Pobre argumentario

La direcci¨®n del Partido Popular dio ayer un paso m¨¢s en su ofensiva contra el Grupo PRISA con la difusi¨®n entre altos cargos de los argumentos que recomienda utilizar en las explicaciones p¨²blicas sobre el boicot a sus medios de comunicaci¨®n. Dicho argumentario est¨¢ dedicado fundamentalmente a suscitar un boicot de tipo econ¨®mico a las empresas del Grupo y contiene dos graves falsedades, pensadas para ocasionar da?os en sus ingresos y en la cotizaci¨®n burs¨¢til. El texto se inventa como presunta explicaci¨®n para las declaraciones del presidente de PRISA "la mala situaci¨®n de las inversiones de Jes¨²s Polanco y su necesidad de contar con el respaldo del Gobierno para salir de la profunda crisis empresarial", y las atribuye a "la debilidad del Grupo PRISA" como "ac¨®lito necesario del proyecto radical de Zapatero".

M¨¢s que un argumentario, este condensado de mentiras y de mala fe es el argumento definitivo que confirma los temores expresados por Jes¨²s de Polanco para el caso de un regreso de estos dirigentes del PP al Gobierno. Un partido pol¨ªtico protegido por la Constituci¨®n y financiado en parte con fondos p¨²blicos, que es un instrumento de participaci¨®n pol¨ªtica de los ciudadanos y no una propiedad privada de sus dirigentes, se convierte en el instrumento para una grave interferencia en la actividad de un grupo privado de comunicaci¨®n, con el descarado prop¨®sito de perjudicar los intereses de sus accionistas y sin la m¨¢s m¨ªnima preocupaci¨®n por el da?o que se pueda causar a sus profesionales: los 14.000 trabajadores que est¨¢n encuadrados en el grupo de empresas en Espa?a y en Am¨¦rica Latina.

Hay antecedentes de boicot informativo a un medio, y este peri¨®dico ha criticado recientemente el que el PSOE pretendi¨® realizar con una televisi¨®n p¨²blica como Telemadrid. Tambi¨¦n los hay de boicot comercial, con implicaci¨®n de sectores y personalidades afines al PP, como fue el declarado contra el cava catal¨¢n durante el debate del Estatut. Pero es ins¨®lito un boicot total, informativo y econ¨®mico, que pretende perjudicar en la cartera publicitaria, en los ingresos por venta de ejemplares y en la cotizaci¨®n de las acciones, y que est¨¢ directamente lanzado y organizado por un partido pol¨ªtico que se considera responsable y aspira a regresar al Gobierno.

La pobre idea que se hacen los dirigentes del PP de las libertades de empresa y de expresi¨®n revela una preocupante concepci¨®n de la pol¨ªtica como mezcla prevaricadora de poder y medios de comunicaci¨®n, algo impropio de una formaci¨®n moderna y democr¨¢tica. En el ¨¢nimo de estos dirigentes est¨¢ claro que se ha desvanecido toda idea de equidad y de Estado de derecho, y que la ¨²nica forma de relaci¨®n entre poder y medios que les entra en la cabeza es la del do ut des, como concesi¨®n de favores o como castigo, es decir, como una omert¨¤ que vincula a protectores y protegidos. Pero pobre es tambi¨¦n la idea que tienen de s¨ª mismos como responsables de un partido pol¨ªtico y de quienes se hallan bajo su disciplina. Impartir este tipo de ¨®rdenes y consignas, que afectan al comportamiento privado de unos ciudadanos, por m¨¢s que est¨¦n encuadrados en un partido, constituye una interferencia intolerable en su libertad individual, propia de partidos totalitarios que cre¨ªamos ya desvanecidos de nuestro horizonte, como m¨ªnimo entre las formaciones que pretenden gobernar o ya han gobernado.