La divina marioneta

Cuenta una leyenda medieval vinculada a la repoblaci¨®n de Castilla que alemanes y gascones zanjaron una feroz disputa por una talla de Cristo at¨¢ndola a lomos de una mula y dejando que ¨¦sta la llevara donde quisiere. El viaje acab¨® ante la iglesia segoviana de San Justo, y los gascones se quedaron el Cristo. Lo cierto es que la imagen rom¨¢nica, articulada en codos y hombros, era descendida anualmente con poleas desde la b¨®veda del presbiterio, durante la ceremonia de la Pasi¨®n. Nada sabemos de c¨®mo era aquel rito religioso, oficiado por cl¨¦rigos y cofrades ante los feligreses. El Misterio del Cristo de los Gascones que se acaba de estrenar en La Abad¨ªa es una recreaci¨®n lib¨¦rrima, profana y sumamente respetuosa, elaborada por Ana Zamora con fragmentos de textos dram¨¢ticos del siglo XV. Este Misterio... es un espect¨¢culo sencillo y hermoso, interpretado por una reproducci¨®n casi exacta de la talla original, de 1,75 metros de altura, una recitadora, una cantante y dos manipuladores, vestidos de negro y encapuchados para dar todo el protagonismo al Cristo.

La acci¨®n, m¨ªnima, lenta, delicad¨ªsima, acordada con la m¨²sica de la ¨¦poca, conduce desde el nacimiento de Cristo hasta su ascensi¨®n, a trav¨¦s de un rosario de escenas breves, cantadas por Nati Vera y recitadas por Elvira Cuadrupani en un castellano medieval embriagador.

Lo m¨¢s interesante del espect¨¢culo es la vida que cobra el mu?eco enorme, su elocuencia muda.