Una ciudad castigada por la violencia fundamentalista
Casablanca, capital econ¨®mica de Marruecos, se convirti¨® el 16 de mayo de 2003 en el objetivo del terrorismo integrista isl¨¢mico. Cinco atentados simult¨¢neos, perpetrados por 11 terroristas suicidas, causaron 32 muertos y sembraron el p¨¢nico en edificios del centro de la ciudad, frecuentados habitualmente por occidentales. Entre ellos estaba la Casa de Espa?a, un restaurante y local social que estaba abarrotado de clientes. All¨ª murieron cuatro ciudadanos espa?oles (dos empresarios con negocios en Marruecos, el tarraconense Manuel Albiach y el almeriense Francisco Abad; el camionero Domingo Mateos, y el vicepresidente de la Casa de la Catalu?a en Marruecos, Joan Ali¨¦ Maci¨¢). Tambi¨¦n fallecieron tres franceses y un italiano a causa de las explosiones.
Los ataques, que repitieron el esquema de los perpetrados d¨ªas antes en Arabia Saud¨ª por la red Al Qaeda, fueron la primera acci¨®n terrorista sufrida por Marruecos desde 1994. Junto con la Casa de Espa?a, fueron atacados el lujoso hotel Farah, el restaurante Le Positano, adyacente al Consulado de B¨¦lgica -los dos polic¨ªas que lo custodiaban fallecieron en el acto-, la Alianza Israelita y el cementerio jud¨ªo, situado en el zoco de la ciudad. Es posible que los terroristas confundieran el Consulado belga con el de Estados Unidos, que estuvo ubicado en el mismo edificio. En el centro espa?ol se jugaba al bingo, una actividad prohibida en el pa¨ªs y que los islamistas aborrecen. Seg¨²n la investigaci¨®n de las autoridades marroqu¨ªes, el prop¨®sito de los terroristas no era golpear intereses occidentales, ni siquiera espa?oles, sino que quer¨ªan destruir locales en los que "imperaba el vicio".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.