Vitoria crece m¨¢s en viviendas construidas que en habitantes
La acelerada expansi¨®n urban¨ªstica de la capital alavesa en los ¨²ltimos a?os pone en cuesti¨®n su apuesta por la sostenibilidad
Vitoria se expande aparentemente sin fin al Este y al Oeste. Los nuevos barrios de Salbur¨²a y Zabalgana van recibiendo a sus habitantes, en lo que ha sido el proceso constructor m¨¢s poderoso realizado en la capital alavesa desde el que se llev¨® a cabo en los a?os 70, cuando la poblaci¨®n de la ciudad pr¨¢cticamente se multiplic¨® por dos, llegando a los 200.000 vecinos. La diferencia es que, mientras entre 2001 y 2005 la poblaci¨®n ha pasado de 220.254 ciudadanos a 229.080, en ese mismo periodo se han construido 10.683 viviendas. Una expansi¨®n desmesurada, en principio, que pone de relieve las complicadas ramificaciones de un problema que se agrava cuando se apuesta a la vez por convertirse en un referente de ciudad sostenible, con un respeto impecable al medio ambiente.
"La ciudad ha llegado a sus l¨ªmites ya", reconoce el concejal de Urbanismo
Un organismo del Ayuntamiento advierte de que la urbe comienza a llegar a su anillo verde
La primera pregunta surge de inmediato: ?hac¨ªan falta tantas vivienda en una ciudad que apenas crece en poblaci¨®n? La respuesta, si se atiende al dato de la demanda de vivienda protegida, es clara. "Cuando llegamos nosotros al Ayuntamiento nos encontramos con una lista de espera para vivienda de protecci¨®n oficial en Etxebide de 17.000 personas. Al mismo tiempo, hab¨ªa que concluir el desarrollo de Lakua, del que no se hab¨ªa construido ni la mitad. As¨ª que pusimos en marcha Salbur¨²a y Zabalgana", recuerda el popular Jorge Ibarrondo, concejal de Urbanismo.
Estas razones son ciertas, pero otros especialistas afirman que no hay que confundir demanda con necesidad. "Quien necesita la vivienda en Vitoria son los j¨®venes de entre 25 y 30 a?os que no pueden acceder a la vivienda usada por un problema de precio y tienen que acudir a la nueva de protecci¨®n oficial. Es algo que ocurre en toda Espa?a y est¨¢ provocando problemas urban¨ªsticos graves", explica Ram¨®n L¨®pez de Lucio, catedratico de Urbanismo y Ordenaci¨®n del Territorio de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid. "Estamos haciendo una nueva ciudad, que en lugar de ir a por la renovaci¨®n, opta por dejar vac¨ªa la preexistente", a?ade.
Vitoria crece sin parar, hasta duplicar su extensi¨®n urbana en los ¨²ltimos 15 a?os, en un fen¨®meno que ya se ha advertido en otras ciudades de Espa?a, que el catedr¨¢tico madrile?o, quien ha colaborado en distintos programas con el Ayuntamiento de la capital alavesa, califica de "huida hacia delante". "Parece que hemos pasado a considerar la ciudad como un producto m¨¢s de la sociedad de consumo, de usar y tirar, bien por la degradaci¨®n de sus barrios, bien por dejarlas vac¨ªas", se?ala. En el caso de Vitoria, se puede apreciar c¨®mo su degradaci¨®n pasa por un dise?o urbano excesivamente disperso.
Algunos de los defectos que se hab¨ªan apreciado en Lakua se han vuelto a repetir en los dos nuevos barrios, como la baja densidad de viviendas por hect¨¢rea, que conduce a una ciudad fantasma. Hasta los informes del Centro de Estudios Ambientales (CEA), dependiente del Ayuntamiento, apuestan por cambiar este dise?o urbano por el que m¨¢s del 50% de la superficie de las nuevas urbanizaciones corresponde a espacios p¨²blicos, entre equipamiento y zonas verdes. "No es s¨®lo un problema de exceso de gastos en mantenimiento en tiempos en los que no estamos para derroche, sino tambi¨¦n de organizaci¨®n ciudadana", reflexionan los responsables del CEA.
Comienza a llegar as¨ª la preocupaci¨®n a los defensores de la ciudad sostenible. El bosque de gr¨²as que asoma en Zabalgana, cerca del gran pol¨ªgono industrial de Jundiz, ?es un anticipo del futuro de Vitoria? Ibarrondo, cree que no: "La ciudad ha llegado a sus l¨ªmites ya. Creo que el problema ha sido que hemos tenido que trabajar con la Ley del Suelo de 1976, porque, a pesar de contar con competencias desde 1981, la comunidad aut¨®noma no ha sido capaz de desarrollar su propia legislaci¨®n hasta ahora y la sociedad ha cambiado mucho en los ¨²ltimos 30 a?os".
El concejal recuerda los porcentajes de terreno destinados a bienes p¨²blicos a los que obligaba la ley estatal. Es cierto, sin olvidar la densidad de viviendas por hect¨¢rea, siempre baja en Vitoria, que hab¨ªa que destinar terreno para iglesias, guarder¨ªas o centros asistenciales, que ahora resultan excesivos. "Nosotros apostamos porque esos huecos que los vecinos de Lakua, Salburua o Zabalgana ya aprecian y por los que se quejan, se destinen a la construcci¨®n de viviendas en alquiler, ya que es terreno p¨²blico", apunta Ibarrondo.
L¨®pez de Lucio llama a lo que ocurre en Vitoria el "s¨ªndrome del nuevo rico urbano" que apuesta por una ciudad con m¨¢s espacio p¨²blico que privado. "Tampoco vamos a ir las proporciones de la ciudad medieval, pero creo que con unos porcentajes de 30% de espacio p¨²blico y un 70% de privado, estamos bien". Zabalgana y Salbur¨²a se encuentra, ahora mismo, a un 50%. A ello hay que sumar el mantenimiento de la nueva ciudad. Todos los expertos consultados reconocen los costes que supone mantener una red de zonas verdes sobredimensionada.
Sin embargo, la ambici¨®n por expandir la ciudad contin¨²a y supera las buenas intenciones p¨²blicas de facilitar pisos. Los informes del CEA as¨ª lo reconocen: "Estamos en actitud de alerta, porque la urbe comienza a llegar al anillo verde y hay pocas ciudades en Europa con humedales como Salburua o bosques como Armentia en sus cercan¨ªas". De momento, se ha puesto en marcha la implicaci¨®n de Vitoria en la denominada Ruta de los Pastores, un proyecto para unir todos los parques naturales de Euskadi, con el fin de salvaguardar el contorno de la capital. Pero hasta que la vivienda deje de considerarse como un bien de inversi¨®n pasar¨¢ tiempo. "Hasta 30 o 40 a?os", calcula L¨®pez de Lucio.
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