Nueva era en Portugal
La amplia victoria del s¨ª (59% contra 40%) en el refer¨¦ndum sobre el aborto celebrado el domingo en Portugal supone, nueve a?os despu¨¦s del ajustado triunfo del no en la primera consulta, un hist¨®rico paso adelante para el pa¨ªs vecino. Al dar su respaldo a la despenalizaci¨®n del aborto por decisi¨®n de la mujer en las primeras 10 semanas de embarazo, Portugal ha dicho no al miedo, la humillaci¨®n y la persecuci¨®n judicial de las 20.000 mujeres que cada a?o toman la decisi¨®n de abortar, ya sea clandestinamente o en el extranjero. Portugal ha querido dejar atr¨¢s su ley de 1984, una norma de supuestos casi id¨¦ntica a la espa?ola que jam¨¢s pudo ser aplicada racionalmente por la presi¨®n social de la Iglesia y la cerraz¨®n m¨¦dica.
La victoria del s¨ª est¨¢ llena de significados pol¨ªticos. El debate ha movilizado por primera vez a amplios grupos ciudadanos y ha sido ejemplarmente democr¨¢tico y civilizado. La voz del Portugal laico y moderno se ha elevado sobre el silencio del pa¨ªs atrasado. Aunque el no sigue triunfando en casi todos los tradicionales feudos rurales del norte y en las islas, los dos grandes n¨²cleos urbanos, Lisboa y Oporto (donde gan¨® el no en el 98), apoyan sin ambages la reforma, con un 71% afirmativo en la capital y una participaci¨®n pr¨®xima al 50% en ambas. En el cintur¨®n de Set¨²bal, el Alentejo y el m¨¢s avanzado Algarve, el s¨ª alcanza mayor¨ªas escandalosas.
Es cierto que 1,5 millones de votantes se han opuesto a la despenalizaci¨®n y que la participaci¨®n del 44% est¨¢ lejos de la mitad m¨¢s uno del electorado necesario para aprobar autom¨¢ticamente la ley. Pero que el refer¨¦ndum no sea jur¨ªdicamente vinculante no significa, como se ha dicho, que m¨¢s de la mitad de los ciudadanos est¨¦ en contra de despenalizar el aborto. Y tampoco que la consulta haya quedado desvirtuada. Muchas semanas antes, el primer ministro socialista, Jos¨¦ S¨®crates, y la mayor¨ªa de los partidos hab¨ªan dejado claro que respetar¨ªan la decisi¨®n popular, ganara el no o el s¨ª, aunque la abstenci¨®n superara el 50%.
Excepto el ultraderechista CDS/PP y la Iglesia cat¨®lica, las dem¨¢s fuerzas pol¨ªticas y sociales han reaccionado ya en el sentido de que la nueva ley se har¨¢ en el Parlamento. S¨®crates, pragm¨¢tico y moderado durante el proceso, ha prometido incorporar algunas peticiones del no y elaborar una reglamentaci¨®n basada en las mejores legislaciones europeas. Ahora s¨®lo cabe esperar rapidez en la tramitaci¨®n y la aplicaci¨®n de la nueva ley que deber¨¢ sacar a Portugal de la infame pesadilla del aborto clandestino.
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