El Atl¨¦tico no se lo cree
El conjunto de Aguirre,incapaz de ganar al Mallorca, pierde otra ocasi¨®n de acercarse a Europa
Le dio a Perea por desmoronarse, all¨¢ en el segundo palo y, con ¨¦l, al Atl¨¦tico en pleno, un equipo que no acaba de crecer, ni de arrancar, ni de lanzarse con todo hacia esa meta llamada Europa. Le dio a Perea por trastabillarse, le dio a Arango por marcar y el Atl¨¦tico perdi¨® otra oportunidad, una m¨¢s, de dar lustre a su candidatura a la Copa de la UEFA o a empresas mayores. M¨¢s all¨¢ de debates est¨¦riles sobre si se trata de un equipo grande, peque?o o mediano, lo cierto es que los hechos demuestran que se trata de un grupo incapaz de sentirse superior a nadie. Aunque lo sea.
No hay equipo al que tener ventaja en el marcador le produzca tanta alergia como al rojiblanco. Acostumbra el Atl¨¦tico a ense?ar una puesta en escena decente, como si tuviera prisa por dejar claro qui¨¦n manda. Luego se deja ir y, si es el caso, mangonear, como si su discurso se acabara en cuanto tiene un gol a favor. Como si el ¨¦xito fuera un castigo.
ATL?TICO 1 - MALLORCA 1
Atl¨¦tico de Madrid: Leo Franco; Perea, Pablo, Eller, Antonio L¨®pez; Galletti (Marqu¨¦s, m. 66), Luccin, Gabi ( Ag¨¹ero, m. 59), Jurado; Fernando Torres y Mista. No utilizados: Pichu; Seitaridis, Z¨¦ Castro, Pern¨ªa y Costinha.
Mallorca: Moy¨¢; H¨¦ctor, Ballesteros, Nunes, Navarro; Pereyra, Basinas
(Maxi, m. 60); Jon¨¢s, Ibagaza, Arango
(Tuni, m. 69); y V¨ªctor (Trist¨¢n, m. 89). No utilizados: Prats; Ramis, Dorado y Trejo.
Goles: 1-0. M. 16. Torres. 1-1. M. 58. Arango.
?rbitro: P¨¦rez Lasa. Expuls¨® a Luccin (m. 95). Amonest¨® a Eller, Gabi, Pablo, Perea, Torres, Ag¨¹ero, Pereyra, Nunes, V¨ªctor e Ibagaza.
Unos 35.000 espectadores en el Calder¨®n.
No hay equipo al que tener ventaja le produzca tanta alerg¨ªa como al rojiblanco
Bien pronto amenaz¨® Torres al Mallorca. Alejado de la punta del ataque, donde estaba Mista en vez de Ag¨¹ero, al que Aguirre dej¨® sentado, Torres baj¨® a recibir y cay¨® a las bandas, que ya estaba Mista para tareas de mayor contacto f¨ªsico en el frente del ataque. Un par de galopadas suyas pusieron en guardia al Mallorca, que no lograba cortar el correo entre los centrocampistas del Atl¨¦tico, con Jurado a la cabeza, y El Ni?o. Fue precisamente Jurado quien dibuj¨® un pase prodigioso, entre l¨ªneas, atento a la arrancada de Torres. ?ste dej¨® atr¨¢s a dos defensas como quien respira y elev¨® la pelota con un toque sutil ante la salida de Moy¨¤.
El magn¨ªfico gol de Torres no espabil¨® al Mallorca, un equipo pesadote en la creaci¨®n y cuyos argumentos dependen casi en exclusiva de lo que Ibagaza est¨¦ dispuesto a inventar, lo que ayer, durante mucho tiempo, fue muy poco. A la izquierda ubic¨® Manzano a Arango, del que no se tuvieron demasiadas noticias hasta el empate, lo que, visto lo visto, no es poco.
Pero el Mallorca, empujado por un Atl¨¦tico que no supo c¨®mo administrar su gol, se fue viniendo arriba. Sin hacer ruido, sin jugar al f¨²tbol incluso. El partido era de una insipidez may¨²scula, m¨¢s all¨¢ del empe?o de Torres en dejarse ver, del criterio de Jurado y del arrebato del mallorquinista Jon¨¢s, que se marc¨® cuatro galopadas por la banda que bien pudieron encontrar premio de no ser por su empe?o en llevar la pelota cosida al pie y la cabeza gacha.
En ¨¦stas que Perea dio un par de sustos a su compa?eros. Parec¨ªa una premonici¨®n. Porque se fue V¨ªctor por el costado y centr¨® al segundo palo, flanco que cubr¨ªa Perea. Al chaval se le vinieron el mundo y la pelota encima y acab¨® en el suelo, trastabillado, hundido. Como andaba por all¨ª, Arango aprovech¨® tama?o regalo para disparar, duro, arriba. Era el empate en la primera ocasi¨®n seria de la que disfrutaba el Mallorca.
A partir de ese trance, todo el esfuerzo del Atl¨¦tico muri¨® en la nada porque su rival supo defender su bot¨ªn parando el partido, quit¨¢ndole continuidad, maniatando a un rival que a ratos se maniataba solo. Cerr¨® as¨ª el Atl¨¦tico otro episodio para olvidar, en el que su gran inicio fue un espejismo y en el que volvi¨® a dejarse un trozo de sue?o, ¨¦se en el que se ve en Europa aunque no parezca cre¨¦rselo.
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