"Occidente practica una tolerancia virtual"
Slavoj Zizek es un provocador nato, pero ¨¦l se define como "un intelectual cl¨¢sico". "En el fondo, soy lo contrario de esos chicos malos del instituto, aquellos que dentro del libro de filosof¨ªa escond¨ªan una revista porno", afirma. "Yo soy al rev¨¦s. Dentro de las revistas porno escondo la filosof¨ªa. Disfruto con Hegel y finjo que disfruto con Hollywood. Son mis colegas los que disfrutan con Hollywood y fingen que lo hacen con Hegel". Este pensador esloveno no para de moverse y hablar. La conversaci¨®n comienza en su hotel, sigue en un taxi, pasa por tres ventanillas de facturaci¨®n del aeropuerto de Barajas, se prolonga en la sala de espera y termina en el control de seguridad.
"Zapatero es hoy el gran representante de la 'tercera v¨ªa'. Y m¨¢s simp¨¢tico que Blair"
"La l¨®gica masturbatoria rige las relaciones sociales. Es como Internet: todos conectados pero aislados"
Naci¨® en Liubliana (Eslovenia) en 1949 y all¨ª vive un tercio del a?o. Otro m¨¢s reside en Buenos Aires (su mujer es argentina) y el tercero lo hace "en aviones". Ven¨ªa de Mosc¨² v¨ªa Praga y se marchaba a Santiago de Compostela para, al d¨ªa siguiente, viajar a Francfort y Los ?ngeles. Ha sido profesor en La Sorbona y en Harvard, pero quiere dejar las clases. En Eslovenia tiene el mejor trabajo del mundo: "No hacer nada", es decir, investigar para el Instituto de Estudios Sociales. Junto a Hegel y a Lacan, tiene a Marx entre sus referentes, pero el Gobierno comunista de Yugoslavia lo consider¨® poco ortodoxo para confiarle la formaci¨®n de los j¨®venes y lo apart¨® de las clases: "Adem¨¢s no creo en el di¨¢logo filos¨®fico. La filosof¨ªa siempre ha sido dogm¨¢tica. En todo caso es un malentendido. Arist¨®teles malinterpret¨® a Plat¨®n, Marx a Hegel y Hegel a Kant. ?Plat¨®n? Los de Plat¨®n son los di¨¢logos m¨¢s falsos de todos. Consisten en alguien que habla y otro que a cada rato dice: 'Por Zeus, est¨¢s es lo cierto".
Con un ingl¨¦s cortado a motosierra pero imparable, Zizek pas¨® por Madrid para dictar una conferencia en el C¨ªrculo de Bellas Artes dentro de un ciclo sobre la inmigraci¨®n. En la sala no cab¨ªa un alma. Hab¨ªa gente de pie y gente sentada en el suelo. ?El t¨ªtulo de su charla? Teme a tu pr¨®jimo como a ti mismo. En el taxi matiza: "No es un consejo, es una descripci¨®n de la ideolog¨ªa dominante. Hay dos palabras fetiche: tolerancia y agresi¨®n. ?Pero qu¨¦ significan en realidad? Agresi¨®n significa aproximarse demasiado. Por eso Occidente ejerce la tolerancia a distancia, virtualmente. Somos solidarios con los africanos en ?frica, no con los de nuestro barrio".
Para Zizek, el ejemplo m¨¢ximo de esa ideolog¨ªa es EE UU. All¨ª, dice, todo puede ser una agresi¨®n: "Tocar a alguien, mirarlo demasiado... Igual que queremos pasteles sin az¨²car queremos a un pr¨®jimo descafeinado. En California la gran moda es un invento llamado Mastubat¨®n: 400 personas se masturban en un lugar p¨²blico, pero no tienen derecho a tocarse. La entrada cuesta 20 d¨®lares y, por supuesto, el dinero se destina a una obra de caridad. Esa l¨®gica masturbatoria es la que rige hoy las relaciones sociales. Vivimos en un solipsismo colectivo. Eso es tambi¨¦n Internet: todos conectados pero todos aislados".
En las entra?as del ordenador que lleva al hombro, Zizek carga el ensayo que acaba de terminar, sobre la violencia, y el que acaba de empezar, que, adelanta, empieza con Heidegger y termina con El C¨®digo Da Vinci. As¨ª es Zizek. Afirma que va a dejarlo todo para consagrarse a escribir sobre el idealismo alem¨¢n, pero se le iluminan los ojos hablando de Stalin Subway, un juego con el que pasa las horas junto a su hijo de cinco a?os: "Los juegos de ordenador requieren una concentraci¨®n y un orden que te permita inventar un pa¨ªs y mantenerlo en pie". Zizek siempre va un libro por delante de sus editores, que en Espa?a son media docena. Autor de t¨ªtulos como Lacrimae rerum (sobre cine), Bienvenidos al desierto de lo real (sobre el 11-S) o La tetera prestada (sobre Irak), dice no tener recetas: "Mi propuesta es: tom¨¦monos el tiempo de pensar por qu¨¦ hemos llegado aqu¨ª y qui¨¦n nos ha tra¨ªdo. No nos dejemos atrapar en la trampa humanitaria, que es otra de las grandes ideolog¨ªas de hoy. La caridad es ahora parte del capitalismo global y sus figuras principales son George Soros y Bill Gates. Su l¨®gica es: te quito todo el dinero y luego te doy las vueltas. En esto sigo siendo marxista, pero lo que me interesa de Marx no es la lucha de clases, sino la lucidez con que se?ala las contradicciones del capitalismo". Mientras salta de un tema a otro, Zizek insiste en definirse como un modesto pesimista: "S¨®lo digo: mantengamos la mente abierta, no aceptemos las f¨®rmulas. Merecemos algo m¨¢s que un capitalismo con rostro humano".
Cuando se le pregunta por la alianza de civilizaciones, el fil¨®sofo, que en 1990 fue candidato a la presidencia de Eslovenia, reconoce que es la primera vez que oye hablar de ella: "Zapatero es hoy el gran representante de la tercera v¨ªa. Y m¨¢s simp¨¢tico que Blair, pero ¨¦l tambi¨¦n ha levantado un muro en Marruecos. ?Alianza? Suena a vac¨ªo: celebremos nuestras diferencias, subrayemos los valores que nos unen, bla, bla, bla. La pol¨ªtica consiste en actuar, no en plantear teor¨ªas bienintencionadas. A veces los hechos consumados crean las condiciones que los hacen posibles. Si esperas a que esas condiciones existan, nunca har¨¢s nada. Es lo que hizo el propio Zapatero al sacar a las tropas de Irak o al decretar la igualdad entre hombres y mujeres en su Gobierno". Para Zizek, la ¨²nica alianza posible es una "entre los disidentes del liberalismo y los disidentes del Islam".
Azote de Bush con sus art¨ªculos en The New York Times, el fil¨®sofo afirma que la gran cat¨¢strofe de los pa¨ªses ¨¢rabes es el declive de la izquierda laica. "El panarabismo de los a?os cincuenta era un movimiento laico. Hoy pr¨¢cticamente han desaparecido los laicos del mundo ¨¢rabe, en buena parte porque EE UU se ali¨® con los islamistas para acabar con los dem¨®cratas, en los que ve¨ªa un nido de comunistas. Los agentes de la CIA de ayer son los terroristas de hoy. Ahora sucede lo contrario. Para la izquierda europea, los laicos ¨¢rabes antiislamistas son agentes americanos".
"Hablo demasiado, ?no?". Con un ojo en el reloj del aeropuerto, pregunta por El laberinto del fauno y cuenta que coincidi¨® en un estreno con Guillermo del Toro, Alfonso Cuar¨®n y Alejandro Gonz¨¢lez I?¨¢rritu: "Con Del Toro congeni¨¦ al momento. A los otros dos no les bastaba con ser directores de cine, adem¨¢s quer¨ªan ser intelectuales. Me pas¨® lo mismo con los Wachowski", concluye refiri¨¦ndose a los directores de Matrix, una pel¨ªcula a la que dedic¨® Las dos caras de la perversi¨®n, su segundo ensayo m¨¢s famoso. El primero es El arte del rid¨ªculo sublime, consagrado a David Lynch: "No me interesa la gente que est¨¢ fuera del sistema, sino los marginales que todav¨ªa trabajan dentro. El gran ejemplo era Robert Altman". A Lynch no lo conoce personalmente: "Estuve a punto. Hab¨ªa le¨ªdo mi libro y no hab¨ªa entendido nada, pero le intrig¨®. Quer¨ªa conocerme. Incluso alguien quiso que hici¨¦ramos una pel¨ªcula con una conversaci¨®n entre nosotros. No creo que hubiera funcionado. Sus entrevistas est¨¢n llenas de clich¨¦s y yo no creo en el di¨¢logo. Al final no quise conocerlo para que me decepcionara. Es un genio. Eso s¨ª, est¨¢ loco".
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