®n de haber crecido art¨ªsticamente en las ¨²ltimas d¨¦cadas: "Cuando has encontrado tu voz como instrumentista, s¨®lo se trata de encauzarla". Eso tal vez explique su desinter¨¦s por la m¨²sica nueva: "Ya no escucho discos cuando voy de gira. S¨ª me llevo un reproductor de DVD y un mont¨®n de pel¨ªculas".
?Le queda algo por probar? "A mi hijo Corey le gusta el hip-hop y hemos grabado juntos. Me atrae explorar las posibilidades percusivas de la voz, utilizarla como un instrumento que tambi¨¦n aporta historias. Ser¨ªa interesante juntar a buenos raperos con m¨²sicos de carne y hueso. Aunque tampoco me importa que utilicen mis grabaciones viejas, siempre que paguen, claro. Me parece un delito que haya raperos millonarios que se aprovechen de m¨²sicos de los sesenta, que s¨®lo cobr¨¢bamos unos d¨®lares por cada tema".
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