Ir¨¢n y Arabia Saud¨ª negocian para evitar la guerra civil en L¨ªbano
El Gobierno de Beirut y los l¨ªderes de la oposici¨®n no se re¨²nen desde hace meses
Dada la impotencia o la falta de voluntad pol¨ªtica de los l¨ªderes libaneses para poner fin a la crisis que padece el pa¨ªs, las potencias regionales toman cartas en el asunto. Arabia Saud¨ª, fiel aliado del Gobierno prooccidental de Fuad Siniora, e Ir¨¢n, firme apoyo de Hezbol¨¢, negocian c¨®mo frenar la creciente violencia que la semana pasada se cobr¨® siete vidas. Pocos creen en L¨ªbano que un eventual acuerdo perge?ado por Teher¨¢n y Riad pueda ser duradero.
"Nadie conf¨ªa en que se desbloquee la situaci¨®n", dice un diplom¨¢tico occidental
El fatalismo se ha adue?ado de la clase dirigente y de la atormentada poblaci¨®n. Dirigentes sun¨ªes, chi¨ªes y cristianos no se cansan de exigir contenci¨®n a sus huestes y de asegurar que nunca se embarcar¨¢n en una nueva guerra civil. Pero todo apunta a que nada est¨¢ en sus manos, a que los avatares de L¨ªbano, como ha ocurrido siempre a lo largo de su breve historia de seis d¨¦cadas, dependen de lo que se decida en Washington, Par¨ªs, Teher¨¢n, Riad y Damasco.
El movimiento fundamentalista chi¨ª Hezbol¨¢ exige un Gobierno de unidad nacional en el que disponga de capacidad de veto y el Ejecutivo rechaza de plano esa reclamaci¨®n. La situaci¨®n es tan delicada que los consejeros de Seguridad Nacional de Ir¨¢n y Arabia Saud¨ª -feroces rivales por alzarse con la hegemon¨ªa en el mundo musulm¨¢n- se han reunido en las capitales de ambos pa¨ªses d¨ªas atr¨¢s para intentar impedir que la deriva violenta que padece L¨ªbano desemboque en una conflagraci¨®n fratricida como la que desangr¨® el pa¨ªs entre 1975 y 1990.
El Ejecutivo de Siniora, en t¨¦rminos que parecen un llamamiento desesperado, ha pedido al secretario general de la Liga ?rabe, Amer Musa, que regrese a Beirut sin demora para intentar que el Ejecutivo y la oposici¨®n retornen a la mesa de negociaci¨®n y detengan las manifestaciones que inundan cada mes el coraz¨®n de Beirut. Los jefes de la oposici¨®n -el jeque Hasan Nasral¨¢, jefe carism¨¢tico de Hezbol¨¢, y el presidente del Parlamento, el tambi¨¦n chi¨ª Nabih Berri- y el Gobierno no se re¨²nen desde hace meses.
"Todo el mundo est¨¢ a la espera, pero nadie conf¨ªa en que se desbloquee la situaci¨®n porque ninguna de las partes est¨¢ dispuesta a ceder. Musa no va a venir, salvo que tenga garant¨ªas de que su misi¨®n ser¨¢ fruct¨ªfera", comenta un diplom¨¢tico occidental acreditado en Beirut.
No est¨¢ nada claro, m¨¢s bien al contrario, que un pacto entre Arabia Saud¨ª e Ir¨¢n para templar los ¨¢nimos suponga el punto final a los enfrentamientos en L¨ªbano. Son demasiados los intereses que se concitan en este peque?o Estado de cuatro millones de habitantes en el que conviven 18 confesiones religiosas. Y muchos los problemas que habr¨ªa que resolver para que todos se dieran por satisfechos.
Porque Siria, que durante 30 a?os ejerci¨® su tutela sobre L¨ªbano, hasta que sus tropas fueron forzadas por la ONU a abandonar el pa¨ªs en abril de 2005, cuenta con cartas para jugar en una partida en la que est¨¢ directamente implicada. Tres asuntos son clave: la constituci¨®n del tribunal internacional que deber¨ªa juzgar el magnicidio del ex primer ministro Rafik Hariri; la elecci¨®n, en noviembre, del presidente que reemplazar¨¢ al prosirio Emile Lahoud, y el desarme de Hezbol¨¢, tal como exigen las resoluciones 1559 y 1701 de Naciones Unidas. El movimiento islamista se niega a respaldar la formaci¨®n del tribunal y se mofa de quienes exigen la entrega de sus armas.
Las palabras del presidente de EE UU, George W. Bush, el pasado lunes, en las que acus¨® directamente a Hezbol¨¢ de fomentar la violencia en L¨ªbano, no ayudan al arreglo. "Ir¨¢n, Siria y Hezbol¨¢ deben ser llamados a rendir cuentas", afirm¨®. Nasral¨¢, durante la festividad chi¨ª de la Achura, contraatac¨® ayer ante decenas de miles de sus partidarios: "Nunca seremos humillados... Quien provoca el caos, quien destruye L¨ªbano, quien mata a mujeres y ni?os es Bush... El mayor desaf¨ªo que afrontan todas las resistencias en L¨ªbano, Irak y Palestina es evitar las guerras civiles que desean las naciones enemigas".
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