Las mujeres de Picasso
Divisi¨®n de opiniones respecto a cu¨¢l de las amantes del artista est¨¢ retratada en el cuadro que se ha incorporado al MNAC
Seguir la obra de Picasso es como entrar en un laberinto en el que el Minotauro -no es extra?o que el artista se autorretratara tantas veces como tal- va dejando mujeres en cada uno de sus recovecos. Esta promiscuidad del artista, tanto en lo que respecta a sus amores como a sus estilos pict¨®ricos, est¨¢ en el fondo de algunos de los debates y pol¨¦micas que a veces provocan sus obras. Mujer con sombrero y cuello de piel, de 1937, cuadro adquirido por el Estado y depositado en el Museo Nacional de Arte de Catalu?a (MNAC), no se ha escapado de ellos. Nadie discute la autor¨ªa ni la calidad de la pieza, y la alegr¨ªa ha sido general por esta adquisici¨®n, pero si los responsables del museo a?adieron al t¨ªtulo que se trataba de un retrato de Marie-Th¨¦r¨¨se Walter, la pasada semana la cr¨ªtica Victoria Combal¨ªa asegur¨®, en un art¨ªculo publicado en este diario (v¨¦ase EL PA?S, 6 de marzo de 2007), que se trataba de un retrato de Dora Maar.
Maria Teresa Oca?a, directora del MNAC, cree que no hay duda de que el cuadro es un retrato de Marie-Th¨¦r¨¨se Walter La cr¨ªtica Vict¨°ria Combalia defiende en un art¨ªculo que el retrato ahora depositado en el museo representa a la fot¨®grafa Dora Maar
Es una pol¨¦mica que no afecta, ya se ha dicho, al inter¨¦s intr¨ªnseco de la pintura. Es igual si es una u otra, pero el debate sirve para ilustrar el sistema de trabajo de Picasso y tambi¨¦n lo complicado de su vida sentimental. Tanto Marie-Th¨¦r¨¨se Walter como Dora Maar fueron amantes de Picasso en esta misma ¨¦poca y el artista las retrataba a las dos, a veces en un estilo similar, en ocasiones mezclando los rasgos de ambas y, generalmente, ofreciendo una imagen m¨¢s dura y poderosa de Maar -fot¨®grafa independiente de car¨¢cter fuerte- que de Walter, a la que solia mostrar en actitudes sensuales o con los rasgos muy suavizados, reflejo de su car¨¢cter m¨¢s sensible y hogare?o. El cuadro no lleva escrito el t¨ªtulo y el artista no est¨¢ aqu¨ª para explicarse por lo que el an¨¢lisis tiene que ser iconogr¨¢fico y a partir de la experiencia profesional.
"Es verdad que en esta ¨¦poca Picasso mezcla a los dos modelos y a veces no es f¨¢cil identificar qui¨¦n es una y qui¨¦n es la otra", se?ala Mar¨ªa Teresa Oca?a, directora del MNAC. "Pero en este caso no hay ninguna duda de que es Marie-Th¨¦r¨¨se", a?ade Oca?a, quien indica que no quiere entrar en una pol¨¦mica que, en cierta manera, ha cuestionado su profesionalidad como experta en el artista. Oca?a despliega una larga lista de im¨¢genes que, a su juicio, demuestran que est¨¢ claro que la representada en el cuadro del MNAC es Walter. "Es un cuadro que forma parte de una serie de retratos de Marie-Th¨¦r¨¨se pintados entre diciembre de 1937 y enero de 1938. En casi todos estos cuadros se aprecia claramente que la modelo lleva un abrigo con cuello de piel que es el mismo en todos ellos y que aparece tambi¨¦n en la obra del MNAC. Es frecuente que lleve una boina o un sombrero, y aqu¨ª, precisamente, combina los dos tocados".
El cuadro, indica, fue pintado el 4 de diciembre de 1937, y en esta misma fecha, indica Oca?a, el artista pint¨® otros retratos de Walter -para complicar la cosa, Picasso ten¨ªa incontinencia pict¨®rica- en los que aparece con el mismo cuello de piel, con boina y en uno de ellos con un tratamiento pict¨®rico del rostro muy similar. Otro elemento relevante es que en estas mismas fechas en los retratos de Dora Maar se aprecia claramente el flequillo que llevaba entonces la fot¨®grafa y que la identifica junto al tratamiento m¨¢s rotundo de sus rasgos.
Vict¨°ria Combal¨ªa, gran conocedora de Maar, opina que el retrato del MNAC es "casi id¨¦ntico" al de Dora Maar del mismo a?o que puede verse en el Museo Picasso de Par¨ªs. A su juicio, no hay duda de que es la fot¨®grafa y no la rubia amante.
En fin, otro aliciente para ir a ver la obra al MNAC.
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