El periodista comprometido

Josep Maria Huertas Claveria, periodista y escritor, ha fallecido a los 67 a?os en Barcelona de un derrame cerebral, dejando tras de s¨ª un largo y denso historial profesional.

Josep Maria Huertas no ha pasado desapercibido para la historia del periodismo catal¨¢n: ha creado escuela y ha dejado una legi¨®n de apasionados amigos, pero tambi¨¦n de detractores.

Huertas se form¨® profesionalmente en la d¨¦cada de los a?os sesenta junto con un grupo de j¨®venes vinculados al movimiento cat¨®lico obrero JOC: entre los que se encontraba un periodista y poeta, Llu¨ªs Sales-Balmes. Juntos llevaron la corresponsal¨ªa de las publicaciones cat¨®licas Signo y Vida Nueva, la plataforma de un periodismo critico e innovador, que prolongar¨ªa luego en las p¨¢ginas de El Correo Catal¨¢n, bajo la direcci¨®n de Manuel Rosell¨® y Manuel Ib¨¢?ez Escofet.

En los dif¨ªciles a?os sesenta de la dictadura franquista, en la redacci¨®n de El Correo Catal¨¢n, situado en aquella ¨¦poca en las Ramblas, se produce un encuentro entre Josep Maria Huertas y Jos¨¦ Mart¨ª G¨®mez, que acaba de llegar a Barcelona huyendo de la prensa asfixiante de Castell¨®n. A estos dos hombres se le sumar¨ªa luego un tercer periodista, Jaume Fabre, y los tres configurar¨ªan el n¨²cleo central de un grupo profesional al que Joan de Segarra en 1971 bautiz¨® con el nombre de Huertamaros, en clara alusi¨®n al movimiento guerrillero uruguayo Tupamaro.

La caracter¨ªstica principal de este grupo period¨ªstico la constituir¨ªa su compromiso y la militancia social. Un elemento clave que se repetir¨ªa a?os m¨¢s tarde cuando se configurar¨ªa el clandestino Movimiento Democr¨¢tico de Periodistas.

Huertas ha sido toda su vida un hombre de equipo. El sentido did¨¢ctico de la profesi¨®n le llev¨® a configurar en la d¨¦cada de 1970 en el vespertino Tel/eXpr¨¦s una secci¨®n de local at¨ªpica, en la que las decisiones se tomaban a diario de manera colegiada. La misma t¨¦cnica la utiliz¨® en la revista Oriflama, de la que fue director, o en el mensual Quatre Cantons, portavoz del barrio de Poblenou. Continu¨® trabajando en equipo en Destino, en El Peri¨®dico de Catalunya o cuando form¨® parte de la direcci¨®n del Diario de Barcelona.

La actitud militante y comprometida de Huertas como periodista le provoc¨® numerosos problemas que culminaron en 1975 con la condena impuesta por un tribunal militar por un reportaje publicado en Tel/eXpr¨¦s, titulado ?Vida er¨®tica y subterr¨¢nea? en la que explicaba los negocios poco claros de algunas viudas de militares.

La encarcelaci¨®n de Huertas provoc¨® un movimiento de solidaridad en toda la profesi¨®n que en la primavera de 1976 sali¨® por primera vez a la calle en defensa de la libertad de expresi¨®n y pidiendo su liberaci¨®n. La muerte de Franco precipit¨® su puesta en libertad y su incorporaci¨®n, meses m¨¢s tarde, a su puesto de trabajo en el peri¨®dico.

Su ¨²ltimo trabajo en equipo lo inici¨® hace pocos meses, cuando un grupo de profesionales de la prensa solicit¨® que encabezara una candidatura al decanato del Colegio de Periodistas de Catalu?a, llenando de esta manera un vac¨ªo provocado por la dimisi¨®n del presidente anterior. Como siempre, Huertas cre¨® un equipo, con representantes de las nuevas generaciones, pero tambi¨¦n con los viejos amigos, entre ellos el propio Mart¨ª G¨®mez, uno de los m¨¢s fieles y leales cr¨ªticos de Huertas.

Josep Maria Huertas Claveria ha dejado escritos millares de art¨ªculos, que ¨¦l mismo ha venido consignando en una agenda, pero adem¨¢s decenas de libros, la mayor¨ªa relacionados con la ciudad de Barcelona y sus barrios.

Huertas, hijo de un periodista especializado en temas econ¨®micos, tiene un continuador en su ¨²nico hijo Guillem, pero tambi¨¦n en las decenas de periodistas que trabajaron y defendieron con ¨¦l una forma de informar comprometida con la sociedad, la justicia y la verdad.