Prodi hace de la reforma electoral la prioridad de su nuevo Gobierno
El l¨ªder del centro-izquierda italiano no alude a la ley de parejas de hecho
Romano Prodi coloc¨® ayer la reforma electoral en cabeza de su programa de Gobierno y prometi¨® conseguirla a trav¨¦s del consenso. ?sa fue la novedad esencial del discurso con el que pidi¨® la confianza del Parlamento, para seguir en su cargo tras la dimisi¨®n y la crisis de la semana pasada. Prodi parec¨ªa tener atados 158 votos en la votaci¨®n de hoy, frente a los 157 de la oposici¨®n (senadores vitalicios al margen), y subi¨® a la tribuna con el objetivo de no molestar a ninguno de los suyos. Habl¨® de "relanzar" el centro-izquierda, pero la realidad invitaba al escepticismo.
Il Professore subray¨® la necesidad de "acabar con la interminable transici¨®n" iniciada en 1992, con la ca¨ªda del r¨¦gimen democristiano y del Partido Socialista por corrupci¨®n manifiesta. La inestabilidad gubernamental que caracteriz¨® Italia durante casi medio siglo termin¨® con una reforma electoral que favorec¨ªa el bipolarismo y los partidos mayoritarios: ¨¦sa fue la clave de la tranquilidad con que Silvio Berlusconi gestion¨® su quinquenio. El propio Berlusconi, sin embargo, cambi¨® de nuevo la ley electoral antes de las pasadas elecciones, para complicar el previsible triunfo del centro-izquierda.
El presidente de la Rep¨²blica, Giorgio Napolitano, encomend¨® a Prodi una nueva reforma electoral cuando, a falta de alternativas (unas elecciones con la ley vigente habr¨ªan arrojado un nuevo empate en el Senado), le concedi¨® el s¨¢bado una segunda oportunidad. Todo el Parlamento, oposici¨®n incluida, estaba a favor de la reforma. Se trataba, sin embargo, de una misi¨®n casi imposible. Bast¨® escuchar al ministro de Justicia, el centrista Clemente Mastella, para comprender las dificultades. "Estamos a favor de la reforma electoral", dijo tras el discurso de Prodi en el Senado, "y de que sean respetados los grandes partidos, pero tambi¨¦n los peque?os".
Misi¨®n en Afganist¨¢n
Mastella preside Udeur, un partido meridional que en las pasadas elecciones obtuvo medio mill¨®n de votos, el 1,4% del total. En teor¨ªa, no deber¨ªa haber entrado en el Parlamento, ya que el m¨ªnimo exigido es del 2% de los votos. En la pr¨¢ctica, una cl¨¢usula que prima al "mejor perdedor" dio a Mastella y su Udeur 14 diputados, tres senadores y una posici¨®n determinante en el mapa pol¨ªtico. Para cambiar de forma efectiva la ley electoral, partidos como el de Mastella deber¨ªan suicidarse. Cosa improbable.
Sobre la explosiva cuesti¨®n de Afganist¨¢n, la m¨¢s amenazante para su Gobierno en caso de que saliera con bien de la votaci¨®n de hoy, Prodi se entreg¨® a la met¨¢fora. Ten¨ªa que decir que la misi¨®n militar italiana se mantendr¨ªa en territorio afgano, en cumplimiento de sus compromisos internacionales, y lo dijo. Pero con frases como ¨¦sta: "Nuestros soldados en aquel pa¨ªs son portadores de una cultura de di¨¢logo". Pese a tanta delicadeza, el senador rebelde Franco Turigliatto (Refundaci¨®n Comunista), uno de los dos que hicieron caer el Gobierno la semana pasada, insisti¨® en que votar¨ªa s¨ª en la moci¨®n de confianza, pero no en cuanto se abordara la refinanciaci¨®n de la misi¨®n en Afganist¨¢n. Algo parecido indic¨® el otro rebelde Fernando Rossi (Comunistas Italianos). "Me reservo la posibilidad de disentir", dijo.
Prodi no hizo en su discurso ninguna referencia a la ley sobre parejas de hecho, aprobada por el Consejo de Ministros antes de la crisis y pendiente de tr¨¢mite parlamentario, y prometi¨® en cambio "mayor atenci¨®n a la familia" y al "fomento de la natalidad". Fue un intento de mejorar las relaciones con los obispos, muy deterioradas, y de abrir canales de di¨¢logo con el grupo democristiano. Por el momento, el ¨²nico democristiano atento sigui¨® siendo el tr¨¢nsfuga Marco Follini, cuyo voto favorable se daba por seguro. Los jefes de fila prodianos esperaban reunir hoy 158 votos, m¨¢s otros cinco o seis de senadores vitalicios. Esas cifras permitir¨ªan superar temporalmente la crisis.
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