Puertas al futuro
La instalaci¨®n de la obra de Cristina Iglesias simboliza el inicio de la nueva etapa del Prado
El Museo del Prado instal¨® ayer su puerta de acceso al futuro, una monumental estructura en bronce de seis hojas dise?ada por la escultora Cristina Iglesias (San Sebasti¨¢n, 1956). "No s¨®lo es una puerta, es un pasaje", explic¨® la artista. Es un tr¨¢nsito que simboliza la adaptaci¨®n de la pinacoteca a los retos del siglo XXI. Si se cumple el calendario que barajan fuentes cercanas al Ministerio de Cultura, esta escultura de 22 toneladas y m¨¢s de 50 metros cuadrados de superficie, podr¨ªa atravesarse a partir del mes de junio, fecha prevista para la apertura de la ampliaci¨®n de Rafael Moneo. "La colocaci¨®n de esta puerta refleja que ya estamos en el camino del fin. Es un hito muy importante para el proyecto de ampliaci¨®n del Prado y, muestra el feliz proyecto de colaboraci¨®n entre dos grandes creadores espa?oles", apunta el director del Museo del Prado, Miguel Zugaza.
Rafael Moneo tuvo claro desde el principio que el acceso desde el exterior a la f¨¢brica creada en torno al claustro de los Jer¨®nimos deb¨ªa ser una obra de arte en s¨ª misma. As¨ª que invit¨® a Cristina Iglesias a realizarla. El arquitecto marc¨® las proporciones y la escultora se ajust¨® a ellas. "Hemos mantenido un proceso de di¨¢logo todo este tiempo", explic¨® Iglesias, creadora que ha encontrado su sitio en un lugar a medio camino entre la arquitectura y la escultura. El resultado es una voluminosa vegetaci¨®n inventada en bronce que permite la entrada a un templo de la pintura.
Lo contaba ayer la propia escultora ante su obra, protegida por un casco, e interrumpida por los operarios que a¨²n trabajaban en la instalaci¨®n de la puerta. "No me interesaba hacer una de dos hojas". Iglesias, autora de otras obras monumentales instaladas en lugares como Amberes y Barcelona, ha optado por una escultura de seis piezas, dos fijas en los extremos y cuatro m¨®viles, que se abrir¨¢n y cerrar¨¢n a trav¨¦s de un sistema hidr¨¢ulico controlado por ordenador y podr¨¢n quedar en cinco posiciones distintas.
Mantener la identidad
El d¨ªa que esa puerta se abra, el Prado, una pinacoteca que resume con su colecci¨®n la historia del arte desde los griegos hasta principios del siglo XX, iniciar¨¢ una nueva etapa. Pero no ser¨¢ un punto y aparte en su trayectoria. "Tiene que ser el mismo museo, porque lo mejor del Prado est¨¢ en su identidad no corrompida por el paso del tiempo", recalc¨® su director.
"Lo que facilitar¨¢ fundamentalmente la ampliaci¨®n son espacios necesarios para organizar mejor todo lo que tiene que ver con la atenci¨®n al visitante, con la circulaci¨®n dentro del museo. Permitir¨¢ adem¨¢s liberar al edificio original de todas las servidumbres que ha tenido que ir asumiendo con el tiempo". Las obras, que ten¨ªan que haber estado ya terminadas, han exigido -seg¨²n los ¨²ltimos datos facilitados- una inversi¨®n de 106 millones de euros, un 76% m¨¢s de lo previsto.
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