El ex ministro Abdallahi, elegido presidente de Mauritania
Sidi Uld Sheij Abdallahi, ex ministro de Econom¨ªa de 69 a?os, ha ganado las elecciones presidenciales de Mauritania, cuya segunda vuelta se celebr¨® el pasado domingo. Abdallahi logr¨® el 52,85% de los votos, frente al 47,15% obtenido por su rival, el hist¨®rico l¨ªder opositor Ahmed Uld Daddah.
"A la vista de estos resultados, proclamo que el pr¨®ximo presidente de la Rep¨²blica Isl¨¢mica de Mauritania ser¨¢ Sidi Uld Cheij Abdallahi", anunci¨® a la prensa el ministro mauritano del Interior, Mohamed Ahmed Uld Mohamed Lemine.
El ¨ªndice de participaci¨®n fue del 67,48%, casi tres puntos menos que en la primera vuelta, celebrada el 11 de marzo.
Estos comicios, que seg¨²n los observadores son los m¨¢s limpios de la historia del pa¨ªs, ponen el punto final a un proceso de restituci¨®n del poder a los civiles encabezado por el coronel Ely Mohamed Uld Vall, que en agosto de 2005 derroc¨® con un golpe de Estado la dictadura de Maauiya Uld Ahmed Taya.
El coronel Uld Vall ha anunciado que se va "con la sensaci¨®n del deber cumplido", despu¨¦s de haber auspiciado una serie de reformas pol¨ªticas que excluyen a los militares del poder y limitan el ejercicio presidencial a dos mandatos de cinco a?os. Uld Vall impuls¨® adem¨¢s una gesti¨®n m¨¢s transparente de los ingresos del petr¨®leo en un pa¨ªs que est¨¢ a la cola de los ¨ªndices del desarrollo humano.
Cambio tranquilo
El presidente electo logr¨® el respaldo de una coalici¨®n de 18 grupos que previamente hab¨ªan apoyado al r¨¦gimen de Taya, pero tambi¨¦n contaba con las simpat¨ªas de la actual Junta Militar.
Abdellahi, economista de formaci¨®n, estudi¨® en Senegal y en Francia, y ha ocupado las carteras de Econom¨ªa, de Energ¨ªa y de Pesca en diferentes gobiernos. Abdellahi propugna "un cambio sin sobresaltos" en este inmenso pa¨ªs des¨¦rtico de 3,1 millones de habitantes, ¨¢rabes y negros africanos.
Entre otros compromisos, el nuevo mandatario ha anunciado que abolir¨¢ la esclavitud, que fue prohibida en 1981 pero que todav¨ªa pervive, alentada por la ¨¦lite ¨¢rabe. Abdellahi ha proclamado la necesidad de una legislaci¨®n para criminalizar tales pr¨¢cticas.
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