Materia de Breta?a
Los ecos de las historias reales y m¨ªticas celtas se mezclan en estos relatos de Ant¨®n Castro que dan testimonio de la gran imaginaci¨®n popular. Amores, melancol¨ªas, a?oranzas y naufragios de la vida, los sue?os y los sentimientos.
GOLPES DE MAR
Ant¨®n Castro
Destino. Barcelona, 2006
254 p¨¢ginas. 19 euros
Ant¨®n Castro (Arteixo, A Coru?a, 1959) es un gallego que inici¨® mil oficios diversos y acab¨®, en tierras aragonesas, de escritor y periodista. No como la viuda del mar, de uno de los excelentes relatos de este libro de nostalgias y de materias de Breta?a, c¨¦ltico hasta decir ya est¨¢, que tras dejar sus huellas desesperadas por todas las playas galaicas por ver si el mar, aplacado, le devolv¨ªa el cad¨¢ver de su marinero se fue a los montes aragoneses a buscar plan, otra vida, Castro se afinc¨® hace tiempo en Zaragoza -con su escondite en tierras turolenses, carlistas y barojianas-. Desde all¨ª escribe sus libros, relatos como ¨¦stos, relatos cortos, celtas cortos, que hablan de mujeres de amores arrasados, de mujeres-enigmas, ninfas del mar, mujeres que se arrojan por el acantilado buscando sosiego en la espuma col¨¦rica del mar celta, ese que est¨¢ lleno de mitos y fantasmas, leyendas, infundios, rumores e idas y venidas de marineros errantes, algunos altos y rubios como la cerveza, celtas todos; pues de pura materia de Breta?a est¨¢n hechas estas historias, que nos trae Castro con esa sonoridad del castellano escrito en gallego o ese gallego escrito en castellano, tanto da -como les ocurre a los buenos escritores de aquella esquina-. Re¨²ne en Golpes de mar un buen pu?ado de historias que han ido brotando con esquejes de melancol¨ªas y a?oranzas en estos ¨²ltimos veinte a?os: algunas -nos dice en una nota final, libros de este tipo siempre tienen una historia que contar en una p¨¢gina y media postrera, en su interior ya est¨¢n cada uno de los relatos convenientemente dedicados, y las dedicatorias, supongo, son un r¨ªo interior que desembocan en la misma historia- las hab¨ªa publicado en gallego, luego se han pasado, de forma natural, al castellano; otras tienen relaci¨®n con libros suyos anteriores. Unos son cuentos sostenidos en el aire -como el pueblo de la novela de Torrente Ballester, como las fantas¨ªas de Cunqueiro, el de Mondo?edo-, otros los arroja a la orilla el mar como restos de un naufragio. Los m¨¢s apegados a la materia Breta?a acaban algo enredados por las convenciones del g¨¦nero y al autor se le escapan expresiones petrificadas por el (ab)uso como "mujeres amadas hasta el amanecer" y t¨®picos as¨ª, (ab)usos que no desmerecen, desde luego, del total. Con todo, aun valorando el acierto de Ant¨®n Castro de traernos a su manera la parte marinera de la materia de Breta?a -hay algunas historias que son aut¨¦nticos cuentos de hadas, con reyes y princesas casaderas e islas ignotas; otra es un hermoso relato pero muy pegado a la convenci¨®n del g¨¦nero de amores tr¨¢gicos e incestuosos; y as¨ª-, yo quiero destacar tres textos espl¨¦ndidos donde hay menos bruma c¨¦ltica y m¨¢s coraz¨®n, y los prefiero. Uno de ellos es una bell¨ªsima historia de amor no correspondido, que tiene mucho de autobiogr¨¢fico en cuanto trata de esa raya imprecisa de los amores juveniles donde uno se prepara a entrar en el mundo de la realidad, de la racionalidad, y que se titula -acaso vagamente a la manera borgiana- 'Dos tardes con Beatriz de Sousa'; otro habla de otras nostalgias dejadas all¨¢ en la esquina celta y es 'El hermano que le invent¨¦ a mi hermano' (y que le gusta tambi¨¦n a Manuel Rivas, claro). Y al tercero, 'Una lecci¨®n de fotograf¨ªa', que dice Castro que es su relato "menos dram¨¢tico", le dedicar¨ªa frase entera, la ¨²ltima, ¨¦sta: es muy hermosa, lejos de las brumas, de los mares ingratos, de los mitos y los celtas cortos, esta historia de amor y amistad entre un fot¨®grafo fantasmal, que asoma en libros anteriores, Patricio Julve, que merecer¨ªa haber existido, aunque las fotos existen -c¨®mo si no podr¨ªa describirlas Ant¨®n Castro-, y su aprendiz, que es quien cuenta la historia a unos ni?os de una escuela gallega.
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