La legalizaci¨®n era la clave de la 'hoja de ruta'
La reaparici¨®n de Batasuna en la pol¨ªtica, con su participaci¨®n en las elecciones municipales de mayo, y la paulatina desaparici¨®n de ETA eran la clave en la hoja de ruta del proceso de fin dialogado del terrorismo. El atentado del 30 de diciembre, con dos muertos, y la ausencia de un rechazo de ese atentado y de la violencia por parte de Batasuna frustraron esa hoja de ruta. El Gobierno rompi¨® su di¨¢logo con ETA y avis¨® a la formaci¨®n abertzale de que no pod¨ªa participar en las elecciones si no rechazaba el atentado, seg¨²n las reglas de juego vigentes de la Ley de Partidos.
Desde diciembre, Batasuna ha presentado un programa pol¨ªtico m¨¢s flexible y ha expresado su apuesta por las v¨ªas pol¨ªticas, pero no ha se ha desvinculado del terrorismo con un rechazo claro. Por ello, ni el PNV ni el PSE han aceptado el debate pol¨ªtico que propon¨ªa Batasuna.
El Gobierno, que ha mostrado su flexibilidad antes y despu¨¦s del proceso -al admitir la entrevista de Arnaldo Otegi y Patxi L¨®pez, con lo que ten¨ªa de reconocimiento a Batasuna, o el acercamiento del etarra I?aki de Juana a Euskadi-, se ha plantado ante Batasuna en la cuesti¨®n clave: las condiciones de la participaci¨®n electoral. "Los estatutos que Batasuna present¨® el martes podr¨ªan haber servido para legalizarles por su apuesta exclusiva por las v¨ªas democr¨¢ticas, tras cuatro a?os sin muertes. Pero, desgraciadamente, el 30 de diciembre una bomba de ETA mat¨® a dos personas y eso requiere de Batasuna rechazar la violencia para poder participar y, sin embargo, ha actuado como si ese atentado no hubiese existido", dice el Gobierno.
El Ejecutivo se remite a las condiciones que el presidente expuso el 18 de febrero en Vitoria: para que Batasuna participe en pol¨ªtica debe rechazar la violencia y para reabrir el proceso de paz ETA debe anunciar su fin. El Gobierno no descarta un regreso de ETA al terrorismo tras su firme decisi¨®n. Las bombas lapa incautadas a los etarras detenidos esta semana no auguran nada bueno, admite el Gobierno.
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