Reflexiones sobre la seguridad mar¨ªtima
Hace cuatro a?os naufrag¨® el Prestige cargado con 77.000 toneladas de fuel. Una gigantesca marea negra contamin¨® gravemente las costas espa?olas, francesas y portuguesas. En ese momento, algunas de las regiones afectadas se recuperaban con dificultades de una marea negra anterior, la provocada por el Erika.
Este tipo de cat¨¢strofes ecol¨®gicas y econ¨®micas ha llevado a la Comisi¨®n Europea a proponer una serie de medidas concretas para mejorar la seguridad mar¨ªtima. Las medidas se conocen con el nombre de paquetes Erika I y Erika II. A nivel europeo se han conseguido muchas cosas en muy poco tiempo: se ha prohibido el transporte de productos petroleros pesados en los buques de casco ¨²nico y se ha acelerado la retirada del mercado de los petroleros de casco ¨²nico. Europa, en virtud de la autorizaci¨®n que le confiere el Derecho mar¨ªtimo internacional, ha intentado mejorar la protecci¨®n de sus costas contra la contaminaci¨®n por hidrocarburos. La comunidad internacional ha aceptado esa acci¨®n y las medidas se han generalizado a nivel mundial.
Hemos de ser capaces de extraer lecciones t¨¦cnicas de cada uno de los accidentes
Otros ejemplos: se ha reforzado en los puertos europeos el control de los buques, como la vigilancia por parte de la Comisi¨®n de las sociedades de clasificaci¨®n. Tambi¨¦n hemos querido hacer que aquellos cuyo comportamiento o negligencia grave ponen en peligro el medio ambiente se enfrenten a su responsabilidad y para ello se ha instaurado un r¨¦gimen europeo de sanciones penales.
En resumen, el buque ha levado anclas pero no hemos llegado al fin del viaje. He querido completar el edificio con un paquete de medidas coherentes destinadas a elevar a¨²n m¨¢s el nivel de seguridad en los mares europeos, de un extremo al otro de la cadena del transporte mar¨ªtimo: desde el Estado que concede su pabell¨®n hasta el Estado que acoge al barco en sus puertos, desde la certificaci¨®n de los buques hasta el seguimiento de su circulaci¨®n, el seguro de los buques y su responsabilidad en caso de accidente, sin olvidar que hemos de ser capaces de extraer lecciones t¨¦cnicas de cada uno de los accidentes.
Se trata del tercer paquete de seguridad mar¨ªtima, que comporta siete propuestas legislativas que, inspir¨¢ndome en la medida de lo posible en los est¨¢ndares internacionales y complet¨¢ndolos all¨ª donde era necesario y posible dentro del respeto del Derecho internacional, present¨¦ en noviembre de 2005. Estos est¨¢ndares existen, deben ser aplicados y yo tengo la intenci¨®n de conferirles la fuerza del Derecho comunitario que permite asegurar su aplicaci¨®n efectiva y coherente en Europa, porque la contaminaci¨®n mar¨ªtima no conoce fronteras. La Organizaci¨®n Mar¨ªtima Internacional (OMI), con la que forzosamente hemos mejorado la cooperaci¨®n, reconoce ahora este valor a?adido de la acci¨®n comunitaria.
El principio de base del presente paquete consiste en contemplar el conjunto de la cadena de transporte mar¨ªtimo, evitando la demonizaci¨®n in¨²til de una profesi¨®n que en su gran mayor¨ªa respeta las normas de calidad.
Es necesario rechazar decididamente la fatalidad y dejar de refugiarse en el "riesgo mar¨ªtimo". Evitemos en lo posible los accidentes, aseguremos la asunci¨®n real de las responsabilidades respecto de las v¨ªctimas cuando aqu¨¦llos tienen lugar y deshag¨¢monos de los que empa?an la imagen de este sector vital para nuestra econom¨ªa que es el transporte mar¨ªtimo, que son minor¨ªa.
El trabajo relacionado con este paquete legislativo avanza y el Consejo de ministros encargado de los transportes, reunido el 11 de diciembre de 2006, permiti¨® progresar, sobre todo en la cuesti¨®n del control de los buques en los puertos, gracias a los esfuerzos de la Presidencia finlandesa.
Pero nuestro barco no ha llegado, ni mucho menos, a buen puerto; avanza muy lentamente y hay tentaciones de aligerarlo de una parte de su carga.
Pienso, sobre todo, en la independencia de las autoridades de las que depende la decisi¨®n sobre el lugar de refugio al que hay que encaminar un buque en peligro. Esta independencia es esencial si queremos que se adopte a tiempo la mejor decisi¨®n para asegurar el buque o confinar la contaminaci¨®n y permitir as¨ª que se eviten cat¨¢strofes mayores. Pienso tambi¨¦n en las medidas que garantizan que los Estados son conscientes de sus responsabilidades a la hora de otorgar su pabell¨®n. Demasiados Estados europeos figuran en la lista gris, incluso en la lista negra, establecida por el Memor¨¢ndum de Par¨ªs, que califica a los pa¨ªses en funci¨®n del n¨²mero de retenciones en los puertos a ra¨ªz de un accidente o de un control. Pienso tambi¨¦n en los pasajeros v¨ªctimas de un naufragio y en sus deudos: ?c¨®mo explicar que est¨¦n cubiertos por un seguro si el trayecto se efect¨²a entre puertos de Estados diferentes pero no lo est¨¦n en el caso de un viaje dentro del propio pa¨ªs?
He de confesar mi decepci¨®n al respecto. Y en mitad del invierno y de sus tormentas deseo hacer un llamamiento a los ministros europeos: ?no esperen a la pr¨®xima marea negra, no esperen a un naufragio! Hemos evitado que el tercer paquete de seguridad mar¨ªtima lleve el nombre de otro buque contaminante: no se trata del paquete Erika III, no se trata del paquete Prestige. Tenemos la suerte de no estar bajo la presi¨®n de una cat¨¢strofe reciente. No la estropeemos. No esperemos a que los malos vientos o una mar agitada, cruz¨¢ndose en la ruta de un barco defectuoso, lleguen a dar un nombre a estas propuestas.
Estas propuestas representan lo que necesitamos para la seguridad de nuestros mares. Para adoptarlas no hay que esperar el consenso que sigue siempre a las cat¨¢strofes y a la serie de conocid¨ªsimas im¨¢genes de playas contaminadas, lugares protegidos ensuciados, p¨¢jaros heridos, pescadores, mariscadores, regiones enteras al borde de la desesperaci¨®n.
Fiel a mi m¨¦todo, contin¨²o abierto a la discusi¨®n. Pero es preciso que haya discusi¨®n, que avance el trabajo para actuar sobre los puntos d¨¦biles que a¨²n persisten en el r¨¦gimen comunitario de seguridad mar¨ªtima. S¨¦ que algunas de estas medidas, por ejemplo las relacionadas con las cuestiones de responsabilidad, ser¨¢n dif¨ªciles de tratar. Puedo comprenderlo, pero lo que no puedo comprender ni aceptar es que se decida a priori no hablar de ese tema. Este tercer paquete es un conjunto de medidas interdependientes cuya eficacia se reducir¨ªa si tuvi¨¦ramos que abandonar alguna de ellas.
Tengo confianza y agradezco a la Presidencia alemana de la Uni¨®n sus esfuerzos para el progreso. Invito a todos los que aman el mar, a los que viven del mar, a transmitir mi llamamiento a sus respectivos gobiernos. Ciertamente, el riesgo cero no existe pero tenemos el deber de reducirlo, y podemos reducirlo.
Jacques Barrot es comisario europeo de Transportes.
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