Italia se encamina a un nuevo Gobierno presidido por Prodi
El l¨ªder de la izquierda depende del apoyo de los siete senadores vitalicios
La crisis pol¨ªtica italiana sigui¨® ayer encallada en los n¨²meros de un Senado en el que nadie dispon¨ªa de mayor¨ªa real. Se contase como se contase, los siete senadores vitalicios, libres de disciplina de partido, eran decisivos. El presidente de la Rep¨²blica, Giorgio Napolitano, anunci¨® que se tomaba la noche para reflexionar antes de dar a conocer su decisi¨®n. La opci¨®n m¨¢s probable parec¨ªa la de conceder a Romano Prodi otra oportunidad.
Francesco Cossiga, ex presidente de la Rep¨²blica y senador vitalicio, democristiano por ideolog¨ªa y exc¨¦ntrico por temperamento, con medio siglo de experiencia parlamentaria a sus espaldas, se declar¨® "preocupad¨ªsimo" tras entrevistarse con el jefe del Estado. Cossiga indic¨® que no hab¨ªa visto en su vida una situaci¨®n tan dif¨ªcil, por las cifras del Senado y por el enconamiento de las posturas.
La base parlamentaria de Prodi, jefe del Gobierno dimisionario, no hab¨ªa variado en las ¨²ltimas 48 horas. En t¨¦rminos estrictos, Prodi era a¨²n m¨¢s d¨¦bil que el mi¨¦rcoles porque Franco Tugliatto, uno de los dos senadores que en la crucial votaci¨®n neg¨® su apoyo a la pol¨ªtica exterior gubernamental, fue expulsado de Refundaci¨®n Comunista e ingres¨® en el Grupo Mixto, proclam¨¢ndose independiente. El otro traidor, Fernando Rossi (Comunistas Italianos), agredido en un tren por un compa?ero de partido, anticip¨® que en cuestiones como Afganist¨¢n no votar¨ªa con el resto del centroizquierda.
Circulaba el rumor de que Marco Follini y otros dos senadores del minipartido Italia del Medio se hab¨ªan comprometido a aportar sus votos a Prodi en una eventual moci¨®n de confianza. Follini no afirmaba ni desment¨ªa. Se especulaba con la posibilidad de que Prodi hubiera pagado al democristiano Follini con la renuncia a legislar sobre las parejas de hecho, pero se trataba de una confusi¨®n motivada por la no inclusi¨®n de ese cap¨ªtulo entre los 12 puntos program¨¢ticos en torno a los cuales Il Professore hab¨ªa intentado enderezar su coalici¨®n. La cuesti¨®n de las parejas de hecho no figuraba en ¨¦l porque el proyecto de ley fue aprobado por el Consejo de Ministros la semana pasada y enviado al Parlamento con libertad de voto.
En mayo de 2006, cuando obtuvo la investidura para formar Gobierno, Prodi logr¨® 165 votos a favor frente a 155 en contra. En aquella ocasi¨®n cont¨® con el respaldo de los siete senadores vitalicios. Sin ellos no habr¨ªa gobernado. Y con Follini o sin Follini, los vitalicios siguen teniendo en sus manos la mayor¨ªa en el Senado.
Gianfranco Fini, presidente de Alianza Nacional, y muy probablemente tambi¨¦n Silvio Berlusconi, dijeron al presidente de la Rep¨²blica que no pod¨ªa encomendar de nuevo la presidencia del Gobierno a Prodi porque seguir¨ªa dependiendo de siete senadores que, por ley, ten¨ªan la obligaci¨®n de votar en conciencia, al margen de disciplinas partidistas. Eso aseguraba la inestabilidad.
Napolitano no dispon¨ªa de alternativas claras a Prodi. A nadie le entusiasmaba la opci¨®n de un gobierno t¨¦cnico destinado a gestionar los asuntos corrientes y a reformar la ley electoral. A¨²n menos entusiasmo suscitaba la opci¨®n de convocar elecciones inmediatas.
El cierre de filas del centroizquierda en torno a Prodi, especialmente caluroso por parte de la izquierda radical (que dif¨ªcilmente pisar¨ªa de nuevo un ministerio si cambiara la actual situaci¨®n), bloqueaba casi por completo la v¨ªa de despedir a Il Professore. En el horizonte se perfilaban un segundo intento de Prodi y una prolongaci¨®n de la precariedad hasta la siguiente crisis.
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