Las distorsiones de la ley electoral de Berlusconi
Todo el mundo est¨¢ de acuerdo: la vigente ley electoral italiana es lamentable. Incluso quien la redact¨® en 2005, el entonces ministro Roberto Calderoli, la calific¨® de "cerdada". A Silvio Berlusconi le pareci¨® muy bien porque le favorec¨ªa y, en caso de victoria del centro-izquierda, por delante en los sondeos, iba a crear un Senado dif¨ªcilmente gobernable. Produjo, en efecto, un Senado imposible.
La ley anterior, de 1993, ten¨ªa el prop¨®sito de pasar p¨¢gina. Tras casi cuatro d¨¦cadas de sistema proporcional y de Gobierno democristiano, se apost¨® por un sistema mayoritario. El 75% de los parlamentarios eran elegidos de forma uninominal: el que sacaba m¨¢s votos en un colegio electoral pasaba al esca?o, como en el Reino Unido. El restante 25% se eleg¨ªa por el sistema proporcional.
La ley de Berlusconi y Calderoli, aprobada s¨®lo cinco meses antes de las elecciones de 2006, retorn¨® al sistema proporcional, e incluy¨® todas las maldades posibles. Por ejemplo, en los m¨ªnimos para acceder al Parlamento. Las coaliciones necesitaban un 10% de los votos; los partidos no coaligados, un 4%; los partidos coaligados, un 2%. Pero a¨²n se daba una oportunidad a quien quedaba por debajo de ese l¨ªmite: el "mejor perdedor" se quedaba con los votos desperdigados. En abril de 2006, el "mejor perdedor" fue Udeur, el partido centrista sure?o de Clemente Mastella.
Por si ese mecanismo de fragmentaci¨®n del Senado fuera insuficiente, se cre¨® un "premio de mayor¨ªa" que, a diferencia de lo decidido para la C¨¢mara de Diputados, se calculaba de forma regional. Quien ganaba en cada regi¨®n se quedaba el 55% de los esca?os en juego. Pod¨ªa darse que una coalici¨®n sacara una ventaja de un mill¨®n de votos, y perdiera.
Otro elemento pintoresco de la ley de 2005 fue la introducci¨®n del colegio electoral "exterior", es decir, planetario, subdividido en continentes. Los italianos en el extranjero, la mayor¨ªa de los cuales hab¨ªan nacido fuera y no hab¨ªan visto el pa¨ªs, recibieron derecho de voto.
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