Henri Troyat, el m¨¢s ruso de los escritores franceses
Autor de un centenar de libros, gan¨® el Premio Goncourt y era acad¨¦mico
El escritor Henri Troyat, seud¨®nimo de Lev Tarassov, naci¨® en Rusia en 1911. Tras la Revoluci¨®n de Octubre, su familia se exili¨® a Par¨ªs. Troyat adquiri¨® la nacionalidad francesa y escribi¨® m¨¢s de un centenar de libros. Premio Goncourt en 1938 por L'Araigne, ingres¨® en la Academia Francesa en 1959. Falleci¨® el s¨¢bado 3 de marzo a los 95 a?os.
Hubo una ¨¦poca en que se cre¨ªa que todos los pr¨ªncipes rusos que hab¨ªan escapado de la revoluci¨®n de 1917 trabajaban como taxistas en Par¨ªs. Luego supimos que no era cierto, que los otros se hab¨ªan convertido en escritores. Nabokov o Berberova encabezan la lista de exiliados ilustres. Henri Troyat -seud¨®nimo de Lev Tarassov- no era un exquisito, como los dos citados, sino un forzado de las letras, un graf¨®mano compulsivo que conservaba en su memoria la Rusia que hab¨ªa abandonado a los siete a?os. Y de la memoria al papel hay un paso que ¨¦l dio sin cesar.
A lo largo de sus 70 a?os de actividad literaria -su primer libro (Faux jour, 1935) lo public¨® a los 24 a?os; el ¨²ltimo (La traque, 2006), a los 94- escribi¨® m¨¢s de cien libros, entre ellos una veintena larga de novelas, consiguiendo un gran ¨¦xito popular y la consagraci¨®n ya en 1938, cuando gan¨® el Premio Goncourt con L'Araigne, novela de la que se vendieron 100.000 ejemplares en unas pocas semanas.
Su obra es de inspiraci¨®n cl¨¢sica, es decir, sacada de la novela decimon¨®nica, de los grandes autores rusos -Tolstoi sobre todo, pero tambi¨¦n Turgu¨¦niev o Dostoievski- y franceses -Flaubert y Maupassant, pero tambi¨¦n Zola-, y se despliega en la mayor parte de las oportunidades recreando una Rusia m¨ªtica, la de la infancia y la contada por padres y abuelos, por una familia de comerciantes que cambi¨® Mosc¨² por Par¨ªs en 1917, pero no lleg¨® a Francia hasta 1920.
Henri Troyat ratific¨® sus ¨¦xitos de ventas con numerosas biograf¨ªas noveladas, sobre todo de zares y zarinas, pero tambi¨¦n de los escritores que admiraba: G¨®gol, Dostoievski, Pushkin, Lermontov, Turgu¨¦niev, Gorki, Marina Tsvet¨¢ieva o P¨¢sternak compart¨ªan el estrellato biogr¨¢fico de Troyat con Catalina la Grande, Iv¨¢n el Terrible, Alejandro I, Alejandro II, Nicol¨¢s II o Pedro el Grande.
Cuando cay¨® el muro y finalmente se le abrieron las puertas de Rusia, Troyat no quiso regresar a la que hab¨ªa sido su patria: "M¨¢s de 70 a?os de comunismo no se borran de un plumazo. El pa¨ªs que yo amaba, el pa¨ªs que yo he evocado, ya s¨®lo existe en mis libros. Prefiero seguir viviendo en ellos", dijo cuando le hablaron de la posibilidad de viajar a Mosc¨².
Troyat defend¨ªa una concepci¨®n tradicional del realismo, mezclando con eficacia los detalles inventados, pero que daban credibilidad a la vida cotidiana con los datos de naturaleza hist¨®rica. Escrib¨ªa de pie, siempre en el mismo pupitre, con una alfombra gastada bajo sus pies, tal y como ayer mismo recordaba otro escritor, Jean d'Ormesson.
El exilio ruso en Francia tambi¨¦n aliment¨® su imaginaci¨®n en los tres vol¨²menes de Tant que la terre durera (1947-1950), as¨ª como en Les H¨¦ritiers de l'avenir (1968-1970). En otras oportunidades invent¨® sagas familiares puramente francesas como en Les Semailles et les Moissons (1953-1958), en cinco vol¨²menes y en otros t¨ªtulos.
En 1959, Troyat ingres¨® en la Academia Francesa y en la actualidad era el decano de una instituci¨®n que tiene como secretario perpetuo a una mujer -H¨¦l¨¨ne Carr¨¨re d'Encause- que tambi¨¦n es hija de rusos exiliados.
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