El maestro explica sus inquietudes
Una veintena de fot¨®grafos se acercan a Moriyama para comprender mejor su obra
Pasaban los minutos y el maestro no llegaba. Una veintena de fot¨®grafos de Sevilla esperaban por la ma?ana a Daido Moriyama (Osaka, Jap¨®n, 1938) en el Centro Andaluz de Arte Contempor¨¢neo. Las fotos de la exposici¨®n retrospectiva dedicada a Moriyama ocupan las paredes con la contundencia de un grito en mitad de la noche. A veces, las im¨¢genes dejan el mal sabor de boca de una empresa juvenil destinada al fracaso; en otras ocasiones, se resuelven con la fuerza de la vida que avanza como la hierba entre las v¨ªas del tren. Paisajes urbanos, muchedumbres sin rumbo, almacenes abandonados, objetos corro¨ªdos por el ¨®xido, personas que perdieron las llaves para regresar a su infancia...
Moriyama, cuya exposici¨®n se inaugura hoy y estar¨¢ abierta hasta el 17 de junio, hab¨ªa disfrutado la noche anterior de una actuaci¨®n de flamenco. Lleg¨® 40 minutos tarde a su cita -prevista para las 9.00- y los fot¨®grafos le rodearon como al emisario que trae noticias de tierras lejanas. Moriyama -serio, ceremonioso, metido en s¨ª, vestido de oscuro- esboz¨® una sonrisa casi imperceptible. A su lado, Minoru Shimizu, profesor de Est¨¦tica de la Fotograf¨ªa de la Universidad Doshisha de Kioto, intentaba aclarar algunas dudas.
Una c¨¢mara pend¨ªa del cuello de Moriyama. Un profesional de una televisi¨®n japonesa filmaba sus movimientos. Las im¨¢genes expuestas en el CAAC, los fot¨®grafos de Sevilla, el c¨¢mara japon¨¦s y el propio Moriyama trazaban un juego de espejos en el que lo real se disolv¨ªa como nieve al sol. Una constelaci¨®n de im¨¢genes parec¨ªa multiplicarse sin cesar. Moriyama abund¨® en esta sensaci¨®n al comentar una de las secciones de la exposici¨®n, marcada por los objetos m¨¢s diversos. "Quise mostrar la realidad como una mezcla de fragmentos. Quise mostrarla no como una coherencia total, sino como una suma de fragmentos; no como una realidad ¨²nica, sino como una existencia fragmentada", dijo el fot¨®grafo japon¨¦s. Moriyama situ¨® esa visi¨®n "en la realidad urbana de Jap¨®n". "Es como una marea continua. La sociedad japonesa est¨¢ sacudida constantemente por su realidad fragmentaria", asever¨®.
La actuaci¨®n de flamenco de la noche del martes le lleg¨® a lo m¨¢s hondo. "Al final, cuando los artistas se acercaban al p¨²blico me sent¨ª conmovido. Me gust¨® esa atm¨®sfera. Los artistas flamencos parec¨ªan una gran familia", evoc¨®. El mundo de los artistas que seducen al p¨²blico con sus actuaciones aparece en la muestra. Hay una secci¨®n dedicada al actor Shimizu Isamu, un enano que baila, r¨ªe, se maquilla y mira melanc¨®lico en las fotograf¨ªas. "En esa ¨¦poca, 1967, estaba interesado en el teatro local japon¨¦s. Isamu es un actor de un teatro peque?o y familiar, no de la alta sociedad", afirm¨®. Otras fotograf¨ªas recogen el orgullo de algunas mujeres semidesnudas. "Son bellas y poderosas, pero est¨¢n descuidadas por la sociedad dominante", concluy¨® Moriyama.
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