Cita en Bagdad
Ma?ana comienza en Bagdad una reuni¨®n crucial para el futuro de Irak. Su objetivo: conseguir la implicaci¨®n de los pa¨ªses vecinos, adem¨¢s de la Liga ?rabe y los cinco grandes del Consejo de Seguridad de la ONU, en la estabilizaci¨®n del pa¨ªs, sacudido por una cruenta lucha sectaria que, agravada por la presencia de Al Qaeda, amenaza con desestabilizar a¨²n m¨¢s el polvor¨ªn de Oriente Pr¨®ximo. Se trata de una reuni¨®n de funcionarios de nivel medio, preparatoria de una cumbre a nivel de ministros de Exteriores en abril. La conferencia, convocada a iniciativa del Gobierno iraqu¨ª, aporta, adem¨¢s el morbo de congregar en una misma mesa, por primera vez desde la Revoluci¨®n Isl¨¢mica de 1979, a representantes de Ir¨¢n y EE UU. Los sirios, no precisamente favoritos de la Administraci¨®n de Bush, tambi¨¦n asistir¨¢n a la reuni¨®n.
EE UU no deber¨ªa desaprovechar la oportunidad de abrir un di¨¢logo directo con Ir¨¢n
No conviene hacerse demasiadas ilusiones sobre el resultado final de las conversaciones. Oriente Pr¨®ximo es una zona impredecible donde demasiados intereses nacionales e internacionales se entrecruzan. Pero la convocatoria en s¨ª constituye un ¨¦xito innegable para el Gobierno iraqu¨ª y la calurosa acogida de la idea por parte de la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, permite abrigar una t¨ªmida esperanza sobre una salida negociada al actual caos iraqu¨ª. Se constata con alivio la p¨¦rdida de poder de los Rumsfelds, Cheneys, Boltons y compa?¨ªa, y una reafirmaci¨®n del pragmatismo en las relaciones internacionales defendido por Rice y el nuevo secretario de Defensa, Robert Gates, miembro, hasta su designaci¨®n para el Pent¨¢gono, de la comisi¨®n que elabor¨® el informe Baker-Hamilton, favorable a la implicaci¨®n de Siria e Ir¨¢n en la resoluci¨®n del conflicto iraqu¨ª. Una implicaci¨®n en un principio rechazada por Bush.
Como es natural, todos los pa¨ªses de la zona intentar¨¢n conseguir beneficios para sus aliados en Irak. Los pa¨ªses del arco sun¨ª, exigiendo una mayor participaci¨®n sun¨ª en el Gobierno de Bagdad y en un reparto equitativo de los beneficios petroleros; Turqu¨ªa, pidiendo protecci¨®n para la minor¨ªa turcomana y el compromiso de embridar cualquier veleidad independentista kurda. Esas demandas son negociables. Pero la clave la tiene Ir¨¢n, que se ha abrogado el papel de protector de un Irak chi¨ª, una vez eliminado su odiado r¨¦gimen de Sadam Husein al oeste y desembarazado de su inc¨®modo vecino talib¨¢n al este. Posiblemente, Teher¨¢n no desea una guerra civil abierta en el vecino Irak. Pero cree que el desgaste diario de las tropas estadounidenses se traduce en una p¨¦rdida de influencia de EE UU en la zona, al tiempo que favorece sus designios hegem¨®nicos sobre Oriente Pr¨®ximo. O, quiz¨¢s, pretenda vender su apoyo a la estabilidad en Irak a cambio de una suavizaci¨®n de la postura de Washington en torno a su programa nuclear.
Teher¨¢n es especialista en provocar desestabilizaciones a trav¨¦s de terceros, como lo demuestra su apoyo a Hezbol¨¢ en L¨ªbano y a Ham¨¢s en Palestina. El l¨ªder real de Ham¨¢s, Jaled Meshal, residente en Damasco, acaba de ser recibido con todos los honores en Teher¨¢n por el presidente iran¨ª, Mahmud Ahmadineyad, quiz¨¢s para congratularse ambos por el triunfo de las tesis de Ham¨¢s en la reciente reuni¨®n de La Meca, en la que el ¨²nico perdedor fue el presidente palestino, Mahmud Abbas. Pero Ir¨¢n cometer¨¢ un error de c¨¢lculo si cree que esas t¨¢cticas har¨¢n cambiar a Washington de rumbo en Irak y en la cuesti¨®n nuclear. Los dem¨®cratas, que controlan el Congreso, son tan al¨¦rgicos o m¨¢s que los republicanos a un Ir¨¢n cuyo presidente se pasa el d¨ªa amenazando con la destrucci¨®n de Israel.
Pero Washington no deber¨ªa desaprovechar la oportunidad de abrir una ventana al di¨¢logo directo con Teher¨¢n. Como escrib¨ªa el mi¨¦rcoles en el Herald Tribune el ex ministro de Exteriores brit¨¢nico Malcolm Rifkind, Estados Unidos ha intentado la acomodaci¨®n con Libia, primero, y, recientemente, con Corea del Norte. El t¨ªtulo del art¨ªculo es significativo: Habla antes. Puedes usar el palo despu¨¦s.
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